El objetivo de cualquier trabajador es poder jubilarse dignamente cuando llegue el momento. La Seguridad Social es quien administra el sistema de pensiones, donde la cantidad recibida depende de los años de trabajo y las contribuciones realizadas a lo largo de la vida laboral. No obstante, en el caso de los autónomos, existe un problema, se ven afectados muy negativamente por este sistema, ya que a menudo reciben una pensión por debajo de los 1.000 euros.
Según un informe publicado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), en estos casos la edad de jubilación se retrasa a los 65-67 años. De esta misma manera, el periodo de cotización exigido para obtener toda la prestación pasa de 35 a 37 de cotización.
Si un autónomo quiere prejubilarse, podrá hacerlo sin problema, siempre que cumpla con el requisito de tener al menos 35 años cotizados. Se deberá tener en cuenta que en este caso, la pensión se verá reducida en un porcentaje en función de los años cotizados. Por otro lado, se protegerá a quien se haya visto en la obligación de jubilarse de forma prematura.
Es sorprendente, pero esencial destacar, que alrededor del 86% de los autónomos cotizan por la base mínima. Esto tendrá un impacto significativo en sus futuras pensiones de jubilación. Y es que el trabajador autónomo actualmente tiene que cumplir con las mismas exigencias que los asalariados para llegar a cobrar la pensión contributiva de la Seguridad Social.
¿Por qué las pensiones de los autónomos son más bajas?
Como se apunta en el informe de la ATA, la mayoría de los autónomos trabajan por una base de cotización muy baja. Esta es la razón por la que cobran menos jubilación que el resto de los trabajadores. El informe confirma que muy cerca del 90% lo hacen por la base de cotización mínima.
La cantidad de las pensiones de estos trabajadores que cotizan por la base mínima depende de los años de cotización, pero la Seguridad Social establece que deben haber cotizado un mínimo de 15 años, de los cuales al menos dos deben estar dentro de los últimos 15 años antes de solicitar la pensión.
Para abordar esta disparidad en las pensiones, el sistema vigente desde enero de 2023 requiere que los autónomos coticen según sus ingresos reales, es decir, la base correspondiente a sus rendimientos netos. Son muchos los que deciden bajarse la base de cotización, algo que afecta de manera directa a la pensión que recibirán en un futuro, que por lo general no llegará a 1.000 euros al mes.
Para comprender mejor este proceso, es esencial entender cómo se calcula la pensión de jubilación de un trabajador autónomo: se determina mediante una base reguladora a la que se aplican porcentajes según los años de cotización.
Para ello, se suman las bases de cotización de los últimos 25 años y se dividen entre 350 (equivalente a 300 meses entre 350). El resultado representa la base correspondiente. Por lo tanto, cuanto más altas sean las bases de cotización durante los últimos 25 años, mayor será la cantidad de la pensión.
La razón principal detrás de todo esto, según el estudio citado anteriormente, es la limitación de ingresos que impide aumentar la base de cotización. Otros factores también incluyen la naturaleza temporal de sus empleos. Además, algunos optan por invertir en planes de pensiones privados, ya que creen que son una opción superior a las pensiones o prestaciones por cese de actividad proporcionadas por el sistema público.
Los autónomos se enfrentan a grandes desafíos para poder asegurarse una jubilación adecuada y por eso mismo se requiere un equilibrio entre la seguridad social pública y las opciones privadas de ahorro.
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