La sombra de los crímenes perpetrados por Francisco Largo Caballero es alargada. El que fuera líder del PSOE alentó el primer golpe de Estado contra la Segunda República (1934), la revuelta comunista de los mineros asturianos, que se saldó con cientos de muertos. Durante su mandato como presidente del Gobierno de la República se establecieron las checas y se produjo la matanza de Paracuellos, en la que miles de españoles fueron fusilados. Pese a su historial, el actual Gobierno del PSOE no tiene intención de renegar de una de las figuras históricas de su partido, y el Ministerio de Presidencia de Félix Bolaños ha destinado 100.000 euros a conmemorar al llamado 'Lenin español'.
Así consta en un convenio firmado entre el Ministerio de Presidencia y la Fundación Francisco Largo Caballero, ligada al sindicato UGT. Estos 100.000 euros de las arcas públicas van dirigidos a una exposición por el 75 aniversario del fallecimiento de Largo Caballero en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Presidencia argumenta que esta exposición tiene el objetivo de "divulgar y reconocer la trascendencia de la labor desarrollada por este líder sindical y político, que llegó a desempeñar la presidencia del Gobierno de España, y fue asimismo, Ministro de Trabajo y Ministro de la Guerra, parlamentario durante varias legislaturas, además de secretario general de la UGT y presidente del PSOE".
En el Ministerio de Félix Bolaños consideran que "su exilio, detención y confinamiento en el campo de concentración nazi de Sachsenhausen le convirtieron en víctima de la represión coordinada de los regímenes de Franco, Vichy y el Tercer Reich alemán, motivo por el cual su memoria debe ser, asimismo, reconocida por las generaciones actuales".
Escritores perseguidos
De los 100.000 euros invertidos por Presidencia a este fin, 31.354 fueron entregados a la fundación el año pasado, y los 68.645 euros restantes, este. En la exposición de motivos del convenio no se hace ninguna referencia al oscuro pasado de Largo Caballero, a su papel como golpista, ni a la represión que padecieron bajo su mandato todo aquel mínimamente sospechoso de tener relación con el bando nacional.
Wenceslao Fernández Flórez, escritor de obras maestras como 'El bosque animado' o 'El malvado Carabel', padeció en sus entrañas la persecución de las milicias republicanas en Madrid, donde tuvo que ocultarse y malvivir junto a otros compatriotas hacinados en una embajada. El autor da buena muestra de su experiencia en la novela 'Una isla en el Mar Rojo'. Otro reputado novelista que sufrió las consecuencias de la represión fue Jardiel Poncela, que fue interrogado para que reconociera a sus amigos "fascistas". Según cuenta Poncela, mandó a hacer puñetas a los milicianos que le interrogaron y pasó un tiempo en el calabozo.
Elogios de Iceta a Largo Caballero
Uno de los miembros del Gobierno que se deshizo en elogios recientemente sobre Largo Caballero es el ministro de Cultura, Miquel Iceta. En julio visitó la susodicha exposición y afirmó que Largo Caballero “era un hombre de una sola pieza. Dicen que le llamaban 'El Lenin español', pero yo creo que tenía pocas cosas que ver con él, salvo el liderazgo y la capacidad para interpretar los intereses de la clase trabajadora”.
Para el ministro de Cultura de España, Largo Caballero fue “el líder obrero y sindical más importante de la primera parte del siglo XX”.
50.000 euros en subvenciones a la fundación
Las arcas de la Fundación Francisco Largo Caballero han agradecido la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Desde su llegada, el Gobierno ha destinado 50.000 euros en subvenciones a esta entidad de UGT. El Ministerio que más inversión pública ha destinado a esta organización es el Ministerio de Trabajo, con un desembolso total de 20.000 euros. Le sigue el de Cultura, con 18.000 euros, y, finalmente, el Ministerio de la Presidencia, con 11.000.
Sentencia contra el Ayuntamiento de Madrid
El juzgado de lo contencioso número 30 de Madrid obligó este verano al Ayuntamiento a reponer la placa de Francisco Largo Caballero, ya que su retiro no se ajustaba al artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica. La ley de Zapatero solo permite retirar aquellos elementos "de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura". Es decir, que la norma se ciñe a los crímenes del bando nacional, pero no a los de las fuerzas favorables al Gobierno de la República.
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