Josep María Bartomeu defendió el pasado lunes en su declaración ante la Policía que el asesoramiento que prestó el 'número dos' de los árbitros al Barça es un servicio corriente al que recurren el resto de equipos de la Liga. El expresidente del club blaugrana confirmó los trabajos de José María Enríquez Negreira pero se desligó de la contratación, que se remonta a más de dos décadas atrás.
En su comparecencia ante los investigadores del caso conocido como 'Barçagate', Bartomeu quitó hierro a este contrato que se investiga por presunta corrupción entre particulares y dijo que no es exclusivo de este club. No obstante, a preguntas de los agentes presentes en el interrogatorio explicó que él no es responsable de la contratación de la firma de Enríquez Negreira ya que cuando aterrizó en la presidencia del Barça ya existía la relación laboral.
Así pues, bajo su mandato lo único que se hizo fue continuar con estos contratos, si bien él asegura que no gestionó nada relativo al asunto, ya que esa es tarea en cualquier caso de la cúpula ejecutiva, pero no de un presidente de un club. Al respecto cabe destacar que, en este tiempo, los investigadores han tomado declaración a un importante número de ejecutivos del FC Barcelona, según confirman las fuentes consultadas.
Práctica habitual
La Fiscalía sospecha que los más de 7 millones de euros que Enríquez Negreira se habría embolsado en estas dos décadas no lo serían exclusivamente por los servicios de asesoramiento. La investigación, que arrancó a tenor de una inspección tributaria al exvicepresidente del Comité de Árbitros, se centra en los pagos que canalizó a través de su sociedad Dasnil 95.
Hacienda constató que más del 95% de la cifra de negocios correspondía a pagos del FC Barcelona por asesoramiento técnico para asegurarse de que "todo fuera neutral". Al respecto, Bartomeu explicó que esos servicios consistían en su mayoría en charlas y también informes en los que Enríquez Negreira daba información del perfil de los colegiados que iban a pitar los partidos que se disputaba el club culé.
Sin embargo, los investigadores sospechan que parte de las cuantías que su empresa recibió del Barça se podrían deber a algún trato de favor del exdirigente arbitral teniendo en cuenta su condición de 'número dos' del Comité Técnico de Árbitros en el momento de los hechos, y por tanto, la información privilegiada con la que contaba.
Al respecto, destacan pagos en algunos ejercicios -como el año 2016- en los que la cifra superaba el medio millón de euros. Tal y como informó este medio, la empresa bajo sospecha canalizó 3,6 millones de euros en diez temporadas, si bien el monto total ascendería a 7 millones de euros. Con todo se trata de ejercicios que a ojos de la Justicia estarían prescritos, por lo que la investigación prejudicial se centra en los hechos cometidos entre 2015 y 2018.
Al respecto, la Unidad Adscrita de la Policía Nacional a la Fiscalía centra sus interrogatorios en el contenido de estos servicios prestados al menos desde comienzos del año 2000, así como en la responsabilidad de la ejecución de los contratos. Sobre este asunto Bartomeu dijo el pasado lunes que él no solo no tenía responsabilidad en el tema sino que incluso pensaba que estos trabajos de consultoría los prestó el hijo de este exdirigente arbitral, Javier Enríquez Romero.
Una empresa sin trabajadores
Precisamente, Romero aparece como apoderado de Dasnil 95, la empresa que creó su padre en 1995 con el objeto social de "la comercialización al mayor y al detalle de productos alimenticios de todas clases". Cinco años después mutó el objeto centrado en "la oferta de servicios de publicidad para empresas, promociones y objetos de regalo, e impresión de textos, y realización de vídeos deportivos para su comercialización".
La firma en cuestión apenas presentaba 2 empleados. Según los balances cotejados por este medio, Enríquez Negreira dejó de constar como administrador de Dasnil 95 en el año 2004 en favor de su hijo, pero volvió a hacerlo en 2019. En ese tiempo, la empresa facturó 3,6 millones de euros, con una medida de 360.000 euros anuales.
Aunque apenas hay soporte material que justifique todos estos pagos, lo que sí obra en poder de la Fiscalía es una misiva que el propio vicepresidente del comité de árbitros envió al Barça bajo la presidencia de Bartomeu. Según informó El Mundo, la defensa de Enríquez Negreira amenazó al club con desvelar detalles ocultos de estos pagos si se rompía la relación contractual.
El equipo dejó le pagó por última vez en 2018. El País destaca que en ese ejercicio el Barça le abonó 318.200 euros por los servicios prestados hasta julio. Se trata de una cantidad insuficiente a ojos del árbitro que expuso que quedaba pendiente la liquidación de 267.000 euros por los meses restantes del año. En el burofax remitido al equipo, el abogado de Enríquez Negreira apuntó que, de no abonarle esta cuantía, se vería obligado a destapar información que no iba a beneficiar precisamente al club blaugrana.
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