Los barones del PP no lograron su objetivo. Pablo Casado resistió a su noche más difícil al frente del partido y se negó a dimitir pese a la petición prácticamente unánime de los líderes autonómicos. Mantendrá el cargo hasta el congreso del 2 y 3 de abril. A cambio, eso sí, se ha tenido que comprometer a no presentarse a la reelección.
El presidente nacional, que finalmente ha cedido a esa condición, ha pedido a Alberto Núñez Feijóo que se convierta en candidato a ese congreso. El presidente de la Xunta, tal y como tenía previsto antes de esta reunión, no confirmó sus intenciones, a la espera de que la Junta Directiva Nacional del próximo martes convoque el congreso de manera oficial.
Tras más de cuatro horas de reunión, Casado y los barones acordaron el nombramiento de Cuca Gamarra como coordinadora del partido hasta la celebración del congreso extraordinario.
Además, el próximo martes se propondrá a la Junta Directiva Nacional que Esteban González Pons sea el presidente del Comité Organizador del Congreso, y que éste quede compuesto por al menos un miembro designado por cada organización territorial.
La resistencia de Casado
Pablo Casado parecía haber asumido su marcha inmediata en la mañana de este miércoles, con su pregunta en tono de despedida a Pedro Sánchez en la sesión de control en el Congreso. No obstante, el todavía líder del PP escondió su decisión, incluso a su entorno más cercano, a la espera de reunirse con los dirigentes territoriales del partido.
Antes del encuentro con todos ellos, Casado mantuvo una conversación de hora y media con Alberto Núñez Feijóo, señalado por todos como el próximo presidente nacional del PP. Ya entonces, el presidente nacional dejó claro que no pensaba dimitir, y que su intención era mantenerse hasta el congreso.
En paralelo a esa cumbre entre Casado y Feijóo, iban llegando a Génova el resto de barones autonómicos, que compartían un mismo discurso: la necesidad de acabar con la crisis del partido cuanto antes, y alabanzas al presidente de la Xunta.
Destacaron, por encima del resto, los discursos de los otros líderes regionales del PP que presiden sus respectivas comunidades autónomas. Así, Alfonso Fernández Mañueco aseguró que "tenemos que hacer un congreso lo más rápido posible y que sea de unidad", a la vez que señalaba a Feijóo como futuro líder: "Es un referente para todos".
Juanma Moreno, que reconoció llegar a Génova "triste", alabó la "enorme experiencia de gestión" de Feijóo, aunque advirtió que la solución a la actual situación del partido "no depende de una sola persona". El más entusiasta con el presidente gallego fue Fernando López Miras, hasta hace apenas unas horas uno de los últimos apoyos de Pablo Casado y Teodoro García Egea: "La solución es Feijóo".
La única presidenta autonómica del PP que no estuvo presente en la reunión fue Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid no fue convocada al ser Pío García-Escudero el actual presidente del PP de Madrid. La lideresa decidió irse al Wanda Metropolitano a ver en directo el Atlético de Madrid-Manchester United: el partido que se jugaba en Génova ya lo había ganado.
Cesión por ambas partes
Pablo Casado tenía claro que no iba a dimitir en la noche del miércoles al jueves y que se mantendría hasta el congreso extraordinario al frente del partido- Fuentes próximas al presidente nacional explican a Vozpópuli que, "de haber dimitido hoy como le estaban pidiendo, se habría activado el proceso de nombrar un presidente por el comité ejecutivo nacional".
Esa advertencia, de hecho, fue planteada por el propio Casado y se produjeron filtraciones en las que se apuntaba que Alberto Núñez Feijóo quería ser designado presidente a través de un comité ejecutivo nacional y no en un congreso. Desde el entorno del gallego se desmintió tajantemente ese extremo, afirmando que "si Feijóo es presidente, lo será si se presenta a un congreso y a unas primarias de la militancia, a la que respeta profundamente".
Si Feijóo es presidente, lo será si se presenta a un congreso y a unas primarias de la militancia, a la que respeta profundamente
Casado, añaden las fuentes consultadas, insistió entonces en que no tenía lógica que él dimitiera de forma inmediata para nombrar una presidencia provisional de un solo mes. Y, por ese motivo, reivindicó su continuidad como líder nacional.
Los barones, en todo caso, quisieron confirmar que Casado no se presentaría a la reelección y le exigieron comprometerse por escrito en ese sentido. A cambio, le permitirían conservar la presidencia hasta el 2 de abril. No era la salida buscada por ninguna de las dos partes, pero ambas quedaron satisfechas: Casado porque conserva un mes la presidencia, y Feijóo y el resto de líderes porque se aseguran que no aspirará a un segundo mandato.
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