Hannah Arendt explicó que el mal tiene un origen banal y que las personas, motivadas por el entorno social, cometen atrocidades sin reflexionar sobre sus actos. Quizá la tesis de Arendt sirva para explicar por qué desde la más tierna infancia se fija un objetivo a humillar, un ser humano que arrastrará toda su vida secuelas de esa "banalidad", "mala suerte" y, sin duda, injusticia. Según el V Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, en el 64% de los casos de acoso escolar, el "aspecto físico" es el que motiva las agresiones a la víctima.
Por mucho que los tiempos cambien, las víctimas de los insultos colegiales siguen siendo 'el gordo', el que tiene un lunar muy grande, el estrábico... y, en definitiva, todo aquel con un aspecto que se salga de la norma. El aspecto físico es el principal motivo de acoso, muy por delante de la "raza", la "religión", o la "orientación sexual".
El boxeador Jero García, antaño "acosador escolar" y ahora activista contra el bullying, explica en declaraciones a Vozpópuli que detrás de los agresores suele haber "problemas de salud mental". "Cada vez hay más niños que utilizan la violencia para reafirmarse. Tener un trastorno no quiere decir que seas agresivo. Sin embargo, hay casos como el mío. Yo tengo TDAH y, en aquel momento, no saber canalizar lo que me ocurría me llevó a hacer trastadas. Es el círculo dopamínico. Hay gente que se desfoga bebiendo, follando... a mí me salía a través de la violencia", afirma García.
El boxeador insiste en que hay un vacío legal "inaceptable" sobre el acoso escolar. "No puede ser que haya tres leyes sobre violencia de género, el sí es sí, la infancia y la adolescencia y solamente se hable de acoso escolar en una pequeña frase de nuestro corpus legal. Abogo por una ley orgánica de protección integral del menor. Tiene que haber una ley del bullying, una ley contra el acoso escolar, si no, no se puede insuflar disciplina. Hay libre albedrío, los niños no se preocupan y a los padres les da igual. Cuidadito, el día que los padres sean responsables penales de lo que hagan su hijo la cosa cambiará". García ve "incomprensible" que haya "una ley para penalizar un piropo, y no la hay para una agresión que puede provocar un suicidio, como el acoso escolar".
Hay una ley para penalizar un piropo, y no la hay para una agresión que puede provocar un suicidio, como el acoso escolarJero García, boxeador y activista contra el bullying
El segundo motivo más aludido por los alumnos para agredir según el informe es "por las cosas que hace o dice" la víctima (56%). A continuación se sitúa la "cultura, raza o religión", señalada por el 27% de los encuestados. "Oler mal" o ir "sucio" al colegio es el cuarto motivo (25,1%). La "orientación sexual" se sitúa en novena posición (19,4%).
Los insultos, motes y burlas son la manera más mencionada para agredir a las víctimas de bullying (88,1%). A gran distancia le sigue el aislamiento (31,4%), la difusión de rumores (25,9%) y los golpes (18,6%).
Respecto a la penetración del ciberbullying, es menor de lo que cabría esperar. El 7,4% del alumnado piensa que hay alguien en su clase que es víctima de ciberbullying (-0,8 puntos porcentuales menos que en el curso anterior), 8,4% en primaria y 6,8% en secundaria. Al ajustarlo estadísticamente, en las clases en que los alumnos perciben que hay acoso escolar por cada 30 alumnos/as de media, hay 0,7 víctimas de ciberbullying (2,3%).
Respecto al anterior curso, los alumnos perciben una mayor intervención de los profesores en las situaciones de acoso, aunque esta sigue siendo claramente insuficiente. Solo seis de cada diez alumnos (62,1%) cree que los profesores hacen algo ante una situación de acoso escolar
Mínimo histórico de acoso escolar
Hay una nota positiva en el informe de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR. En el curso 2022-2023, la percepción del alumnado sobre la incidencia del acoso escolar ha decrecido en relación con el curso anterior 12,6 puntos porcentuales, alcanzando su mínimo desde que estas fundaciones realizan su informe. El 11,8% de los alumnos percibe acoso escolar en clase, una cifra que dista mucho de la registrada años anteriores.
El pasado curso escolar era el 24% de los alumnos el que percibía bullying. Hace años, estas cifras eran mucho mayores. En 2016, el 50% de los alumnos encuestados percibía situaciones de acoso escolar, récord en los últimos ocho años.
El perfil del agresor
Las motivaciones del agresor, según las respuestas ofrecidas por el profesorado, son el sentimiento de superioridad; la agresividad (falta de control); los problemas familiares; la falta de habilidades sociales y los problemas psicológicos.
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