Dirigentes y empleados del Partido Popular crearon un sistema de al menos siete empresas tapadera para facturar por falsos servicios y derivar los pagos al partido, publica este lunes el diario El País. Dicha red se habría establecido entre los años 1979 y 1993, dos décadas antes de que estallara el caso Gürtel de supuesta financiación ilegal y antes de que los imputados Sanchís, Lapuerta y Bárcenas ejercieran como tesoreros.
Precisamente, una de las primeras tareas de Ángel Sanchís y Álvaro Lapuerta al acceder al cargo, en 1982 y 1990 respectivamente, habría sido ‘liquidar el entramado’. El propio Bárcenas manejó documentación en los que se explicaba la operativa, y a los que el diario de Prisa ha tenido acceso.
El sistema de financiación sería similar al empleado por el PSOE a través de Filesa y que se destapó en 1991. De hecho, la pista para desentrañar ese escándalo también salió de un extesorero despedido, al igual que en el caso de Bárcenas.
“El sistema era sencillo: a través de estas empresas recibimos dinero de eléctricas y de bancos, unos 30.000 euros por operación"
Cinco ex dirigentes populares han confirmado a El País la mencionada estrategia. “A principios de los ochenta, la CEOE nos dijo que teníamos que crear unas sociedades para que las empresas nos pudieran dar dinero”, explica uno de ellos. Así se crearon Sipsa (Seguridad, Investigación y Protección SA) y Opisa (Opinión, Publicidad e Imagen SA). Jorge Verstrynge, secretario general de AP, presidía el consejo de ambas empresas.
“El sistema era sencillo: a través de estas empresas pedimos y recibimos dinero de eléctricas y de bancos. Nos lo daban en efectivo o en cheque (…) dado que no había legislación, esas cosas importaban poco. Si pedían factura, entonces les hacíamos unos informes genéricos sobre el sector para justificar el pago. Pero pocas veces pidieron factura”.
De esta forma, alegan, Alianza Popular (refundada luego como Partido Popular) habría conseguido superar el déficit que arrastraba, convirtiéndose en la alternativa en la derecha que muchos poderes empresariales ansiaban tener. “Se lograron unas cantidades modestas [entre 30.000 o 36.000 euros por operación] para financiar el partido que era muy pobre, con nueve diputados, y nadie pagaba la cuota”, explica otro de los implicados.
10.000 euros al mes para Álvarez-Cascos
Por otro lado, también este lunes se ha conocido que el extesorero Popular, Luis Bárcenas, habría pagado 10.000 euros al mes a Francisco Álvarez-Cascos en concepto de “indemnización para compensar los gastos ocasionados por su dedicación al Partido Popular”, según una información de El Mundo.
A los 10.000 euros que le satisfacía Bárcenas habría que sumar los 4.000 que el asturiano percibía como diputado, siendo el sueldo bruto mensual de 14.000 euros, un dinero que Cascos siempre habría declarado a Hacienda, por lo que se trataría de dinero A. Él mismo explica al diario que en los primeros años en los que desempeñaba cargos orgánicos en Génova cobraba en metálico, aunque luego se pasó a hacerse por talón o transferencia.
"Nadie, nunca en el partido consideró raras las compensaciones a los diputados que se dedicaban básicamente al partido, era algo normal que venía de la época de Manuel Fraga"
Según las cuentas del rotativo, Álvarez-Cascos habría percibido 277.000 pesetas en 1988, cantidad que llegaría a los casi cuatro millones un año después, y a cuatro millones y medio en 1990, superando los cinco millones de pesetas en 1991, siempre en concepto de ‘indemnización para compensar los gastos ocasionados por su dedicación’ al partido.
La suma de sus cargos en la Secretaría General del PP y en la Cámara Baja le supusieron una asignación de 13.600 euros al mes en 1994 (9.600 de Bárcenas y 4.000 del Congreso), mientras que en 1995 el extesorero aumentó la asignación a 9.966 euros, por lo que ese año la suma total del dinero percibido por Cascos rozaría los 30 millones de pesetas anuales.
Menos generosa fue la asignación percibida en 1996, cuando el asturiano se embolsó cerca de 8 millones de pesetas por el mismo motivo, ‘su dedicación al PP’. La explicación radica en que ese año su partido ganó las elecciones y fue nombrado vicepresidente por José María Aznar, por lo que, según la Ley de Incompatibilidades, sólo podía disfrutar de un sueldo.
Según el propio político asturiano, ‘nadie, nunca en el partido consideró raras las compensaciones a los diputados que se dedicaban básicamente al partido’, ya que era ‘algo normal que venía de la época de Manuel Fraga’. Las retribuciones orgánicas del PP las fijaba el tesorero, en aquel momento Álvaro Lapuerta, con el visto bueno del Comité Ejecutivo, como explicaba Cascos al diario.