España

Page repite mayoría absoluta y se convierte en el único barón capaz de liderar una alternativa a Sánchez

El presidente de Castilla-La Mancha retiene el Gobierno. Pero ei el de Aragón, Javier Lambán, ni el de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, pueden frenar con pactos el avance del PP. Tampoco el extremeño Guillermo Fernández Vara

Una alarma por desastre resuena esta noche en Ferraz. Solo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, se salva del hundimiento que han sufrido este domingo los principales barones del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas. Con el recuento de papeletas casi en el 100%, el PSOE no retendrá los gobiernos ni de Aragón, ni de Extremadura -la gran sorpresa- ni de la Comunidad de Valenciana, tres de sus grandes graneros y feudos de los últimos años.

El castellanomanchego revalida la mayoría absoluta (17 escaños), aunque ha dependido casi toda la noche de un diputado que ha estado bailando. Con el 91,05% escrutado, Page se hace, precisamente, con 17. El PP aumenta su representación en la Cámara autonómica y pasa de 10 escaños a 12, que son insuficientes para derribar al barón socialista. Vox entra en la política autonómica con 4 diputados.

El socialista Javier Lambán, que gobierna Aragón con un pacto de cuatro partidos (PSOE, Cha, PAR y Podemos), ve de cerca la puerta de salida. Con el 89,62% escrutado, la suma de PP (28 escaños) y Vox (7) tiene da a Génova la mayoría absoluta para hacerse con el Ejecutivo aragonés. El PSOE, que en 2019 se hizo con 24 escaños, se hace con 23. La caída de Podemos y del PAR deja a Lambán fuera.

En la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig, si se atiende a la parte alta de la horquilla de la encuesta de Gad3, podría revalidar el pacto del Botánico y mantener el Gobierno. Con el 97,11% escrutado, el PP arrasa y pasa de los 19 escaños de 2019 a 40. Puig, que tuvo 27, pasa a 31. Compromís, que cuenta con el apoyo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cae con fuerza. Y pasa de los 17 de 2019 a 15.

El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también está contra la pared. Y eso es toda una sorpresa, porque nadie en la sede socialista contaba con este vuelco. Con el 98,00% de los votos escrutados, el PSOE pierde la presidencia, ya que la suma de PP (28) y Vox (5) se hace con la mayoría.

Sánchez y sus barones, una relación tortuosa

El presidente del Gobierno mantiene una tensa relación con sus principales barones. La nacionalización de la campaña electoral ha provocado un choque entre Pedro Sánchez y las estrategias autonómicas de Page y Lambán. La entrada en la arena de los 44 etarras en las listas electorales de Bildu reventó la campaña.

Ambos fueron muy duros con el asunto y dejaron claro que si por ellos fuera, el PSOE no solo rompería sus alianzas con la izquierda abertzale, sino que no irían con ellos "ni a la vuelta de la esquina".

No es ningún secreto que parte de la campaña de ambos barones se basa precisamente en desmarcarse lo máximo posible del presidente. Pero a Sánchez, en esta ocasión, no le ha gustado las críticas constantes que han hecho a los acuerdos con la izquierda abertzale. Y todo porque en estas elecciones, el presidente ha decidido jugárselo todo. Sánchez ha protagonizado una campaña teñida de color nacional.

El cielo del PSOE se pintó de negro el 2 de mayo, el día que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, dio un espectáculo al intentar subir sin permiso a la tribuna de la Puerta del Sol. Días después, las listas de Bildu con 44 etarras desplomaron la temperatura en Ferraz. Y la implicación de dos candidatos del partido en Mojácar en una supuesta trama de compra de votos ha sido la 'puntilla' que ha empapado las opciones de un buen resultado el próximo domingo. La semana negra del PSOE ha llevado el miedo al cuartel general. Y los sondeos que se acaban de conocer también.

El 'error' de Sánchez

Sánchez ha estado semanas preparando la prueba, pero en el PSOE hay un sector que cree que se ha equivocado; que nunca debió haber protagonizado la campaña electoral y nacionalizarla, porque eso ha permitido al PP atacar y plantear los comicios como un plebiscito, lo que de facto ya aceptan los propios socialistas. 

La estrategia de Ferraz y Moncloa para competir en estas elecciones ha sido cocinada directamente por el presidente y consensuada con su núcleo duro que capitanea su jefe de gabinete, Óscar López. Pedro Sánchez ha decidido plantar cara al PP de Alberto Núñez Feijóo desde el primer momento. El anhelo del presidente es propiciar una primera derrota a su némesis en Génova para cortar la sensación de cambio ciclo que transmiten casi todas las encuestas. Pero se antoja complicado.

El PSOE es consciente de que para vender un algún éxito depende, en buena medida, del resultado de su izquierda en Aragón y en la Comunidad Valenciana. Precisamente la plaza que defiende el socialista Ximo Puig se ha convertido en una de las grandes claves para advertir el éxito del presidente del Gobierno.

Los socialistas salieron del último congreso de octubre reunificados. La última gran renovación de Gobierno de Sánchez, en julio de 2021, sacó de la primera línea al gran enemigo íntimo de los socialistas, Iván Redondo, para situar como jefe de gabinete a Óscar López. Un movimiento que se vio como un giro hacia el PSOE para que Ferraz tuviera mando en el núcleo duro de Moncloa y para olvidar de una vez la ruptura traumática entre el 'sanchismo' y el viejo aparato socialista. Pese a que la inmensa mayoría de altos cargos del PSOE confían en que Sánchez pueda retener Moncloa cuatro años más, lo cierto es que el partido también se hace a la idea de una etapa sin el secretario general a los mandos. Y ahí empiezan a sonar varios nombres. Por ejemplo, Ferraz se prepara para el salto del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a Ferraz si arrasa en Castilla-La Mancha esta noche.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP