La visita de Barack Obama a Madrid ha supuesto un trabajo extra para mucha gente tanto del Gobierno español como de funcionarios de los EEUU. La seguridad ha sido el principal objetivo y no se han escatimado ni medios ni personal. La reducción de la visita a España ha supuesto una decepción y también un gasto inútil de mucho dinero.
Patrimonio Nacional no ha escatimado un euro y ordenó que el Alcázar de Sevilla estuviera resplandeciente. Estaba previsto que Obama paseara por el patio de las doncellas y de ahí iba a entrar al Salón del Trono y los jardines antes de pasar a la catedral. Al final nada.
El propio alcaide del Alcázar, Bernardo Bueno, reconoció que el personal había redoblado su trabajo estos días porque no querían que fallara nada. Incluso se recolocaron algunas de las obras de arte para dar más belleza al monumento sevillano. Cientos de horas de trabajo y dinero,… En Madrid los funcionarios de Patrimonio estaban encantados con la visita.
Cuando viene un mandatario extranjero se oferta hacer horas a determinados profesionales por si los jefes de Estado o de Gobierno reclaman los servicios de los funcionarios. El día que acuden los altos dignatarios extranjeros, que suele ser por la noche, los que no se quedan de guardia, no tienen más problemas que el trabajo matinal extra para dejar el palacio limpio como una patena antes de que se celebren los actos. Pero en esta ocasión los responsables de la casa no querían a sus funcionarios el lunes por la mañana.
El propio presidente de Patrimonio envió una carta a los trabajadores diciendo que el lunes 11 no resultaba posible compatibilizar los actos previstos con las actividades habituales del Palacio
El propio presidente de Patrimonio envió una carta a los trabajadores diciendo que el lunes 11 (la comida estaba prevista para ese día) no resultaba posible compatibilizar los actos previstos con las actividades habituales del Palacio como centro de trabajo “debido a las restricciones de circulación de vehículos y movimientos de personas en la totalidad del recinto durante su celebración”. Por todo ello, el presidente decidió dar un día de fiesta extra el lunes a los cerca de 400 funcionarios que trabajan en las dependencias sin que tengan que recuperar la jornada.
Finalmente Barack Obama acudió al Palacio Real el domingo donde tuvo un encuentro con el Rey Felipe y se anuló la comida del lunes. Pero Patrimonio Nacional no se atrevió el domingo a exigir a sus empleados que acudieran a sus puestos al día siguiente. A los que sí avisó fue a los que trabajan de cara al público, a los que regalará un día de vacación pues ayer finalmente se permitieron las visitas a los turistas durante el lunes y se precisaba de sus servicios.
Los funcionarios estaban extrañados por tantas facilidades para no ir a trabajar. No ha sucedido ni en ocasiones muy importantes como el fallecimiento de don Juan o visitas de grandes jefes de Estado. Creen que la razón está en las visitas que han venido haciendo los responsables de seguridad de los EEUU al Palacio desde hace semanas "pues parece que no les gustaba tanta gente moviéndose por aquí", según reconocía ayer un empleado de la casa.
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