Desde hace varios años, los distintos servicios de bomberos de Castilla La Mancha vienen sufriendo una situación de vacío legal en la regulación de sus funciones. A diferencia de otras autonomías, Castilla La Mancha no cuenta con una “ley de emergencias” o “ley del fuego” que regule las funciones específicas de los servicios de bomberos.
Desde la Asociación de Consorcios y Servicios de Bomberos de España (CONBE) explican que ha habido varios intentos de unificar todas las provincias castellano-manchegas. “No logramos nunca que prospere”, cuentan. El objetivo sería unificar todos los servicios de la Comunidad en cuanto a funciones, horarios, personal, equipamiento, vestimenta o cuánto deben aportar las diputaciones “para que todo el mundo sea igual” pero “no hemos avanzado nunca nada”, se lamentan desde CONBE. Desde el servicio de bomberos de Toledo añaden que la falta de acuerdo se debe a que hay “muchos intereses encontrados entre provincias y entre sindicatos”. “Nunca se da el paso definitivo”, añaden.
Un colectivo sin convenio laboral
El vacío legal que sufre este colectivo es más sangrante en el apartado que afecta al personal de los parques. Para empezar, no todos los servicios de bomberos de Castilla La Mancha tienen el mismo régimen: algunos son interinos, otros funcionarios y otros, personal laboral. En el caso de interinos y funcionarios, se rigen por el Estatuto del Empleado Público y en el caso del personal laboral, por el Estatuto de los Trabajadores. La excepción es la provincia de Ciudad Real, donde los bomberos se acogen a la misma normativa que el personal de los servicios de emergencias.
Ninguno de estos dos documentos recoge las necesidades específicas de los cuerpos de bomberos, sobre todo en lo que respecta a horarios y guardias. “Se trata de una adaptación de los acuerdos marco, no es un reglamento que regule nuestro funciones específicas”, explican desde Toledo. En esta provincia, además, los bomberos son funcionarios de categoría C2, por lo que no tienen rango de agente de autoridad. Esto provoca “problemas a la hora de intervenir”, denuncian. Para cambiar esta situación “habría que subir de grupo y pasar de C2 a C1”, explican, aunque eso supone un “problema económico, porque cobrarían unos 120 euros más al mes”.
En el caso de las guardias de localización, en esta provincia se copió el sistema que siguen los médicos. Este régimen afecta en total a ocho personas: cinco sargentos, dos suboficiales y un oficial. Fuentes del servicio de bomberos de Toledo explican que las guardias de localización son mensuales – es decir, cobran un plus por estar localizables el mes completo – pero realmente las guardias son de quince días. Estas fuentes denuncian que esta situación supone “hacer muy mal uso de los fondos públicos”, ya que, además, en algunos casos cobran también horas extra. “Han defendido guardia de localización a su antojo”, añaden.
Los bomberos también denuncian el empleo de vehículos del servicio para uso personal (que no están debidamente rotulados, atendiendo a la normativa) y violaciones en el régimen de incompatibilidades, concretamente en la impartición de cursos en otras provincias o comunidades autónomas, superando las horas máximas anuales para cursos de formación, que actualmente son 75. El encargado de autorizar estas horas es el gerente del consorcio al que, según denuncian los bomberos, se compensó creando una oposición específica con su perfil, procedimiento que fue impugnado por uno de los sindicatos.
Deficiencias de equipamiento y formación
El Consorcio de Bomberos de Toledo cuenta también con una serie de deficiencias de equipamiento y formación que en ocasiones obligan a acudir a otros servicios ante la imposibilidad de llevar a cabo las intervenciones. En concreto, el Consorcio carece de los siguientes recursos:
Equipos de intervención NRBQ (nuclear, radiológico, biológico y químico). “Principalmente nos preocupan las químicas, pues en la provincia existen muchas empresas en las que se utilizan materias muy peligrosas, incluyendo explosivos”, explican. “Ya se han producido emergencias de este tipo y han tenido que venir de otros servicios a intervenir porque nosotros no podíamos”.
• Formación en salvamento acuático, rescate subacuático y rescate de animales.
• Equipos para apeos y apuntalamiento.
• Además de estas deficiencias, denuncian la precariedad de los equipos de riesgo eléctrico, ausentes en muchos de los vehículos operativos.
Pero no sólo tienen que lidiar con carencias, sino también con averías. El único vehículo autoescala de la provincia, necesario para rescates en altura, se averió el pasado 17 de marzo. La avería era de tipo mecánico, concretamente, la caja de cambios. El camión estuvo inoperativo hasta el 21 de junio, cuando por fin volvió al servicio tras su reparación. Al día siguiente, sufrió otra avería en la caja de cambios y ha estado inoperativo otra semana más, hasta este jueves 28 de junio.
A pesar de todos estos problemas, asumen con resignación que “tenemos que trabajar con lo bueno y con lo malo”.
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