Se llama Gemma Alcalá y es periodista, pero ese día se hizo llamar Ana Arias y dijo trabajar para una empresa de cazatalentos. Era mentira. Al otro lado de la línea telefónica escuchaba, sorprendida, la trabajadora de un despacho de abogados al que estaba investigando su marido, el todavía comisario en activo José Manuel Villarejo. En realidad, la llamada era una treta para captar como informante a esa trabajadora y que les facilitase información desde dentro, según sospechan los investigadores.
Vozpópuli ha tenido acceso a la grabación que obra en poder de la Policía. Se produjo el 15 de octubre de 2013 y la conversación dura tres minutos y 42 segundos. Según los investigadores, la grabó desde su teléfono móvil la propia Gemma Alcalá, investigada en el marco del caso Tándem. El audio fue hallado por los investigadores dentro de un pen drive incautado en la casa de la pareja en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.
“Me pongo en contacto con usted para ver si hay posibilidad de que nos veamos. Yo soy una profesional, un head hunter, es decir, que selecciona a profesionales con un perfil singular y tengo un encargo para ponerme en contacto con usted para ofrecerle una propuesta laboral”, así arrancaba la oferta que desconcertó a la trabajadora. “Pero si yo no tengo en ningún sitio mi currículum echado ni nada”, le contestó.
"Ha sido usted señalada"
El objetivo era concertar una cita cara a cara con la excusa de explicarle la oferta laboral: “Telefónicamente no estoy autorizada, supongo que está relacionada con el sector en el que usted está y por eso ha sido usted señalada para, para que tenga yo una entrevista con usted”. Pero la mujer insistió en que ella estaba “a gusto” en su trabajo y que no deseaba tener otras ofertas. “Creo que merecería la pena por lo menos escucharlo ¿eh? Porque ya le anticipo que quizá no sea incompatible con lo que esté haciendo”, reiteró una vez más la mujer de Villarejo.
El proyecto de informante del clan Villarejo trabajaba para el despacho de abogados Balder. Lo habían fundado extrabajadores de otro bufete llamado Herrero y Asociados, que sospechaba de que sus antiguos empleados le estaban robando clientes. Por esa razón contrataron al comisario -todavía en activo- al que le pagaron al menos 300.000 euros, según consta en las pesquisas de la Audiencia Nacional. La Fiscalía anticorrupción acusa al mando de saltarse varias líneas rojas, prohibidas a todo investigador privado, función que Villarejo compaginaba con la de funcionario policial.
"Todavía no está captada"
La trabajadora de Balder se quedó con el teléfono de Gemma Alcalá, alias Ana Arias, pero no consta que volviesen a tener ningún contacto. Pero en otra grabación es el propio Villarejo quien confirma sus intenciones. Se lo confesó a una cliente del despacho que le contrató para estos trabajos y que le pregunta expresamente por esta mujer que antes había sido empleada de Herrero y Asociados. “Esta chica la hemos tocado, pero todavía no está captada”, le dice Villarejo en otra conversación del 3 de octubre de ese 2013 que también obra en poder de los investigadores. La cliente del comisario se compromete a conseguirle el teléfono personal. Dos semanas después, se produjo la llamada de Gemma Alcalá.
Tal y como informó este periódico el pasado julio, la mujer de Villarejo tuvo que escuchar su voz haciéndose pasar por una cazatalentos durante su comparecencia como investigada en la Audiencia Nacional. Ante el juez y los fiscales admitió que hizo esa llamada por indicación de su marido y su socio, Rafael Redondo, también investigado. Pero a partir de ahí dijo no recordar por qué lo hizo, ni por qué adoptó un alias, ni cuáles eran las intenciones.
Además Villarejo realizó un informe con el resultado de sus pesquisas llamado Iron en el que se incluye una investigación en profundidad de esta mujer. En un apartado aparecen sus datos personales como el nombre de sus padres, la actual pareja de su madre, su lugar de residencia y hasta descripciones y fotos de la casa. También imágenes de personas de su entorno. En los apuntes realizados por el clan Villarejo hay comentarios hasta de sus relaciones íntimas y apuntes sobre con quién podría estar “enrollada”.
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