El juez de instrucción número 31 de Madrid, Eduardo Muñoz Baena, no se cree a Luis Bárcenas cuando dice que en sus dos ordenadores guardaba archivos comprometedores sobre la financiación ilegal del PP. El magistrado considera su versión contradictoria y poco convincente en la sentencia que absuelve al PP y a tres empleados del partido por el borrado de esos ordenadores que usaba el extesorero.
“No es factible conceder al testimonio de Luis Bárcenas la fiabilidad suficiente para tener por acreditado, sin lugar para la duda, que había información digital almacenada en los discos duros de los dos ordenadores”, zanja el juez. Según añade, el “relato” de Bárcenas “está lejos de reunir las características necesarias para poder actuar como prueba de cargo”.
Uno de los ordenadores era un Toshiba Libretto. En febrero de 2016 Bárcenas dijo que ahí tenía información de los llamados papeles de Bárcenas, presupuestos de campañas electorales o información de sus cuentas en Suiza. El otro ordenador era un Apple donde dijo almacenar, entre otras cosas, comprobantes de las personas que recibieron fondos del partido y las comunicaciones cruzadas por las que se autorizaba la compra de acciones de Libertad Digital con fondos del partido.
Bárcenas y el PP
El juez enumera las razones por las que argumenta que no se cree el testimonio de Bárcenas. Una de ellas es la existencia de “un móvil espurio, resentimiento, enemistad, venganza, enfrentamiento. En este punto recuerda el magistrado que Bárcenas se encontraba enfrentado al PP y en concreto destaca la denuncia que presentó contra el partido por despido improcedente además de la que generó esta causa de los ordenadores.
Bárcenas -actualmente en prisión por el caso Gürtel- en el juicio negó cualquier deseo de venganza. Tras varios años de enfrentamiento con el PP, el extesorero retiró a última hora su acusación por el borrado de los ordenadores, lo que dio pie a sospechas de un pacto de no agresión entre ambas partes. La Fiscalía -que pidió la absolución del PP y el resto de acusados- cree que Bárcenas inició esta causa para reforzar su demanda por despido improcedente (que también rechazó la Justicia).
Cuando el ministerio público le preguntó por ello, el extesorero respondió que no lo recordaba, una salida que no ha convencido al juez. “Supone un velado reconocimiento de la instrumentación del procedimiento penal por la supuesta sustracción de los ordenadores al servicio de una finalidad ajena a la que le es propia. La constatación de tal artificio genera el primer motivo de desconfianza hacia el testimonio del señor Bárcenas”, dice la resolución de 75 folios. El juez llega a decir que su “falta de fiabilidad” ha representado “un serio obstáculo”.
"Divergencias sustanciales"
El juez defiende que el testimonio de Bárcenas debía haber sido “persistente, prolongado en el tiempo, coherente y sin ambigüedades ni contradicciones”. En ese sentido, detecta “divergencias sustanciales sobre el contenido de los discos duros”. Admite el magistrado que es normal que entre las declaraciones en fase de instrucción y la del juicio pueda haber diferencias por cuestiones como el paso del tiempo o el tipo de interrogatorio.
Pero asegura que “no puede aceptarse que el cambio en el relato afecte a aspectos esenciales de una vivencia personal que han tenido que quedar sólidamente fijados en la memoria”. El juez destaca que Bárcenas explicó que la información que tenía en uno de los dos ordenadores la almacenó en un pen drive que luego debió de introducir en el segundo ordenador. El magistrado afirma que es tal la cantidad de información que dijo tener “incluso, podía superar al del pendrive en volumen”.
Bárcenas explicó que había realizado ese trasvase de información porque se le había estropeado el disco duro del primer ordenador y lo pasó al nuevo. No obstante, en el juicio declaró un experto informático que descartó que ese trabajo de recuperación pudiese hacerlo una persona sin conocimientos avanzados en la materia. “Parece sumamente improbable que Luis Bárcenas lograra por sí mismo recuperar la información del soporte deteriorado y hacer el trasvase con éxito al ordenador Apple”, concluye el juez.
“Esa operación no parecía quedar al alcance de sus limitados conocimientos informáticos”, insiste la resolución en la que se dice que “ni siquiera resultó convincente la descripción que hizo en el juicio del modo de conseguirlo: una simple selección y arrastre de archivos de un soporte a otro, esto es, sin especialidad alguna en relación con el método común de copiado, más allá de mencionar que lo hizo con mucha dificultad”.