Jesús P.H. tenía una doble cara ante su familia en lo relacionado con el crimen de Juana Canal. Cuando su nombre salió en todos los medios de comunicación como sospechoso del asesinato evitó decir a sus allegados que la había denunciado por malos tratos. En cambio dijo a su núcleo de confianza que se querelló contra su pareja por una cantidad aproximadas de setecientos euros que él le acusaba de haberle sustraído, según el sumario al que ha tenido acceso Vozpópuli.
La pareja de Juana Canal rectificó en tres ocasiones su participación en el homicidio. Finalmente confesó que mató a su novia de un golpe en la cabeza y después descuartizó su cuerpo en la bañera del piso que compartían en el barrio de Pueblo Nuevo de Madrid.
La trágica noche del 23 de febrero de 2003, la víctima llamó a la Policía por un suceso relacionado con malos tratos. Los agentes que fueron al lugar no detuvieron a Jesús porque dijo que estaba recogiendo sus cosas para marcharse del domicilio que llevaban cuatro meses compartiendo en Ciudad Lineal.
Una vez que se fueron este hombre acabó con la vida de Juana Canal. "Respecto a esta disución el investigado si parece haber ocultado información tanto a su actual pareja como a sus familiares", asegura el sumario del caso realizado por la Policía Nacional y la Guardia Civil.
"La discusión de Jesús y Juana no fue acalorada"
Dos días después de la desaparición de Juana Canal, Jesús acudió a la Comisaría de Policía Nacional de Carabanchel, donde vivía con sus padres, para denunciar a la mujer por malos tratos. Tenía una herida en el brazo que fue fruto del enfrentamiento de esa noche.
Esa información la oculto a su familia. "Ninguno hace mención a agresiones físicas, ni lesiones, incluso su mujer refiere que, según le contó el propio Jesús, ni siquiera se trató de una discusión acalorada", dicen los investigadores del caso.
Quemaduras con un cigarrillo y un cuchillo
Esto contrasta con lo que el mismo refería en su denuncia: golpes, arañazos, patadas, quemaduras de cigarrillo e incluso un incidente con un cuchillo que le produjo un corte en la palma de la mano. También se contradice con el parte médico que adjunta en la que únicamente se recogen arañazos y una quemadura.
"La única referencia que el investigado habría hecho a su familia respecto a la presentación de denuncia contra Juana es relacionada con una cantidad aproximada de setecientos euros que él le acusaba de haberle sutraído, nadie del entorno de Jesús ha tenido constancia de las lesiones que este denunció", recoge el sumario del caso de Juana Canal.
La familia de Jesús conoció la desaparición de Juana en 2019
Las declaraciones de familiares de Jesús, recibidas apunta únicamente el conocimiento de la breve relación mantenida por él con Juana Canal (sus padres únicamente la vieron personalmente una vez y sus hermanos nunca) sin tener conocimiento de su desaparición hasta la aparición de sus restos en el año 2019.
Respecto a la aparición de los restos en las proximidasdes de su pueblo y en las cercanías de una finca y construcción de su propiedad, nadie aporta o puede aportar una explicación lógica ni siquiera la pareja de Jesús que le ha planteado directamente la cuestión sin obtener respuesta.
Para los investigadores también contrasta que al salir en búsqueda de Juana Canal y no encontrarla, el ahora detenido recogiera inmediatamente todas sus cosas y abandonara definitivamente el domicilio, "sin preocupación ninguna".
Pidió dinero a las hermanas de Juana
Cuando llegó a la 13 de ese día el hijo de la fallecida al domicilio los efectos de Jesús ya no se encontraban en el piso. Según el entorno de Juana Canal, Jesús en ningún momento volvió a interesarse por su paradero ni estado. Se reunió solo dos veces con las hermanas de su pareja para hablar sobre su desaparición y reclamarles un dinero que faltaba del domicilio.
Para los investigadores, la única explicación lógica de que aparecieran los restos de Juana en ese lugar fuera porque fueron ocultados por alguien que conocía la zona. El único de su entorno que tenía relación con ese pueblo era Jesús. Además todos los efectos de la desaparecida fueron hallados en el interior del domicilio. Teléfono móvil, bolso, tabaco, documentación y los antidepresivos que tomaba.
Para los investigadores Jesús siempre fue el principal sospechoso por el perfecto conocimiento que tenía de la zona por sus visitas desde antaño aunque reconocen que en los últimos años su familia recurría a casas rurales de alquiler para pernoctar en vacaciones.
Volvió con su primo a la casa que compartían en Madrid
Todo ello hacía que la zona fuera cuanto menos segura para la posible ocultación de restos o la manipulación del cadáver. La parcela familia, que tiene 2.469 metros cuadrados, solo dipone de una vivienda de tres alturas en desuso. Es un lugar muy poco frecuentado y en situación de abandono.
Los agentes encargados del caso también destacan que dos días después de la desaparición de Juana, Jesús fue al piso de la calle Boldano, junto a su primo, para devolver a la sobrina de la víctima las llaves del piso. "Se marchó sin ni siquiera preguntar por ella a la que supuestamente había ido a buscar", destaca la Policía.
Un registro fantasma a su taxi
En las escuchas telefónicas, algunas de ellas en húngaro o en caló, la mujer actual de Jesús le llegó a plantear una muerte accidental de Juana. "Que a lo mejor tú (ininteligible) un empujito chelá". Sin embargo, él negó toda su implicación,,
La Policía Nacional, agentes de Ciudad Lineal, llegaron a inspeccionar de forma superficial el taxi de la marca Skoda que Jesús conducía por esa época. Los investigadores actuales no pudieron recuperar el acta de esa intervención policial para su actual informe.
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