El que fuera jefe de Riesgos de BBVA, Antonio Béjar, ha comparecido por tercera vez ante el juez del caso Villarejo para apuntalar su versión de que el máximo responsable del banco, Francisco González, FG, fue el responsable de la contratación del polémico excomisario. “A mí lo que me dice el presidente es una orden”, ha llegado a decir al respecto, según varias fuentes presentes en el interrogatorio ante el juez Manuel García Castellón.
Durante más de horas ha estado Béjar dando explicaciones en una comparecencia que había solicitado de manera voluntaria. El caso BBVA es la pieza separada número 9 de la macrocausa sobre las actividades del comisario Villarejo. Se investigan años de pagos al polémico mando a cambio de encargos privados, generalmente contra enemigos de la dirección que encabeza FG.
Béjar ha contestado primero a las preguntas de su abogado, el exjuez Javier Gómez Bermúdez, y después del fiscal para luego dar paso al resto de abogados de las defensas. Por estos hechos están investigados tanto Béjar como FG, el banco como persona jurídica y otros directivos como el exjefe de Seguridad y expolicía Julio Corrochano, que presuntamente hizo de nexo con Villarejo. Ambos se conocían de sus años en el Cuerpo.
Al menos esta es la versión de Béjar que este viernes ha refrendado ante el juez. Ha situado el origen del contrato a Villarejo en noviembre de 2009. Después de despachar con Francisco González, este le indicó en el umbral de la puerta que para los trabajos de localización de activos ocultos de deudores había que contratar a la empresa que dijese Julio Corrochano.
No citó a Cenyt
Ha descrito a su exjefe en el banco como una persona con un temperamento muy fuerte al que no se le podía llevar la contraria. Se le ha llegado a preguntar si en esa conversación FG le llegó a citar expresamente el nombre de Cenyt, que es como se llamaba el conglomerado empresarial que dirigía Villarejo en paralelo a su actividad en la Policía. Béjar, como en declaraciones anteriores, ha señalado que Francisco González no llegó a pronunciar el nombre de la empresa, sino lo que dijese Corrochano.
Según su relato, unas semanas después acudió a formalizar el contrato en la sede de Cenyt, ubicada en la Torre Picasso de Madrid, en pleno corazón financiero de Madrid. Fue atendido por el socio de Villarejo en la empresa, Rafael Redondo. Béjar ha dicho que acudió acompañado de otros directivos del banco, entre ellos José Manuel García Crespo, entonces responsable jurídico del banco.
Béjar se ha desvinculado de haber firmado el contrato que formalizaba la relación entre el BBVA y Villarejo. No obstante, las grabaciones realizadas por el excomisario durante años en todas sus reuniones, así como otras evidencias halladas por los investigadores, acreditan que su relación con la entidad financiera se remonta al menos hasta el año 2005 y se prolongó hasta su detención en 2017.
Son muchos los escenarios en los que Villarejo colaboró con el banco para investigaciones privadas. Este periódico desveló la investigación realizada sobre el exministro de Industria Miguel Sebastián y a otros empresarios a los que denominaba en sus informes como "Grupo Hostil" y que intentaron una operación para descabezar de la dirección del BBVA a Francisco González.
Corrochano-Villarejo
El escrito en el que la Fiscalía Anticorrupción pedía la imputación del BBVA por estos hechos incluye la acusación de que alguno de los directivos investigados cobró dádivas del excomisario a cambio de contratarle. Existe al menos una grabación que compromete al exjefe de seguridad del banco Julio Corrochano. En ella se escucha a Villarejo hablarle de su “acuerdo personal” en caso de que “esto salga adelante”.
En esa conversación, mantenida en el año 2009, abordaban un conflicto surgido en el banco sobre qué empresa debía investigar al empresario Fernando Martín por una deuda que tenía con la entidad. Corrochano era partidario de contratar a la empresa de Villarejo y en esa postura estaba también el entonces presidente del BBVA, Francisco González, según se desprende de sus palabras publicadas por El Confidencial.
Pero otros directivos del banco habían apostado por otra agencia de detectives llamada Kroll. El jefe de seguridad calificó a esa otra firma como “una mierda”. “Y que además es enemigo nuestro, hostias”, añade. Este periódico se ha puesto en contacto con Corrochano en múltiples ocasiones para tratar de recabar su versión, pero no ha obtenido respuesta alguna por parte del exdirectivo del banco.
Para hacer valer el trabajo de las empresas de Villarejo, ambos hablan como un éxito de la investigación sobre la vida privada del exministro socialista Miguel Sebastián que desveló Vozpópuli el pasado octubre. Aquel trabajo tenía el objetivo de frustrar el intento de compra del BBVA por parte de Sacyr en una operación que contaba con el apoyo del entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. De lo que se deduce de la conversación mantenida en 2009 por Villarejo y Corrochano, es que el segundo ejercía como nexo de unión entre Francisco González (del que llega a decir que lo conoce “como si le hubiese parido”) y el polémico mando.
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