El número de inmigrantes ilegales llegados a Canarias por vía ilegal en el periodo interanual de 2024 respecto a agosto de 2023 ha generado estas cifras: un aumento del 123,1%, es decir 14.085 más. En 2024 han llegado a las islas 373 cayucos y pateras cuando entre enero y agosto de 2023 sumaron 212 efectivos. Este ejercicio ha crecido un 161%, cuando en la comparativa entre 2023 y 2022 se daba un incremento del 75,9%.
En Senegal, las tragedias relacionadas con la inmigración ilegal siguen siendo noticia. En Mbour, el distrito de Téfess está convulsionado y este lunes se ha sabido la desaparición de más de 20 jóvenes en el mar. Se desconocen noticias de estos inmigrantes desde hace 19 días. En ese grupo hay seis miembros de una misma familia: un hijo y cinco nietos. Las cifras canarias no reflejan por qué se ha impedido la llegada de cientos de migrantes frenados por las autoridades de Mauritania, Senegal y Marruecos, como ocurría el pasado 31 de agosto en el Sáhara y que sumaban 168 inmigrantes subsaharianos.
En total, a España han llegado en agosto 35.456 inmigrantes por puntos de acceso no habilitados para ello y esta cifra, sobre el periodo anterior, es de 21.780 personas. Es decir: un aumento del 62,8%. Por vía marítima, han llegado 33.481 inmigrantes frente a las 21.025 personas de 2023. En lo que va de 2024, a España han llegado 1.016 cayucos y pateras y en el mismo periodo de 2023 esa cifra era de 992 efectivos irregulares. Esto supone un aumento de 12.456 personas, un 59,2%.
Según los últimos informes del Ministerio de Malienses en el Extranjero y de Integración Africana difundidos este lunes, un total de 5.684 migrantes malienses fueron registrados como retornos voluntarios entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2024. No se sabe cuántas personas de esa cifra vienen de Canarias. La mayoría de estos retornos voluntarios provienen de los países vecinos de Malí, en particular Argelia, Libia y Níger. Estas regiones han sido durante mucho tiempo los principales destinos de los inmigrantes malienses que buscan oportunidades económicas o huyen de las difíciles condiciones de vida en su país de origen.
Sin embargo, el deterioro de las condiciones económicas y de seguridad en algunos de estos países de acogida, empeorado por la crisis sanitaria mundial y las tensiones regionales, ha empujado a muchos inmigrantes a viajar a la ruta atlántica.
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