La película Garfield ha tenido una publicidad no deseada en su primer fin de semana en las salas españolas. Un vídeo, hecho viral a través de las redes sociales, mostraba la encendida discusión que protagonizaban dos hombres en un cine de León delante de decenas de familias con niños mientras se proyectaba la cinta. El primero de ellos, muy alterado, se encaraba con el público después de haber sido visto golpeando a su mujer durante la proyección. El segundo, un boxeador que dijo ser etnia gitana, de nombre Antonio Barrul, que salió en defensa de la esposa del primero y que ahora se enfrenta a una posible pena de prisión de entre 3 mes a tres años por haber lanzado un rodillazo y más de 20 puñetazos sobre el supuesto maltratador.
“Todo dependerá de si se producen lesiones que han requerido para su curación no solo una asistencia, sino además algún tratamiento médico o quirúrgico posterior”, confirma a Vozpópuli Gonzalo León, de Vilches Abogados. Para ser juzgado por ese artículo, "tendría que haber acudido, por ejemplo, a rehabilitación por dolores en un hombro, o le tendrían que haber puesto tres puntos de sutura en un pómulo. No vale con haber ido al médico de urgencias y que le haya dicho que se tome Paracetamol si le duele”, nos cuenta el abogado especialista en Derecho Penal. En caso de no concurrir estas circunstancias, "solo habrá una multa de 1 a 3 meses", explica.
En el vídeo propagado a través de las redes, se puede ver cómo Barrul agrede repetidamente al otro hombre después de haber recibido insultos como "maricón de mierda" o un indeseable "me cago en todos tus muertos pisoteados", que puedo haberle llegado a ofender. A estas provocaciones, el boxeador respondió con un velado "soy caló y te acabas de buscar la ruina conmigo" que -explica el abogado Gonzalo León- no podrá tener consecuencias legales al no consumar una amenaza suficientemente definida. "Te voy a cortar la cabeza, sí, pero decir ten cuidado conmigo que soy gitano, no. Es como decir 'ten cuidado conmigo, que vivo en Ventas', que es donde vivo yo", cuenta a Vozpópuli el experto.
A raíz de esto, y en cuestión de segundos, Barrul la emprendió a golpes contra él -propinados con el tino esperado en un deportista de su experiencia- y el hombre al que se acusa de violencia de género por parte de todos los testigos cayó noqueado.
Ahora, Antonio Barrul (de 25 años) es un héroe para muchos, que lo aplauden por haber salido en defensa de una mujer maltratada. Son pocos los que le afean el hecho de entrar en las provocaciones de su improvisado esparrin en una sala llena de niños. Sin embargo, ninguna de las dos opiniones importan a la hora de enfrentarse al juicio puesto que el especialista consultado por Vozpópuli afirma que "la golpiza no está justificada", incluso aunque acabase pidiendo disculpas Barrul, primero en el propio cine y, después, a través de redes sociales.
En cuanto a su condición de boxeador en activo se refiere -seis veces campeón de España aficionado-, Barrul no tiene que temer en principio a que el juez pueda aumentarle su pena ya que "no está catalogado como arma blanca", como sí es el caso de los luchadores de artes marciales. "No es Ilia Topuria de la NFC", señala Gonzalo León, pero al ser boxeador "sabe quizás dónde tiene que dar el puñetazo". En estos casos, cabría la posibilidad de que se tuviese el cuenta que el Código Penal contempla "pena de prisión de 2 a 5 años si se han utilizado medios, métodos o formas concretamente peligrosas para la salud física", advierte el abogado penalista, y es que "no es igual golpear con la mano que hacerlo con un puño americano" y, por eso, "puede ser que el juez entienda que los medios que ha usado Barrul son peligrosos".
Antonio Barrul ha sido denunciado por el hombre al que los testigos acusan de haber pegado a su mujer
“Aquí hay que diferenciar dos cosas: ha podido haber un delito de violencia de género, pero lo cierto es que luego se produce otro acto distinto”, comenta el penalista Gonzalo León a Vozpópuli. “Esa denuncia va a llegar al juzgado y el boxeador se puede enfrentar a un delito de lesiones”.
Una vez ha conocido que esta posibilidad se ha consumado, el boxeador de León se ha pronunciado en redes, asegurando que intenta “estar más tranquilo pese a esta situación" y que no va a conceder más entrevistas por consejo de su abogado, por lo que no ha respondido al requerimiento de Vozpópuli para hacer unas declaraciones.
Las explicaciones de Antonio Barrul no son un elemento suficiente para librarse de una condena
El boxeador llegó a comentar en una entrevista Telecinco hace unos días que el presunto maltratador estaba amenazando a su pareja delante de su hija "ella se intentaba separar y él continuaba" hasta el punto de que en mitad de la película se levantó, la "enganchó por el cuello y la zarandeó, mientras que en el forcejeo dio un golpe a una niña". Fue entonces cuando -aseguró Barrul- no pudo contenerse más y se pidió que "se marchase".
Son explicaciones que para el experto en Derecho Penal no son suficientes delante de un juez, tampoco si el supuesto maltratador fuese reincidente. Sin embargo, la reincidencia sí podía ser tenida en cuenta en contra de Barrul, que también juega en desventaja en este apartado: en un caso de este tipo, si el agresor hubiese sido "anteriormente condenado" por otro caso y dichos antecedentes no hubiesen sido "cancelados", podría tener que cumplirlos ahora. Esa es la respuesta que da Gonzalo León, de Vilches Abogados a la pregunta directa de Vozpópuli sobre este caso hipotético. "No existiría agravante" por este hecho, matiza, "pero aunque no fuesen computables (los antecedentes), el juez podría tenerlos en cuenta y no ponerle la pena mínima", aunque no sería de manera formal.
"No es legítima defensa porque no se defiende a sí mismo sino a un tercero", sentencia Gonzalo León, que además explica que cuando se da este caso "tu defensa tiene que ser proporcionada al daño que te puedan causar". Además, "una vez que ese señor está alejado de su pareja es cuando el boxeador se pone en actitud beligerante y no son necesarios los golpes que le propinan", por lo que "no está justificada la golpiza". Por último, el abogado deja claro que las disculpas que ha pedido en redes sociales "no va a ser atenuante porque no está recogido como tal en el código penal".
Por su parte, el denunciante y presunto maltratador ha sido consecuentemente denunciado por la Policía por violencia de género, según han confirmado fuentes policiales, sin embargo no ha recibido el apoyo que muchos esperaban de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que ha puntualizado a propósito de estos hechos que la violencia "siempre genera violencia" y que hay "que intentar dar una respuesta, pero no de esta manera”.
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