España

¿Dónde están los papeles robados a Bárcenas que "comprometían al presidente"?

"Menos mal que no se me ocurrió dárselo a nadie porque si no acabo en un lío", dijo uno de los comisarios investigados por ir al taller de Rosalía Iglesias a sustraer las pruebas de la caja B del PP

El extesorero del PP Luis Bárcenas denuncia que la cúpula de la Policía le robó la mayoría de las pruebas sobre la caja B del partido que conocía el expresidente Mariano Rajoy. Acusa a los agentes implicados en la llamada operación Kitchen, aún bajo investigación en la Audiencia Nacional. El sumario del caso refleja los constantes intentos por boicotear la investigación del caso Gürtel, aunque el rastro de los documentos se pierde en una maraña de versiones cruzadas entre los comisarios y conversaciones halladas entre los archivos de Villarejo. 

Una de las imágenes más gráficas del reciente escrito remitido por Bárcenas a la Fiscalía es la que dibuja a Rajoy destruyendo en una máquina trituradora de su despacho un listado con sobresueldos que le había llevado personalmente. En las conversaciones de Kitchen se escucha al comisario José Villarejo hablar de ello con el chófer del extesorero, Sergio Ríos. La trama policial le captó para la causa a cambio del pago de fondos reservados y promesas de ayudarle para entrar en el Cuerpo. En su charla dicen que Bárcenas grabó a Rajoy. 

“Y ahí es donde (Rajoy) le dice eso ¿no? Le dice: ‘¿cómo tienes el papel ese de la Cospe?'”, pregunta Villarejo a Sergio Ríos. El entonces chófer, que se había ganado la confianza de la familia Bárcenas, le cuenta que el extesorero amenazó a Rajoy en ese momento diciendo que tenía información comprometedora de María Dolores de Cospedal "y mucho más". A continuación, añaden que la presunta grabación de esa escena está en un pen drive y había que "darle al tarro para encontrarlo". 

El chófer se quedó dos 'pen drive'

Además, Sergio Ríos le apunta a Villarejo que Bárcenas llevaba “colgaos” dos pen drive, pero que eran de “las cuentas”. El chófer presume de que fue él quien se los quedó: “Sí, sí. ¡Si los recogí yo, tron!”. Pero el paradero de esa información no termina de quedar claro. Sergio Ríos alude a un viaje al Valle de Arán y un interés por parte del también policía investigado, Andrés Gómez Gordo, persona de confianza de la exdirigente del PP María Dolores de Cospedal. 

Villarejo espió en 2011 contactos de Luis del Rivero (Sacyr) con Miguel Sebastián, entonces ministro de Industria

También hablan de otra grabación con Javier Arenas en Sevilla en la que Bárcenas le tendió una trampa al sentirse ya abandonado por el PP. En ella, le habría relatado toda la operativa de la financiación ilegal. “Todo lo que sea recuperar esas grabaciones, recuperar los discos duros y tal”, insiste Villarejo. También se interesó por los números de unos teléfonos sin internet de marca Samsung que usaba el extesorero solo para recibir llamadas.

Esta charla tuvo lugar en octubre de 2013, eran los orígenes de Kitchen. Unos meses antes, Bárcenas había declarado en la Audiencia Nacional como imputado y por primera vez había apuntado contra los dirigentes del partido. En aquel momento ya contó incluso el momento de la trituradora y lo ubicó en marzo de 2010. Ahora, en su último escrito, dice que fue a principios de 2009, pero lo que narra se parece mucho a lo que comentaron Villarejo y el chófer.

No obstante, la única grabación que reconoce Bárcenas es una en la que su antecesor en el cargo de tesorero, Álvaro Lapuerta, admitía el pago de sobresueldos a una tercera persona. Según avisa, ese audio todavía lo tiene ese testigo al que no identifica. Su abogado apunta a que la aportará en la causa sobre la caja B del partido que investiga el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Según dice, acredita que las donaciones de los empresarios afines al PP eran finalistas para lograr adjudicaciones.

El "zulo" de Rosalía

Según los investigadores, en la operación Kitchen se puso en marcha un plan parapolicial que pretendieron hacer pasar como un apoyo a los policías de la UDEF que investigaban la corrupción del PP. Pero en realidad tenía por objeto hurtar pruebas comprometedoras para miembros del partido. Para dar apariencia de legalidad, dieron cuenta de la investigación en el registro oficial de la Policía, pero lo hicieron de forma incompleta o con datos erróneos. 

El chófer de Bárcenas, Sergio Ríos

Cuando acabó la operación Kitchen, en 2015, también lo notificaron en los registros. Nunca llegaron a compartir sus pesquisas con la UDEF o los jueces. Uno de los datos equivocados que introdujeron fue el número de la calle Díaz Porlier donde tenía su taller de restauración la mujer de Bárcenas. En ese lugar es donde Bárcenas denuncia que le robaron la documentación sobre la caja B del PP. Lo mismo creen los investigadores del caso, que incluyen como coordinador del plan al entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.

Los policías implicados en la trama llamaban “el zulo” al taller de Rosalía Iglesias. La documentación estaba en un doble fondo de un armario del local, según se indica en el sumario. En este punto irrumpe con fuerza la figura del comisario García Castaño, alias el Gordo. Era responsable de una unidad muy sensible en la Policía dedicada a proporcionar aparatos de escucha y tecnología a las unidades investigadoras. Durante años estuvo al tanto de las operaciones más secretas. Es, junto a Villarejo, uno de los principales protagonistas de los escándalos que azotan a la Policía.

Dos móviles y un Ipad

Según la investigación, fue él quien acudió al “zulo” a robar la documentación. Para ello se hizo pasar por pasante de arte y portaba una talla religiosa para aderezar el personaje. Bárcenas denuncia que de allí se llevaron pen drives y documentos en papel. García Castaño reconoce la visita al lugar, pero niega que se llevase nada de aquella incursión. Lo que sí admite es haber entregado al entonces secretario de Estado de Seguridad el contenido de varios dispositivos de Bárcenas que previamente le había entregado el chófer de la familia. Según dice, el contenido acabó publicado en la prensa.

Lo que podía haber en esos teléfonos viene recogido en un SMS que el propio secretario de Estado presentó ante notario y que apunta a que se trataba de información sensible: “Ese material lo había dado B (Bárcenas) a los abogados para poder obtener a través de ellos los teléfonos y otros datos de su agenda, en orden a contactar con ellos para poder preparar su defensa jurídica”. No obstante, el secretario de Estado alega que el SMS se lo mandó el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. La autoría de este y otros mensajes ha derivado en una subtrama del caso aún por resolver.

Jorge Fernández Díaz y Francisco Martínez

La Fiscalía investiga el hurto de varios documentos. Se trata de una copia de papeles fotocopiados por Sergio Ríos que le entregó a Villarejo y acabaron publicados en la prensa. También si Gómez Gordo recibió de manos del chófer varios discos duros que había en el PP. En tercer lugar, lo que tiene que ver con el contenido de tres teléfonos móviles que Sergio Ríos le dio al Gordo. Cuando declaró el jefe policial, Eugenio Pino, acusó a Bárcenas de filtrar a la prensa. Admitió haber consentido los seguimientos al extesorero y que mandó pararlos porque no daba resultados: “Nosotros íbamos a por las cuentas de Suiza”.

El disco duro de Génova y "el cuñao"

Lo que se quedaron los comisarios sigue siendo una incógnita. Sobre los discos duros, Villarejo y el chófer también charlaron en octubre de 2013 sobre la posibilidad de llevarse uno de estos aparatos de la sede del PP de Génova. Ambos hablan del sistema de vigilancia y de una persona al que llaman “el cuñao”. Se da la circunstancia de que el jefe de seguridad del partido era Antonio de la Fuente, marido de la hermana de Bárcenas y la persona que controlaba quién entraba y quién salía de la sede. Él podría tener información sobre los empresarios que acudían a entregar dinero a los tesoreros ahora que el extesorero se ha ofrecido de nuevo a colaborar.

“Cuando vayas, eso, te darás cuenta quién ha podido acceder ahí, únicamente”, le dice Sergio Ríos a Villarejo, quien advierte de que “el cuñao es el único que ha podido acceder y llevarse el disco”. Años después, y ya bajo el foco de los medios, Villarejo se jactaba en conversaciones con su entorno de haber recibido el encargo del PP de destruir los ordenadores de Bárcenas: “Cuando me encargaron destruir los ordenadores, ¡por ejemplo! Que los tengo inmortalizados a todos”.

En el sumario consta otra conversación entre Villarejo y el comisario Enrique García Castaño. En el audio, Villarejo le pide que le dé la documentación de “el Cocinero'' (mote con el que llamaban al chófer). Le insiste varias veces en usar esos datos para atacar al PP por haberle defenestrado y en su intento de convencerle admite el robo de documentos: “Una operación para quitarle al Bárcenas los papeles que le comprometían al presidente, no me ¡jodas macho!, ¿eso qué es? Yo que tú, de verdad eh, sacaba los dientes”.

Esta charla se produjo en febrero de 2017. Habían pasado ya dos años desde el final de Kitchen y García Castaño había sido cesado del cargo en el que se había hecho fuerte durante años. Había sido destinado a un puesto que consideraba una humillación. “Ya te daré una (copia), ya te daré una de los, de los mensajes”, le dice a Villarejo. Antes de eso, se alegró de no haberle dado a nadie aquel supuesto botín: “Menos mal que fui listo, que no se me ocurrió dárselo a nadie porque si no acabo en un lío”.

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