El que fuera jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, Marcelino Martín Blas, ha sacado a relucir la existencia de más de 70 anotaciones personales de José Manuel Villarejo que éste había plasmado en sus cuadernos con el único fin de "liquidarle profesional y personalmente". El exmando policial pide al magistrado que investiga los espionajes del comisario que abra una pieza separada para investigar el "acoso" al que fue sometido entre los años 2014 y 2017 por parte de la bautizada como policía patriótica y en el marco de investigaciones que afectaban a Villarejo, tales como el caso del pequeño Nicolás.
Así lo recoge en un denso escrito presentado al Juzgado Central de Instrucción número 6 y al que ha tenido acceso Vozpópuli en el que detalla una serie de manuscritos de Villarejo de entre febrero de 2014 y octubre de 2017 (un mes antes de su detención en el marco de este caso Tándem). Al respecto, Martín Blas -que está imputado en la pieza relativa al espionaje ilegal a Luis Bárcenas- solicita al instructor que abra una pieza separada dentro de esta macrocausa para indagar estos hechos y que se le permita personarse en calidad de perjudicado.
Del mismo modo reclama al magistrado Manuel García Castellón que solicite a la Unidad de Asuntos Internos que adhiera las agendas y diarios del agente encubierto en los que ahora se basa para denunciar "maniobras" de la conocida como policía patriótica. Según denuncia, impulsaron una campaña de "acoso y aniquilación personal y profesional" en su contra mediante la interposición de denuncias falsas y la puesta en marcha de una estrategia de difamación en prensa.
El pequeño Nicolás
El escrito, que lleva por fecha el 20 de noviembre, recoge las anotaciones por orden cronológico, siendo las primeras las que se produjeron en plena investigación por el caso del pequeño Nicolás. La guerra entre Martín Blas y Villarejo vivió en estos años uno de sus peores episodios a tenor de la investigación dentro de la cúpula policial que se impulsó contra Villarejo por este asunto. El mismo acabó investigándose en el Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, donde se acordó una comisión judicial para esclarecer posibles irregularidades del comisario jubilado.
Al respecto, las primeras anotaciones ya recogen las impresiones de algunos mandos policiales, como la del que fuera jefe de la UDEF José Luis Olivera, en relación a las sospechas de que Martín Blas les estaba investigando. "OLI: Mosca con Marcelino porque dice que le está investigando", reza el primer manuscrito. Martín Blas recuerda que, en esas fechas, la Unidad de Asuntos Internos que él dirigía estaba indagando posibles filtraciones del caso Gürtel desde la UDEF (operación Colombo).
Del mismo modo, su abogado denuncia que "a los efectos de poder quemar" a Martín Blas, se interpusieron denuncias falsas por parte de los entonces propietarios de la Banca Privada de Andorra (los hermanos Cierco) basadas en notas e informes falsos que elaboró Villarejo. Al respecto aporta manuscritos del propio Villarejo en los que se plasma como el entonces DAO Eugenio Pino planeaba ya su destitución en septiembre de 2014. Similar anotación se adjunta con fecha de 28 de enero de 2015: "GAGO: llamar para disculparse. Después de esto Marcelino será destituido".
Con el paso de los meses, el agente encubierto fue anotando también el apoyo que recibía de ciertos mandos policiales en su lucha contra Martín Blas. Así lo plasmó en una anotación que atribuyó al exdirector Adjunto Operativo Agustín Linares ("muy a favor mío y contra Marcelino") o al inspector José Ángel Fuentes Gago, de quien anotó que estaría dispuesto a querellarse contra Martín Blas y el también policía que investigó a la brigada patriótica, Rubén Eladio. En octubre de 2017 incluso anotó que se pretendía "aniquilar a Rubén".
Filtración de audios y el caso Pujol
Con todo, la contienda se libró también en prensa, tal y como se traduce de estos manuscritos en los que Villarejo habría anotado su éxito ante ciertos periodistas. El movimiento, según Martín Blas, se convirtió en una "campaña de difamación". Al respecto, le acusa de atribuirle injustamente la filtración en prensa de la famosa grabación del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y del jefe de la oficina Antifraude de Cataluña Daniel de Alfonso. En el encuentro, que fue grabado sin su consentimiento, ambos apuntaron a la posibilidad de utilizar a la Fiscalía en plena guerra con los líderes independentistas catalanes.
Ya a mediados de 2016, Villarejo habría anotado las intenciones de Pino y de Fuentes Gago de actuar contra Martín Blas "obstruyendo presuntamente la investigación judicial" acordada en los juzgados de Plaza Castilla por el caso del pequeño Nicolás. Del mismo modo denuncia que se le intentó responsabilizar de que la Policía introdujera un pendrive de procedencia desconocida en la causa abierta contra los Pujol en la Audiencia Nacional. El asunto en cuestión se terminó investigando y juzgando en la Audiencia Provincial de Madrid.
"Marcelino Martín Blas, primero desde la Unidad de Asuntos Internos y luego desde la Comisión Judicial del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid investigó y denunció dichos ilícitos de la organización criminal inserta en la cúpula de la Policía que precisamente cometían, entre otros, delitos de descubrimiento y revelación de secretos y blanqueo de capitales, sufriendo todo tipo de represalias, tal y como ampliamente hemos expuesto", concluye su defensa. Al hilo reprocha al juzgado que no haya actuado para indagar estas supuestas irregularidades.
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