La semana pasada, antes de la vuelta de vacaciones, llovió alguna que otra noticia sobre Renfe Operadora, concretamente sobre la conexión de Madrid con Galicia por alta velocidad, un proyecto que nunca termina de ver la luz. Por un lado, el Ministerio de Fomento informó que en lo que va de 2012 se han invertido 1.745 millones de euros en las obras de esta línea; por otro, el propio Mariano Rajoy, en lo que parece un mensaje cargado de contenido electoral, prometió este fin de semana en Sotomayor (Pontevedra) que el AVE llegaría a su Galicia natal en 2018, tres años después de lo contemplado en el manirroto Pacto del Obradoiro, que en su día firmaron el presidente autonómico Alberto Núñez-Feijóo y otro gallego venido a menos, Pepiño Blanco, entonces responsable de Fomento.
Tanta inversión choca con una información que pasó a pies juntillas por el caluroso verano: que actualmente ningún tren en Galicia cubre los gastos que genera, según explicó Fomento, hoy tutelado por Ana Pastor, a la pregunta planteada por el diputado de CiU, Pere Macias. Aunque Fomento no brindó datos globales, la línea Vigo-Santiago de Compostela-A Coruña, la más transitada, cubrió el 63,8% de sus gastos de explotación en 2011. Otro trayecto, esta vez de larga distancia, es el Madrid-Pontevedra/A Coruña, en el que los ingresos por la venta de billetes alcanzaron el 74%. Ningún trayecto llega al 100% o sobrepasa esa barrera, con lo que la rentabilidad de Renfe en Galicia está lejos de ser amortizada, independientemente de que los trenes sean de Media o Larga Distancia.
Casualmente, tanto el anuncio de la inversión efectuada como el de la hipotética llegada de la alta velocidad se producen tras el adelanto electoral comunicado por Feijóo el pasado 24 de agosto. Según Fomento, en los últimos ocho meses el corredor ferroviario Madrid-Galicia "ha experimentado un gran impulso en las últimas semanas”. No obstante, por los despachos de la Xunta pulula un informe firmado por personal técnico de la administración regional que señala que con el actual ritmo de inversiones que el Gobierno destina a este proyecto será imposible que Galicia tenga AVE antes de 2018. Más leña.
Galicia ya tiene un AVE ruinoso
Realmente, Galicia tiene alta velocidad, aunque se trata de un modelo híbrido que aprovecha el ancho de vía ibérico, notoriamente más lento que el AVE usual y sin conexión con la meseta (cubre el tramo Orense-Santiago-A Coruña). Curiosamente, un servicio que también ejemplifica otro caso de derroche: entre diciembre de 2011 (cuando se inauguró) y marzo de este año, el 75% de sus plazas estaban vacías. Costó 3.500 millones de euros.
En oposición al caso gallego, todas las líneas del corredor Mediterráneo y todas las que conectan Madrid con las provincias que bordean este mar salen rentables. El año pasado, solo el AVE Madrid-Valencia cubrió el 114,2% de los gastos de explotación previstos el ejercicio pasado con la venta de 1,8 millones de billetes.
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