"Tenía que haber una solución equilibrada, digna, que se entendiera aunque fuese con el paso de las horas y del tiempo. No hay un presidente que da un paso al lado forzado. Lo hace de manera voluntaria, por su propia decisión, sin que nadie se lo haya exigido, y si alguien lo ha hecho, yo no he sido permeable a esas exigencias. Yo no cambiaré nada, no para ceder ante determinadas presiones. El sentido que tiene este paso al lado es que el derecho a decidir va hacia delante, sigue siendo posible, y espero que para mucho tiempo si lo hacemos bien", decía un pletórico Artur Mas ante los suyos, que le dedicaron una larga ovación poco antes de comenzar a hablar en la sede de Convergencia.
Mas niega cualquier presión para no ser el candidato y achaca su "paso al lado" a su lucidez para no perjudicar "el proyecto sólido que tienen entre manos"
El expresidente catalán ha comparecido tras conocerse en la tarde del sábado que finalmente había acuerdo entre JxSí y la Cup para investir como president a Carles Puigdemont, alcalde de Girona. Mas decía que las decisiones a veces no se entienden, pero que ha habido "mucho cálculo de servicio para el país y poco cálculo de rédito electoral. Lo que más me pesaba era cómo puede pasar que en el momento más trascendental, más ilusionante de la historia reciente de Cataluña, no seamos capaces de encontrar una solución para este proyecto en el que cree tanta gente. No puedes pensar que tantas energías, tantos talentos sean desperdiciados".
"No sé si esto es un milagro o no, pero es una solución que nos lleva a un beneficio concreto muy grande: que el mandato recibido en las urnas es viable, tiene fuerza, tiene camino, y deseamos que nos lleve donde nos dijeron que fuésemos. Los que estaban ya frotándose las manos y preparándose para brindar con cava por la mala salud de Cataluña ahora tendrán que dejarlo en la nevera, durante muchos años espero", explicaba, añadiendo su deseo de que el cava lo pudiera sacar Cataluña para celebrar su gran victoria.
El discurso de Mas se ha centrado en que el proyecto soberanista que tienen entre manos "es el único bueno y sólido", pero hay que ver cuáles son las contrapartidas. Para él, es necesario un Gobierno que tenga lo que no hubiese tenido uno presidido por él y se haga lo que estime la gente de Convergencia, una tarea seria y bien hecha. "El Gobierno tiene que ser muy sólido cuando tenga que afrontar todos los adversarios que tenemos, que sepan que en casa estamos sólidos. La estabilidad es una condición sine qua non para que se pueda hacer este trabajo bien hecho, y si alguien no cumple con ello lo denunciaremos. Los acuerdos están para que se cumplan en todas sus dimensiones. Tenemos lo que era fundamental para seguir hacia adelante, pero las contrapartidas tampoco son amables", admitía.
"Los que estaban frotándose las manos y preparándose para brindar con cava por la mala salud de Cataluña tendrán que dejarlo en la nevera por muchos años"
Parte del problema
A partir de ahora, según Mas, toca disipar los interrogantes para aquellos que aún no lo ven claro y se tiene que entender pedagógicamente que hay que reconocer los errores para no volverlos a cometer en el futuro. Y recordaba que a veces, "en esa misma sala incluso", había comentado que cuando tuviera la conciencia de que formaba parte más del problema que de la solución, tomaría una decisión. "Llegué a la conclusión de que ahora formaba parte más del problema. Yo no resto, pero si otra gente le había dado mucho poder a esto y quería llevarnos ante las últimas consecuencias para perjudicarnos, tenía que ser lúcido, tener una visión muy ancha y tener la perspectiva y la conciencia de lo que se estaba jugando este país. Me tenía que apartar para no ser el problema, no a cambio de nada, y dejando muy claro que cuento en el presente, cuento en el futuro y estoy a su servicio. Ayudaré a que sigamos saliendo del problema y caminando hacia delante", declaraba eufórico.
No podía Artur Mas cerrar su comparecencia sin referirse al "escenario español", a "aquellos que decían que Cataluña se estaba hundiendo", esos a los que "ayer ya se les saltaron todas las alarmas y pusieron caras poco complacientes. Les quiero decir que se serenen, que se tranquilicen, que no corran tanto cuando se habla de grandes coaliciones en Madrid. Todo lo que podamos construir lo haremos", anunciaba Mas.
El acto formaba parte de la despedida de Mas como presidente catalán, ya que esta tarde a partir de las 17.00 comenzará el debate de investidura en el que el candidato acordado por JxSí y la Cup, Carles Puigdemont, tendrá que ser elegido por mayoría absoluta antes de la medianoche. El alcalde de Girona estaba esta mañana preparando su discurso, y podrá replicar a las diferentes intervenciones de los partidos en la cámara catalana.
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