El extesorero del PP Luis Bárcenas ha centrado su segundo día de declaración en cargar contra el PP de Mariano Rajoy y sus principales dirigentes a los que ha tachado de "cobardes" por no "dar la cara" y asumir "errores", principalmente la financiación ilegal del partido. Ha salvado de sus acusaciones al actual líder de la formación, Pablo Casado, y ha insistido en que si no puede aportar nuevos documentos distintos de los que ya aportó hace años es porque se los robaron en la llamada operación Kitchen, todavía bajo investigación.
“Lo único que me molesta es la cobardía de personas que no están dispuestas a reconocer errores, nos financiamos irregularmente, sabíamos lo que estábamos haciendo”, ha dicho Bárcenas en respuesta a su abogado. Se ha quejado de que en la previa la Fiscalía diese a entender que se había inventado un apunte sobre los pagos a Rajoy y ha aseverado que, desde el año 1996 hasta el año 2008, las cantidades abonadas al expresidente del Gobierno “son absolutamente ciertas”.
El extesorero se sienta en el banquillo como acusado por la caja B del partido y, entre otras cosas, la reforma de la sede de PP con dinero negro. Mientras la Fiscalía y la Abogacía del Estado entraron al detalle de preguntarle por cantidades y facturas concretas, su abogado defensor, Gustavo Galán, se limitó a preguntarle por el escrito que hace semanas mandó a la Fiscalía ofreciendo su colaboración.
De hecho, el interrogatorio de su defensa se ha ceñido básicamente a desarrollar aquel documento de hace semanas en el que Bárcenas detonó el pacto de no agresión que mantuvo con el PP durante años. El detonante fue la entrada en prisión de su mujer, Rosalía Iglesias, pese a las promesas que dice que le hicieron de que eso nunca ocurriría. En su cambio de estrategia, Bárcenas recurrió a este nuevo abogado, quien se presentaba como experto en alcanzar acuerdos con la Fiscalía. Gustavo Galán defiende a la administradora de las empresas de Gürtel -que además es su mujer-, quien ya está fuera de prisión pese a acumular más de 20 años de condenas.
Yo me encuentro aquí y ya estoy pagando una parte de mis errores
Sin embargo, Bárcenas ha tachado de “delirante” la tesis que sostiene el PP actual de que ha alcanzado algún pacto con la Fiscalía. En esta causa, el ministerio público pide para él cinco años de prisión, pero en caso de que fuese condenado a esa cantidad, no tendría efectos sobre su estancia en prisión. Al haber cumplido un cuarto de su pena, el extesorero ya ha pedido optar a permisos penitenciarios y en su declaración este martes ante el tribunal de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha puesto en valor que ya ha pedido que Suiza repatrie los millones que tiene en ese país para pagar la responsabilidad civil derivada de sus delitos.
Ha reivindicado que él nunca ha dejado de colaborar desde que en julio de 2013 admitió la financiación irregular en la Audiencia Nacional: “Yo me encuentro aquí y ya estoy pagando una parte de mis errores con esa declaración. Sin ella, no estaríamos aquí”. El pacto de no agresión con su partido incluyó retirar su acusación por la destrucción de sus ordenadores, unos hechos por los que el PP acabó absuelto. También su declaración en el juicio por la Época I de Gürtel (1999-2005) en la que evitó hablar de una caja B. Es por estos hechos por los que fue condenado a 29 años de condena. Este martes ha dicho declaró de ese modo para evitar que le perjudicara en esta otra causa que ahora le ha vuelto a sentar en el banquillo.
Trama Kitchen
Por un momento, el juicio sobre la caja B del PP parecía más bien el juicio sobre la trama Kitchen. Se trata del plan parapolicial presuntamente urdido por el Ministerio del Interior para arrebatar a Bárcenas documentación comprometedora para el PP entre 2013 y 2015 y que investiga la Audiencia Nacional dentro del caso Villarejo. Buena parte de las respuestas de Bárcenas a su abogado han girado en torno a justificar que si no tiene más documentación para avanzar en esa colaboración con la Justicia es porque se la robó la cúpula policial.
Según denunció “el PP antiguo, no el de Casado”, bajo el mandato de Rajoy, organizó una operación policial para arrebatarle, no solo los documentos sino también los audios que servirían para acreditar “la llevanza de una contabilidad extracontable”. En esos audios, Bárcenas incluye la grabación en el despacho de Rajoy en la que el expresidente destruía pruebas de la caja B en una máquina trituradora. También el aludió a otra grabación con Arenas. En este caso al menos no hizo alusión a otro audio que citó en su escrito a la Fiscalía en el que su antecesor, el ya fallecido Álvaro Lapuerta, reconocía el pago de sobresueldos, incluido Rajoy.
Para dar fe de de esa grabación de Lapuerta, su abogado ha pedido citar como testigos a varios periodistas que escribieron sobre ello hace años. Hace dos años Bárcenas declaró como víctima en el caso Kitchen y ante los investigadores negó la existencia de ninguna grabación. Llegó incluso a desprestigiar la credibilidad de uno de los periodistas a los que ahora ha citado para que declaren en este juicio.
El nivel de detalle con el que Bárcenas leyó extractos del sumario de Kitchen y las conversaciones grabadas por Villarejo evidenció que el extesorero había preparado su declaración con este enfoque. Incluye el "secuestro" de su familia por parte de un falso cura que accedió armado a su casa. El individuo fue condenado a más 20 años de prisión y actualmente padece una demencia en prisión. Por el momento, la Audiencia Nacional no incluye estos hechos dentro del plan parapolicial por el que está investigado el exministro Jorge Fernández Díaz y su exnúmero dos Francisco Martínez.
Sobre el PP de Casado, Bárcenas ha tachado de información “completamente confundida” aquella que apuntaba a una negociación entre una persona de su confianza con el abogado del partido y el responsable de su Área de Justicia, Enrique López. “No negocio nada ni conmigo ni con mi amigo. Fue una exposición de posturas, de preocupaciones”, ha dicho.
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