Las investigaciones del caso Bárcenas siguen su curso en los tribunales incluso bajo la canícula de agosto. Pero al margen de las responsabilidades penales que puedan o no dilucidarse en sede judicial, cuatro incógnitas se ciernen amenazadoras sobre el PP a la luz de los indicios existentes.
Una, en los papeles de Bárcenas se refleja el movimiento de hasta 8,3 millones de euros. Si el extesorero del PP llegó a acumular hasta 48 millones en sus mejores tiempos e incluso podría haber más fondos en más cuentas, ¿qué pasa entonces con el resto del dinero? Es decir, de dónde sale la diferencia entre lo que se recoge en la contabilidad B y los movimientos de los depósitos de Bárcenas, ¿dé donde procede? Las cantidades se antojan demasiado elevadas como para que sean únicamente el resultado de unas inversiones acertadas, ya sea en bolsa o en arte. Se sabe que hay más cuentas en Estados Unidos, Canadá, Uruguay o Argentina, entre otros países. Y se observa que los depósitos descienden cada vez que se aproximan unas elecciones. Todo lo cual nos conduce a la trama Gürtel, una red que financiaba actos electorales con las comisiones que se entregaban a cambio de la adjudicación de obras públicas. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, la UDEF, señala que Bárcenas se enriqueció con los cobros de la Gürtel, lo que ha llevado al extesorero a la cárcel. Y tanto la UDEF como la Fiscalía han hallado varias correspondencias entre los papeles de Bárcenas y las actividades de la Gürtel. Sin embargo, tal y como sostiene Óscar López-Fonseca, a la luz de los papeles más bien parece que la Gürtel es una derivada del caso Bárcenas y no al revés. En consecuencia, si había un control desde la calle Génova y éste llegaba hasta la adjudicación de una obra concreta, ¿cómo se podría haber facilitado este procedimiento de forma generalizada sin la connivencia del partido?
Segunda, la propia Gürtel presuntamente representa una trama de financiación regional. Y Bárcenas ha expresado en los tribunales su convencimiento de que en las sedes regionales se actuaba exactamente igual. Hay por lo tanto indicios de la existencia de tres niveles distintos de financiación: uno local, otro autonómico y el nacional. Dos fuentes apuntan a que incluso hubo disputas entre el partido de la Comunidad de Madrid y Génova por obras concretas. Basados en el relato de dos constructores a este medio, se habla de un sistema autonómico por el cual simplemente se contratarían servicios de marketing con una empresa y eso aseguraría luego las puertas abiertas de la consejería de turno. De hecho, Galicia y Málaga aparecen a su vez en las anotaciones de Bárcenas como contribuyentes a las finanzas nacionales del partido, de lo que también podría inferirse una subtrama regional. ¿Cómo se relacionaban y cohabitaban los distintos niveles de financiación?, ¿hasta dónde llegaban los hilos?
Tercera, si se daba dinero al partido, ¿cómo se devolvía el favor? Si ese dinero se ingresa para conseguir una obra determinada, constituye un cohecho, el principal delito que se podría imputar como consecuencia del caso Bárcenas. Y las investigaciones judiciales intentan determinar si ha ocurrido semejante relación de hechos. Sin embargo, ¿y si resulta más complicado que todo esto? De acuerdo con la versión de Bárcenas, los donativos sencillamente brindaban la posibilidad de mantener luego encuentros con miembros del partido. Con ligeras variaciones, en España siempre han dominado las mismas constructoras. Nunca ha entrado, por ejemplo, una extranjera. ¿Y si a nivel nacional la trama no devolviese los favores con obras concretas sino que simplemente funcionase como una suerte de cártel que luego se reparte entre sus socios constructores la carga de trabajo?
Cuarta, ¿qué hará el PP para aferrarse al poder conforme estos escándalos afectan a la intención de voto? La resolución rápida que proclaman algunos miembros del partido se antoja difícil con tanta información en los tribunales. Y la recuperación económica no se vislumbra con la fuerza suficiente como para tapar todo lo demás. Se impone por tanto una renovación cuya extensión la determinará el curso de los acontecimientos. Ya se plantea un primer remozado de la directiva popular para septiembre. Algunos incluso apuestan por varios escenarios en los que Rajoy vaya sacrificando a sus fieles según se les acerca el fuego. Pero con la mayoría absoluta y el carácter inmovilista del presidente, tales hipótesis se dibujan harto improbables. No obstante, ¿y si nada de lo que haga detiene la erosión en las encuestas? ¿Y si sólo una liquidación del presidente y de los más quemados asegura la permanencia en el poder? ¿Se desatarían las pugnas internas?, ¿quién sería el Bruto que clave el puñal? ¿O cedería el testigo el propio Rajoy?
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