Hay una regla no escrita en el mundo de los narcos. Los jóvenes que se inician en esta práctica delictiva pasan primero por la descarga de los alijos y el contrabando de tabaco. Ese es un primer escalón para ir subiendo en las organizaciones criminales. Este escenario ahora ha cambiado. "Los menores de 16 años ya solo quieren ir en narcolanchas y ganar su primer millón de euros", señalan fuentes policiales a Vozpópuli, que destacan el perfil violento y sin escrúpulos de estos nuevos actores del mundo de la droga que despilfarra el dinero ganado en sus noches de fiesta en Ibiza.
Los 'baby narcos' quieren emular a los protagonistas de las últimas series de moda. Unos delincuentes que siempre obtienen lo que buscan en un mundo de adrenalina, dinero y sexo. Las ficciones que están lejos de la realidad del narcotráfico. Un espejo en el que se miran que esconde más peligros de los que creen.
Una realidad que ha puesto en alerta a los 'señores de la droga' de Andalucía que perciben en primera persona como ha cambiado el tablero de juego en los últimos años. Mientras estos narcos han estado décadas ascendiendo con respeto en las organizaciones criminales, los 'baby narcos' ya no tienen esa paciencia.
Los tradicionales narcos han comenzado desde lo más bajo. Ejerciendo como 'puntos', que es como se denomina a los jóvenes que pasan información sobre la ubicación de la Policía Nacional y la Guardia Civil, o descargando tabaco en las costas andaluzas. Poco a poco iban creciendo con su dinero en los diferentes clanes. De ahí muchos han conseguido ser los que ponen el dinero para traer las 'gomas' desde Marruecos.
Las fiestas de los 'baby narcos' en Ibiza
Ahora, la situación ha cambiado en todos los aspectos. La gran vigilancia de las autoridades en la Línea de la Concepción ha trasladado el negocio de los narcos a otros puntos como Barbate o Chiclana. Además, se han introducido nuevos actores que solo quieren "ganar dinero muy rápido" y no son conscientes de los peligros de estos trabajos.
Y es que ya hay jóvenes, de 16 ó 17 años, que solo tienen el único objetivo de montarse en las narcolanchas. No aceptan otros cometidos como descargar fardos de tabaco. "Se quieren comer el mundo. Tener un cochazo y comprar un terreno para construirse una mansión", señalan fuentes policiales consultadas por Vozpópuli.
"Todos buscan su primer millón. No se contentan con el trabajo de petaqueo con el que pueden ganar 2.000 euros por viaje y al mes embolsarse la cantidad de 6.000 a 10.000 euros", prosiguen estas fuentes. "Lo ven todo muy fácil y no ven temeridad ninguna", añaden.
Estos 'baby narcos' tienen claro eso sí, el objetivo del dinero que ganan: las fiestas en los reservados más exclusivos de la isla de Ibiza. "Se van con 8.000 euros y vuelven tiesos con la necesidad de hacer trabajos", analizan los agentes que se encargan de vigilar sus movimientos.
Los vuelcos de droga
Otro de los factores que se viven a día de hoy en estos negocios ilegales son los vuelcos, robos de droga, que se producen en las zonas 'calientes' de los narcos. "No se pueden fiar de nadie", relatan estas fuentes.
Estos robos violentos los han sufrido hasta los 'grandes señores' de la droga. Hace unas semanas uno de los compinches de Abdellah El Haj Sadek El Menbri, apodado el 'Messi' del hachís, fue amenazado con una pistola en la cabeza. El autor del robo se quedó con 400 kilos de resina de hachís y 10.000 euros de su víctima.
Antes del homicidio de los dos guardias civiles del pasado 9 de febrero del Puerto de Barbate la tónica general de los narcos era huir ante la presencia de las autoridades. Sin embargo, esa dinámica ha cambiado y los jóvenes ahora se enfrentan a los policías sin ser conocedores de las actuaciones que cometen.
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