El Partido Popular espió a Luis Bárcenas a principios de 2011 a través de Método 3. Según documentos citados por 'El País', la agencia de detectives tuvo acceso a las llamadas que Bárcenas hacía y recibía desde el móvil que le asignó y le pagaba el partido. En estos citados documentos hay hay una relación de los números de teléfono con los que contactó y las horas del día de cada comunicación.
Este presunto espionaje se había producido casi un año después de que Bárcenas fuera imputado por el caso 'Gürtel' y en un momento en el que, aunque apartado de su cargo en la formación política, Bárcenas cobraba un sueldo del partido de 250.000 euros, el salario más alto que pagaba la formación conservadora.
Según el diario de Prisa, cuando se produjo este espionaje Bárcenas se sentía traicionado por el partido, pues consideraba desleal el trato que le daba a pesar de que él no estaba tirando de la manta sobre las múltiples actividades de corrupción que conocía tras 20 años al frente de las cuentas del partido. Continuamente expresaba a la dirección del partido este mensaje.
Su secretaria le recogía recados
Uno de los teléfonos a los que más llamaba Bárcenas era al de su despacho de Génova, 13, donde mantenía una secretaria personal y una sala para su uso exclusivo en la tercera planta del edificio. Era un teléfono directo que no pasaba por centralita. Entre los políticos con los que se cruzó llamadas, según un contraste con agendas periodísticas, están sus antecesores como tesoreros del partido, Álvaro Lapuerta, que controló junto a Bárcenas la cuenta de donativos, y Ángel Sanchís, que hizo gestiones en Suiza en relación con Bárcenas; el exeurodiputado Gerardo Galeote, implicado en el caso Gürtel y el exsenador Luis Fraga, que figura en el informe judicial sobre la fortuna suiza de Bárcenas.
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