Una extorsión con fotos y vídeos de torturas. Ese fue el inicio del brutal asesinato que se cometió en Alicante. La víctima, un joven argelino de 18 años, fue retenido durante 15 horas por un amigo y su madre, de 81 años, que pensaban cobrar 30.000 euros por liberar al chico pero que acabó muriendo en el hospital a causa de las graves lesiones que le causaron. Los dos implicados ya han sido detenidos por los agentes de la Policía Nacional.
Este asesinato fue esclarecido en tiempo récord por la Policía Nacional en Alicante gracias a la colaboración entre sus distintas unidades de servicio en la ciudad y la rápida puesta en funcionamiento de los protocolos establecidos en materia de delitos violentos.
La investigación, culminada en escasos dos días, ha sido desarrollada y coordinada estrechamente por el Grupo de Homicidios de la UDEV y el Grupo Primero de Crimen Organizado, ambos incardinados dentro de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante. también han contado con la colaboración de los Grupos Operativos de Respuesta de la Comisaría de Alicante Centro y de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Alicante.
El aviso del secuestro de la víctima fue comunicado desde el consulado de Argelia. Los familiares del joven, residentes en el extranjero, fueron quienes habían recibido vídeos y fotos a través de una red social de su familiar en lamentables condiciones, como herramienta de presión para conseguir el lucrativo fin. En estas fotos, la víctima aparecía tendida en el suelo de cúbito supino, con la cara tapada con una fregona, sangrando y muy magullado.
El rescate exigido por su captor para soltarle era de 30.000 euros. Los investigadores de Policía Judicial, iniciaron sus indagaciones con la premisa de localizar el posible domicilio de la víctima para comprobar su estado y certificar la veracidad de los hechos, puesto que en el comunicado no se disponía de ningún dato relativo a su domicilio.
Paralelamente a lo anterior, ya avanzada la tarde del mismo día, una dotación policial, fue comisionada a un domicilio donde un equipo de asistencia sanitaria SAMUR, estaba atendiendo a un varón. Este joven sangraba abundantemente y que tenía varios cortes a lo largo de todo el cuerpo, presumiblemente provocados por una tercera persona.
Las lesiones de la víctima
Cuando los agentes comisionados llegaron al lugar y observaron el escenario, inmediatamente detectaron la posible comisión de un hecho delictivo de naturaleza extremadamente violenta. El chico se encontraba tendido en el suelo de cúbito supino, inconsciente y gravemente herido con laceraciones de cortes y visibles contusiones por todo el cuerpo, el cual estaba siendo asistido por los servicios médicos.
Junto al herido, había dos personas más, una mujer y su hijo, quienes manifestaron ser conocidos de la víctima y que se lo habían encontrado en ese estado por lo que llamaron a los servicios sanitarios. Según las primeras manifestaciones recogidas por los agentes al varón allí presente, éste les contó que su madre y él estaban de vacaciones en Alicante residiendo en otra vivienda.
En cuanto a los hechos, manifestó que su amigo, la víctima, junto con otros cinco individuos, le habían robado el día anterior su dinero y otras pertenencias y que, tras habérselas reclamado, su amigo le llamó por teléfono la madrugada del día de los hechos para devolvérselas.
Sin embargo, continuó relatando, su amigo se encontraba en el lugar con otros dos varones desconocidos para él y no consiguió recuperarlas, marchándose del lugar y dejando allí a su amigo con esos dos varones. Incluso aportó la filiación de un varón a quien incriminaba como posible autor de los hechos.
El robo de un teléfono
Por último dijo, que por la tarde fue con su madre al domicilio y hallaron a su amigo tendido en el suelo y herido, por lo que llamaron a los servicios sanitarios. Dado el suceso, cuando los agentes dieron cuenta de ello a la Brigada de Policía Judicial, se activó el protocolo de delitos violentos.
Mientras que los agentes acababan de recabar los datos y comparecían en las dependencias de Policía Judicial, dos conocidos de la víctima, desconocedores de su estado, se personaron en la Comisaría para informar a la Policía que habían visto en el perfil abierto que un amigo suyo tenía en una red social, fotos de su amigo tumbado en el suelo de su piso, desnudo y con una fregona en la cara y que pensaban que lo tenían secuestrado, sospechando de su compañero de piso, un varón cuya descripción coincidía en características físicas con el individuo que había en la vivienda junto a la víctima.
De este modo, fue cómo se cruzó la investigación que ambos grupos de Policía Judicial habían iniciado y se estableció la conexión entre ambos hechos, disponiéndose la detención del sospechoso.
Así las cosas, se desplazaron al lugar varias dotaciones policiales quienes llegaron al escenario de los hechos justo en el momento en el que la madre del sospechoso estaba limpiando la sangre del suelo de la vivienda con una fregona con el presunto propósito de hacer desaparecer cualquier vestigio posible que les pudiera incriminar a ella y a su hijo, quien en esos momentos no estaba en la vivienda.
La madre limpiaba la escena del asesinato
Por este motivo y otros indicios con los que contaban los investigadores la mujer fue detenida y trasladada a dependencias policiales, dando comienzo en ese instante la búsqueda de su hijo quien fue localizado y detenido una hora después. La vivienda desde ese momento fue rigurosamente custodiada por la Policía Nacional hasta la llegada de los investigadores con la comisión judicial para la práctica de la inspección ocular.
Posteriormente, gracias a la minuciosa inspección ocular llevada a cabo en el lugar del suceso bajo mandato judicial, se obtuvieron indicios claros sobre la posible sucesión de los hechos confirmándose todos los datos que manejaban los investigadores de Policía Judicial hasta el momento.
Manchas de sangre por toda la vivienda y mobiliario, e incluso en el colchón de la víctima, al que habían dado la vuelta intentado ocultar los restos de sangre que tenía. Los videos y fotos que enviaron a la familia, se determinó que habían sido tomados en el mismo lugar donde fue hallada la víctima.
La fregona con la que la arrestada fue sorprendida por los agentes intentando limpiar los restos de sangre, era la misma con la que le taparon la cara cuando le hicieron la foto para exigir el rescate por su secuestro, todo concordaba con la hipótesis de trabajo establecida inicialmente por los investigadores.
Así fueron las torturas
Otro hecho revelador, fue el hallazgo de prendas de ropa que pertenecían al arrestado y que se veían claramente en los videos y fotos, así como la documentación de la víctima rota y ocultada dentro de la cisterna del baño, además de la presunta arma blanca que usaron para torturarle.
El funesto desenlace fue comunicado desde el hospital a la Brigada de Policía Judicial la tarde del día siguiente al ingreso hospitalario de la víctima. Veinticuatro horas después aproximadamente, la víctima fallecía en el hospital debido a uno de los golpes que había recibido en la cabeza.
Según reveló la autopsia, un fuerte traumatismo provocado por un golpe con algún objeto contundente en la cabeza fue la causa del fallecimiento y el motivo por el que ingresó prácticamente en muerte cerebral, lo que le produjo a la víctima una hemorragia cerebral y un edema, derivando en un fallo multiorgánico. Cortes por todo el cuerpo incluido las plantas de los pies, el hígado afectado y un neumotórax, además de otras lesiones de consideración era el desgarrador balance del estado en el que quedó el cuerpo del fallecido.
La cronología del crimen
Todos estos indicios, recabados por los agentes con la diligencia suficiente para evitar que los arrestados eliminasen pruebas, junto con la toma de declaraciones a testigos relevantes para la culminación de la investigación, permitió a los agentes de Policía Judicial establecer una hipótesis concreta sobre cómo pudieron desarrollarse los hechos.
Según parece, la víctima y el arrestado llevaban dos días discutiendo sobre un posible robo del primero al segundo de su dinero y documentación, además de las llaves del domicilio donde estaba viviendo con su madre, distinto al parecer del lugar del crimen.
Testigos presenciaron cómo en una ocasión, el arrestado le increpaba en actitud violenta para que se las devolviera, sin embargo, la víctima no le dio importante. La madrugada del día de los hechos, el arrestado se presentó en la vivienda de la víctima insistiendo en recuperar sus pertenencias, pudiendo ser este el momento en el que debió producirse una discusión que concluyó con la víctima herida y en mal estado, posiblemente por el golpe en la cabeza que le provocó la muerte un día después.
Desde ese momento y durante las siguientes quince horas, el arrestado, presumiblemente con la ayuda de su madre, debió someter a la víctima a un constante e innecesario sufrimiento, ensañándose de tal modo que le dejaron prácticamente sin vida, manifestando un gran desprecio a la intimidad y dignidad de la víctima, al haber expuesto las imágenes de la víctima en el perfil abierto de su red social, desnudo y en un lamentable estado provocado por la tortura a la que le sometieron, con una fregona tapándole la cara.
Los culpables del asesinato
Finalmente, madre e hijo, posiblemente al ver que la víctima no reaccionaba y estaba inconsciente (estado en el que lo encontraron los sanitarios) intentaron ocultar los hechos, llamando a los servicios sanitarios y simulando que lo habían encontrado en ese estado.
Los arrestados, varón de 40 años de edad y su madre de 81 años, ambos de nacionalidad argelina, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia de Alicante, acusados de los delitos de asesinato, secuestro y delito contra la intimidad. Se decretó el inmediato ingreso en prisión provisional para el varón mientras que la mujer fue puesta en libertad tras su comparecencia en el Juzgado.
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