La cumbre madrileña del 18 de junio en la Puerta del Sol entre Isabel Díaz Ayuso, Ignacio Aguado, José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís dejó muy buen sabor de boca entre ellos. Hasta el punto de que sus protagonistas ven un punto de inflexión en la desconfianza que ha habido en la Comunidad de Madrid en las últimas semanas, según constataron a Vozpópuli fuentes del Ejecutivo madrileño y del Ayuntamiento de la capital.
La relación entre el alcalde Almeida y la vicealcaldesa Villacís no se ha visto afectada por la pandemia del coronavirus. No así entre Ayuso y Aguado, donde la crisis de las residencias y las zancadillas entre los consejeros de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero (PP), y de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Cs), han provocado momentos de enorme tensión dentro del Ejecutivo regional que la oposición ha avivado con advertencias de una posible moción de censura.
Un hecho que llevó a Ayuso a plantearse todos los escenarios ante una escalada verbal del PSOE por boca del delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco. Y uno de estos escenarios ha sido la convocatoria de elecciones anticipadas en la región para así desactivar los movimientos de la izquierda, aunque desde el equipo de Ayuso se descarta en estos momentos.
Una vez deshojada la margarita de seguir adelante, llegó la 'reunión a cuatro' entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid en la sede de la Real Casa de Correos. El objetivo era analizar la 'desescalada' de la covid-19 en la región cuando quedaban 48 horas para el fin del estado de alarma. Pero también sirvió para que Ayuso y Aguado congeniasen de nuevo.
Con Almeida y Villacís de 'cicerones', la presidenta y su 'número dos' se arremangaron y consensuaron con ellos una treintena de iniciativas para los próximos meses, indicaron las citadas fuentes. En el comunicado de prensa posterior a la reunión se indicó que ambas administraciones abordaron la distancia de seguridad en el exterior y las limitaciones de aforo en las zonas cerradas.
Nuevo plan para Barajas
También todo lo relacionado con los aforos, la educación y la movilidad "en un contexto donde la responsabilidad individual, la libertad y la sensatez de comercios, empresas y ciudadanos serán claves para garantizar la seguridad". Al día siguiente, el Ejecutivo madrileño aprobó su plan de 'desescalada', donde por primera vez se abrieron las barras de los bares y los parques infantiles aunque con restricciones.
La 'reunión a cuatro' abordó igualmente la necesidad de contar con un plan para el aeropuerto de Barajas que, con el paso de los días, ha sido la principal reclamación de Madrid al Gobierno de Pedro Sánchez, pues este último es el que tiene las competencias aeroportuarias de control migratorio y fronteras. "El aeródromo fue la puerta de entrada del virus y no se pueden dar pasos hacia atrás", recordaron.
De dicha cumbre salió la idea de pedir a La Moncloa la introducción de medidas como los test en origen y otras estrategias serológicas en colaboración con las comunidades autónomas. "El encuentro ha sido también una oportunidad para lanzar un mensaje único de que Madrid es un destino seguro gracias a las medidas creativas que se están desarrollando para conseguir con valentía, cautela, y asegurando siempre cada paso adelante, la reactivación de la región y su capital", concluyeron las administraciones madrileñas.
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