Nada tienen en común los plebiscitos de Crimea y Cataluña salvo la ilegalidad. Esta es el mensaje que emana ahora desde la Moncloa después de una largo fin de semana en el que la estrategia del Gobierno ha estado dominada por el discurso de García-Margallo, que califican de "inoportuno e inconveniente".
El ministro de Exteriores ha insistido en los últimos días en encontrar un "paralelismo absoluto" entre los casos de la consulta que pretenden llevar a cabo los independentistas catalanes con el referéndum celebrado este domingo en Crimea, que, entre otras cosas, recibió un abrumador respaldo por parte de la población.
"Nula de toda nulidad"
Desde Bruselas, el ministro español de Exteriores se mostraba días atrás obsesivamente beligerante con el caso de Crimea. Por ejemplo, tachó el plebiscito de "nula de toda nulidad" y animó a la UE a tomar medidas contra quienes violan la legalidad. "La Constitución ucraniana tiene los mismos preceptos que la española", llegó a decir Margallo, en su línea insistente de equiparar ambos casos.
Este empeño en 'internacionalizar' el asunto catalán y en equiparar ambos problemas no complace en absoluto a los estrategas de La Moncloa, que siempre han contemplado con estupefacción no excenta de contrariedad la actitud de Margallo hacia el caso catalán. "De entrada, no es nada razonable que sea precisamente la voz del ministro de Exteriores la que más se escuche cuando se aborda un asunto de política doméstica", comentan en fuentes de presidencia. Cierto que el titular de Exteriores mantiene una estrecha relación de amistad desde hace años con Mariano Rajoy y que con toda seguridad despacha directamente con él este tipo de cuestiones. "El problema es que no vamos coordinados y eso no es bueno", dicen las fuentes mencionadas.
Hacer el ridículo
Prácticamente todas las fuerzas nacionalistas de Cataluña se han afanado este fin de semana en devolver los ataques de García-Margallo con artillería muy gruesa. "Hace el ridículo", comentó Francesc Homs, portavoz de la Generalitat al respecto. También Rubalcaba sugirió que el Gobierno debe hablar menos de Crimea y empeñarse en potenciar el diálogo con el Gobierno catalán, para evitar la confrontación que tantos anuncian. PP y PSOE han tendido una 'línea caliente' para cruzar información sobre este desafío secesionista, tal y como publicábamos este lunes, al objeto de presentar un frente unido ante el reto separatista.
Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso y mano derecha de Soraya Sáenz de Santarmaría centró este lunes la postura de su partido al acotar las similitudes entre Cataluña y Crimea al ámbito estrictamente legal y jurídico. "Hay un elemento común, que es la vulneración de la legalidad tanto interna como internacional", dijo Alonso. A continuación puso tierra de por medio con los planteamientos del incontinente Margallo al asegurar que ambas regiones, "más allá de esto, no se parecen en nada". En el Gobierno estarían felices si el titular de Exteriores amaina en sus declaraciones sobre el caso catalán, pero no confían en que ésto vaya a ocurrir. El único que podría solicitar su discreción parece que ni siquiera lo ha intentado.
También en el PP catalán se reciben las diatribas del ministro de Exteriores con ostensible malestar, puesto que da argumentos y anima a las filas secesionistas y, al tiempo, interfiere en la postura que está intentando defender la presidenta territorial, Alicia Sánchez-Camacho, de descalificar las 'locuras' del presidente de la Generalitat.
El Gobierno confía, no onstante, en que Artur Mas haya tomado nota de la reacción de la UE al poner en la 'lista negra' tanto al primer ministro como a varios altos cargos del gobierno títere de Crimea, que no podrán a partir de ahora circular por territorio comunitario. "Es un paso muy significativo y en Cataluña, algunos deberían tomar nota", comentaron desde Moncloa. Por otra parte este martes se produjo la primera víctima mortal desde la ofensiva rusa en Crimea con la muerte de un soldado ucraniano bajo el fuego de tropas rusas desplazadas a la península. Putin firmó ayer la anexión de Crimea y el gobierno de Kiev consideró que "el conflicto desde ahora es militar".
La anhelada internacionalización
Cierto que la Generalitat ha buscado desde siempre trasladar al ámbito internacional su pretendido referéndum y su 'derecho a decidir'. Las iniciativas de Artur Mas en este sentido se han saldado con estripitosos fracasos cuando se ha desplazado al exterior y ha pretendido entrevistarse con dirigentes extranjeros de alto nivel. Sin embargo esta actuación, lejos de disminuir, va a incrementarse ya que ayer mismo se conoció que Artur Mas ha decidido reforzar el área de Exteriores de la Generalitat con el traslado desde otras áreas de un número de funcionarios no determinado. Más presencia en Europa, más presión en las cancillerías y más propaganda en los organismos internacionales.
La acción exterior de la Generalitat gira sobre tres ejes fundamentales: internacionalización de la economía, difusión del 'prestigio y la calidad' de Cataluña como nación europea y, finalmente, difusión del proceso soberanista. En este ámbito y, al margen de las declaraciones más o menos estrambóticas, García-Margallo ha conseguido trasladar en Europa la idea de que el pretendido referéndum nacionalista de Cataluña es ilegal y su realización no resulta posible dentro del ámbito de la Constitución española. Dirigentes comunitarios de toda índole y de todo color político se han mostrado enormemente críticos con las pretensiones secesionistas de CiU y han insistido en numerosas ocasiones en que, en el caso de producirse la segregación, Cataluña quedaría automáticamente fuera del ámbito europeo, tanto a nivel político como económico, financiero, diplomático y defensivo.
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