Podemos no pasa por sus mejores momentos. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha terminado de tensionar el partido con dos visiones opuestas sobre la manera de proceder: el envío de armas o la mera apelación a la paz (a pesar de que Putin no tenga ningún interés en ella). Por ello, en el partido morado hay prisa por sacar adelante su nueva normativa sobre residencias, una propuesta que mantiene al sector en vilo por las "inasumibles" obligaciones que contiene, pero que puede suponer un logro de cara a un electorado cada vez más exiguo.
Además, el Ministerio quiere que el 65% de las habitaciones sean individuales en las residencias. Aunque detrás las exigencias de la ministra de Podemos haya buenas intenciones, lo cierto es que en el sector creen que mantiene una postura alejada de la realidad. "Es inviable hacer este tipo de peticiones sin hacer cálculos para ver cómo estamos. Hemos repetido en varias ocasiones que es necesario valorarlo todo", manifiestan.
Creen que Belarra yerra al querer poner limitación de plazas a los centros: "El problema no está ahí, sino en la sectorización. Lo que hay que garantizar es la calidad, y que en todas las plantas de una residencia se cuente con comedores, salones y zonas de ocio. No es una cuestión de plazas, puedes tener muchas y con todos los elementos necesarios".
Otra de las líneas rojas del sector, incluida junto al punto anterior en un documento que el Ministerio se ha comprometido a estudiar, es la retroactividad. Es decir, estas nuevas limitaciones "no pueden imponerse a residencias ya en funcionamiento. Es una forma de dañar a los viejos centros". Añaden que también perjudicará a los nuevos, porque con "tales condiciones, nadie va a querer abrir una residencia. Nos vamos a quedar con un parque de residencias obsoleto y antiguo".
No es un tema baladí, ya que en los próximos años el envejecimiento galopante de la población va a aumentar sobremanera la demanda en residencias. Este es otro de los puntos que preocupa en el sector, donde apuntan que "harán falta cada vez más plazas, no al contrario". La propuesta de Belarra excluiría del sistema al 22% de los centros residenciales actuales, cuyos muros albergan a la mitad de la población residente de nuestro país: 197.019 personas
Contra la "institucionalización"
Justo esta semana, Unidas Podemos ha registrado una Proposición No de Ley (PNL) en el Congreso de los Diputados donde solicita la puesta en marcha de una Estrategia Nacional de Desinstitucionalización. El modelo que defiende Podemos pasa por que las personas mayores vayan sustituyendo las residencias por la atención a domicilio.
"Es preciso revertir la tendencia de la cultura asistencial a sustituir a las personas en la toma de decisiones sobre su vida y avanzar hacia sistemas de apoyo personalizados, que maximicen las posibilidades de control por parte de las propias personas; sistemas que propicien que se guíen por sí mismas, por su voluntad y sus preferencias", manifieste la PNL.
Desde el sector de las residencias afirman estar de acuerdo con ese modelo, pero subrayan que no se puede vivir de espaldas a la realidad: "Estamos de acuerdo en que la gente envejezca en casa. De hecho, hoy, el 95,8% de las personas envejece en su casa. Pero es un error es confrontar la atención a domicilio con las residencias. Habrá gente que pueda vivir en su casa y gente que no puede. Una persona con deterioro cognitivo severo no puede vivir en casa con una ayuda domiciliaria de 18 horas al día. Las residencias atienden a personas con problemas concretos. Esa posición radical contra las residencias viene del puro desconocimiento".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación