La falta de atención sanitaria está generando problemas de seguridad en los centros penitenciarios. Ese es la conclusión a la que ha llegado el sindicato ACAIP-UGT, que ha elaborado un importante informe sobre los problemas que viven los funcionarios dentro de las cárceles. Los datos revelan que la carencia de médicos en las prisiones, se ha reducido su presencia a la mitad en los últimos diez años, ha provocado el aumento de la tensión y las agresiones de los internos tanto a los trabajadores como entre ellos.
"Nos encontramos ante un deterioro cada vez mayor de la sanidad penitenciara que se traduce en un déficit de atención al interno y en problemas de seguridad", desgrana el informe. Desde el sindicato se remarca que han pasado 20 años y la mayoría de las regiones "no han asumido" las transferencias sanitarias relativas a los centros penitenciarios. Solo Cataluña, País Vasco y Navarra.
Hace diez años, en 2014, la dotación de los servicios médicos, para una población reclusa de 55.726 internos era de 371 especialistas. La ratio médico/interno suponía la cifra de 6,66 médicos por cada 1.000 presos.
La radiografía de las prisiones
Sin embargo, la radiografía de 2024 es muy distinta. Con los datos actualizado de junio de 2024 para una población reclusa de 48.763 presos, en los centros penitenciarios hay un total de 148 médicos. El dato reflejado "hace saltar todas las alarmas", según el sindicato, pues la ratio médico/interno ahora se sitúa en 3,46 facultativos por cada 1.000 presos.
En conclusión, la atención médica en los centros penitenciarios se ha reducido a la mitad en los últimos 10 años. La "consecuencia lógica" de este déficit supone el aumento del número de salidas para la asistencia sanitaria en el exterior.
"Cada consulta hospitalaria en el exterior consume gran cantidad de recursos ya que, para realizarla, es necesaria la coordinación de la prisión con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y los servicios sanitarios, de manera que se asegure, tanto el traslado, como el tiempo de permanencia en el hospital asignado, lo que conlleva, a su vez, la priorización de esta atención frente a la de la población en general, independientemente de la gravedad de la misma", detalla ACAIP-UGT en su informe.
El sindicato recuerda que estas actuaciones provocan problemas de seguridad en las salidas de los internos al exterior ya que algunos las utilizan para intentar fugarse. Aún tenemos en el recuerdo las huidas en marzo en Salamanca o en junio en Cantabria.
El papel de los médicos en los centros penitenciarios
Y es que el papel de los facultativos en los centros penitenciarios tiene una "importancia vital para su normal funcionamiento". "Nos encontramos con varios problemas derivados de este déficit. Los escasos médicos que trabajan en los centros penitenciarios dependientes de la Secretaría general de Instituciones Penitenciarias, deben atender a los internos a su ingreso y hacer una valoración clínica y cribado para evitar problemas de salud pública en el interior, como brotes de enfermedades infecciosas o parasitarias", detallan.
Es de igual forma "imprescindible" una "detección precoz de enfermedades mentales y una correcta administración de fármacos". "La población reclusa se caracteriza por tener elevados problemas de salud derivados de adicciones, o de una atención deficitaria en el exterior ya que, normalmente, se trata de personas poco sujetas al sistema, por lo que es prioritaria la atención médica inicial que no puede realizarse por sistemas como la telemedicina, sino que requiere de una atención personalizada y presencial", afirman.
"No se puede dejar caer el sistema". Más del 30% de los internos necesitan medicación psiquiátrica y un alto porcentaje tiene patologías diversas como hepatitis, VIH o diabetes.
Otra de las derivadas de esta carencia de médicos en los centros es que con ello se provoca una "alteración del orden regimental" porque muchos de estos internos "no ven atendidas sus necesidades".
Las agresiones y conflictividad en las cárceles
El índice de conflictividad se ha incrementado. Las agresiones a trabajadores penitenciarios por cada 1.000 internos han aumentado en un 53,49% y las agresiones entre presos por cada 1.000 han ascendido en un 26,27% en el periodo que comprende de 2016 a 2023. "Es innegable que la situación requiere un análisis muy profundo y cambios en la gestión de los centros penitenciarios para atajar esta escalada de conflictividad y plantear soluciones a la sanidad penitenciaria", solicita el sindicato.
ACAIP-UGT reflexiona que la solución del problema de los centros penitenciarios pasa por un compromiso por parte de la administración penitenciaria y de las propias Comunidades Autónomas. "No es solo una cuestión de atención médica, se trata de la más elemental asistencia y de no establecer una doble pena a quienes se encuentran privados de libertad, sin obviar la grave alteración del orden y los problemas de seguridad que genera en los centros penitenciarios la falta de atención sanitaria", concluyen.
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