La todavía presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que ha renunciado a repetir en el cargo, se ha despedido este miércoles como tercera institución del Estado pidiendo a los nuevos diputados "predisposición al diálogo" y "grandeza, sobre todo grandeza".
En una breve intervención al término de la última reunión de la Diputación Permanente de la legislatura, que ha aprobado su informe de dación de cuentas, Batet ha destacado que les ha tocado ejercer su función en unas circunstancias muy difíciles, con un pandemia que ha alterado toda la vida política y social estos años.
Para Batet, hoy no es momento de "reproches" pero sí de "reflexión" y, por ello, ha querido agradecer a todos los diputados salientes su labor y dedicación y les ha deseado "lo mejor en su futura vida profesional".
"A los que se quedan les deseo capacidad de trabajo, predisposición al acuerdo y grandeza. Sobre todo, grandeza. De nosotros depende la calidad de la política en nuestro país, en España", ha alertado.
Tras agradecer a los servicios de la Cámara "su esfuerzo y profesionalidad", ha asegurado que ha sido "un auténtico honor desempeñar esta alta responsabilidad" y "servir a los ciudadanos y a las ciudadanas en esta institución central de nuestra democracia: el Poder Legislativo de España".
"Me llevaré siempre conmigo los momentos de buen parlamentarismo que he tenido el privilegio de presidir en el Pleno, en la Mesa o en la Junta de Portavoces en esta decimocuarta legislatura, y olvidaré pronto los malos, que de todo ha habido", ha reconocido.
Ha señalado que aunque a veces "se desborden las pasiones en el debate político", ello no debería afectar al respeto entre diputados y a los "afectos personales" porque al fin y al cabo, son "compañeros".
"Yo me llevo de algunos de ustedes esos afectos que, al final, para mí, son lo importante en la vida. Les deseo a todos y todas, lo mejor", ha concluido entre aplausos.
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