Los últimos contratiempos diplomáticos entre Madrid y Rabat -incluida la polémica declaración del reino alauí sobre la "inexistencia" de la frontera de Melilla- no han sido un obstáculo definitivo para que España y Marruecos estén un paso más cerca de alcanzar un hito que no se da desde hace 40 años: la venta de un buque de guerra, bajo la denominación Avante 1800, que fabricarán los astilleros de Navantia. Se trata de un patrullero de altura de última generación, dotado de los sistemas más sofisticados, y que se incorporará a la Marina Real marroquí gracias a un crédito de 95 millones de euros que el Banco Santander ha concedido al país vecino.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció en enero de 2021 durante una visita a los astilleros de Navantia -en San Fernando, Cádiz- la firma del acuerdo con Marruecos para la venta de un patrullero de altura. Pero desde entonces, las relaciones entre Madrid y Rabat han sufrido serios contratiempos, hasta alcanzar niveles de tensión que sólo se superaron en la crisis de Perejil: la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para recibir un tratamiento médico, y la consecuente irrupción de miles de personas en Ceuta por vías irregulares bajo la permisividad de la gendarmería marroquí fueron los elementos que dinamitaron los puentes diplomáticos a ambos lados del Estrecho.
La crisis se superó después de que el Gobierno de Pedro Sánchez remitiese una carta a Mohamed VI en la que asumía su plan de soberanía sobre el Sáhara, y en la que se pactaba una nueva hoja de ruta para las relaciones bilaterales basadas en la "confianza". Con todo, esta misma semana Rabat ha remitido una carta al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en la que explica su versión de la tragedia de la valla de Melilla del pasado mes de junio: "El Reino de Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España y Melilla sigue siendo un presidio ocupado y, por este motivo, no se puede hablar de fronteras, sino de simples puntos de paso".
A pesar de que en algunos momentos se especuló con la posibilidad de que Marruecos rompía el acuerdo, lo cierto es que los trabajos han seguido adelante y esta misma semana se ha alcanzado un hito destacado para su consecución: la publicación en el Boletín Oficial de Marruecos de un anuncio en el que se asume un crédito de 95 millones del Banco Santander para la compra del patrullero de altura. Medios marroquíes difieren en la cifra total del contrato, con una horquilla comprendida entre 130 y 150 millones de euros, si bien no hay una confirmación oficial sobre la cuantía.
Último acuerdo con Marruecos
Para encontrar un precedente similar hay que remontarse a 1982 -hace exactamente cuarenta años-, cuando España suministró varios patrulleros y una corbeta a Marruecos. Desde entonces, el reino alauí ha confiado en otros países en la compra de buques para su Marina Real. Pero ahora la industria estrecha lazos a ambos lados del Estrecho y por fin parece que se superan todos los obstáculos, incluida la financiación, para que un buque fabricado en España cruce al otro lado del Estrecho.
El Avante 1800 es un moderno buque diseñado por Navantia, con una longitud de 89 metros y 13,3 de eslora, con una dotación de 46 personas y capacidad de albergar a otras 12, según el dossier oficial de los astilleros. Además cuenta con modernos sensores y radares, contramedidas electrónicas, un cañón de 76 milímetros y sistema de lanzamiento de misiles, así como un puente para llevar un helicóptero. Su fabricación supondrá "un millón de horas de trabajo para los astilleros de la bahía de Cádiz" y "cerca de 250 empleos durante los próximos tres años y medio", destaca Navantia.
La negociación para su fabricación viene de largo. En abril de 2020, Marruecos anunció las características concretas que debía tener el buque que quería incorporar a su Marina Real. Varios países se interesaron y Navantia presentó su oferta ese mismo mes de agosto. Un equipo de la compañía viajó al país vecino para profundizar más en los requerimientos de Rabat, abriendo una línea de diálogo que se prolongó durante el resto del año, hasta que por fin se anunció que los astilleros españoles construirían el patrullero del país vecino.
Ahora las relaciones bilaterales entre Madrid y Rabat atraviesan un nuevo tropiezo, después de que Marruecos negase la soberanía española sobre Ceuta y Melilla ante la ONU. "Son España", respondió Pedro Sánchez. Pero, pese a esas tiranteces diplomáticas, ambas partes están a punto de alcanzar un hito que no se da desde hace 40 años; esta vez a través de los astilleros de Navantia.
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