Vladimir Putin ha decidido apoyarse en los mercenarios del grupo Wagner para lanzar su ofensiva contra Ucrania, aunque los contratistas vienen trabajando para los intereses de Rusia en diferentes partes del mundo en la última década. Tal es su proyección que el los círculos pro-rusos han convertido el emblema de Wagner en un símbolo, a pesar de las denuncias por parte de la comunidad internacional de las atrocidades cometidas en la guerra. Incluso en la Plaza Mayor de la Salamanca se ha podido ver la bandera de los mercenarios, sostenida por un individuo en una escena inmortalizada en una fotografía, que circula en diversos foros y redes sociales.
Diversos informes atribuyen al grupo Wagner una ideología neonazi. El nombre de esta compañía de contratistas estaría inspirado en el músico y compositor Richard Wagner, idolatrado por Adolf Hitler, y la simbología de los mercenarios guarda una estrecha relación.
Se atribuye su fundación a Dmitri Valérievich Utkin, miembro de las Fuerzas Especiales rusas a quien también se le achacan tendencias pronazis. Algunos informes afirman que el empresario ruso Yevgeny Prigozhin, muy cercano Vladimir Putin, financia sus actividades.
La trayectoria de Wagner se dibuja sobre la invasión rusa de Crimea de 2014, pero también en escenarios como Libia, Siria o diversos países africanos, donde actualmente extiende su área de influencia, en detrimento de los intereses de la Unión Europea -y de España-.
En la actual guerra de Ucrania han llevado a cabo acciones militares de envergadura, con especial incidencia en regiones como Bakhmut. Aunque la falta de apoyo logístico y las constantes bajas en sus filas han llevado a Wagner a amenazar con su retirada en esta parte del frente.
Desde que Rusia lanzase su ofensiva sobre Ucrania, Wagner ha protagonizado algunos episodios especialmente polémicos, como la ejecución de militares ucranianos o la muerte con un martillo a uno de sus propios mercenarios que había tratado de desertar. Algunos testimonios de excombatientes de Wagner inciden en las supuestas masacres perpetradas también contra la población civil. Como muestra de su poder, los mercenarios enviaron una maza ensangrentada al Parlamento Europeo, después de que éste reconociese a Rusia como un estado "promotor del terrorismo".
Wagner en foros pro-rusos
A pesar de la evidente fractura entre Moscú y la cúpula del grupo Wagner, la simbología de los mercenarios se ha propagado con voracidad en diversas esferas pro-rusas. También en España, donde se ha registrado una actividad destacada en foros y aplicaciones de mensajería instantánea, en los que se comparten mensajes de apoyo al Kremlin en la guerra de Ucrania y se acusa al Gobierno de Volodimir Zelenski de "nazi" -a pesar de la contradicción que supone el apoyo a Wagner, de marcado carácter neonazi-.
Una simbología que también se ha plasmado en el espacio físico, a tenor de las publicaciones compartidas en la red en la Plaza Mayor de Salamanca, en la que un individuo sostiene una bandera de Wagner, con su particular fondo negro y una calavera blanca en medio de una diana de color rojo. Fuentes de seguridad consultadas por Vozpópuli consideran como opción más plausible que el protagonista se trate de algún estudiante universitario próximo al entorno pro-ruso o de algún turista con las mismas inclinaciones políticas.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado monitorizan la actividad de grupos radicales -de extrema izquierda y extrema derecha- para evitar cualquier tipo de actividad ilícita. Prueba de ello son las desarticulaciones de grupos radicales que se producen en España, en el marco de investigaciones relacionadas con episodios de violencia.
Así, la aparición de la bandera de Wagner en la Plaza Mayor de Salamanca atendería a un episodio aislado, relacionado con un admirador de las actividades de los contratistas rusos. Sin embargo, la escena no ha pasado desapercibida en foros especializados, donde se ha manifestado la sorpresa ante el símbolo de los contratistas en un escenario tan simbólico.
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