"No os lo vais a creer, pero el arzobispo de Canterbury acaba de empezar a seguirme en Instagram". Así comenzaba hace dos semanas una comida familiar en la que María les contaba a sus hijos, ilusionada, que tenía un nuevo amigos en redes sociales. Efectivamente, se trataba de una suplantación de identidad que a esta desempleada de 60 años, una vez se dio cuenta de ello, le provocó una gran decepción que le duró todo el fin de semana.
Este caso anecdótico sirve para ilustrar lo sencillo que es engañar a alguien aprovechando su inocencia y su desconocimiento de estas prácticas. Sobre todo a partir de ciertas edades y en circunstancias muy concretas. Lo mismo les sucedió a dos españolas —de Granada y Vizcaya— a las que su supuesto novio Brad Pitt, con el que mantenían una relación por WhatsApp, les estafó 325.000 euros.
"Tú imagínate que has perdido a un ser querido, a tu pareja, incluso a un hijo, que has tenido muchos desengaños amorosos… y cuando empiezas a pensar que estás en el declive de tu vida, de pronto, aparece la persona perfecta, como Brad Pitt", ilustra en unas declaraciones a Vozpópuli la penalista y criminóloga Beatriz de Vicente. "Hay factores, como situaciones de carencia afectiva, que nos colocan en situaciones de vulnerabilidad emocional y afectiva", señala, "cualquiera podemos caer en este tipo de estafas".
La mayoría de las personas que reconocen haber sido víctimas de una estafa amorosa son mujeres que creen haber conocido por redes sociales a una persona rica y exitosa, bien siendo víctimas de supuestos cirujanos y empresarios, o a un famoso guapo y aclamado, como sería el caso de Brad Pitt.
Eso no significa que los hombres no puedan acabar siendo engañados y pagando dinero a sus supuestas amantes. También ocurre. Sin embargo, en estos casos es más habitual que haya de por medio un contenido sexual, como el típico hombre de 30 años que piensa que una francesa de 19 se le acercó en el Metro por casualidad y, después de quedar con ella más de 10 veces en dos semanas, es incapaz de quitársela de la cabeza o el anciano de 80 que cae en las redes de una rusa despampanante que promete ir a visitarlo a España si le paga a cambio unos billetes de avión.
"Hay determinados sectores poblacionales, personas o colectivos, que tienden a una mayor probabilidad de convertirse en víctimas", explica De Vicente a Vozpópuli. "Hay distintos factores llamados 'victimógenos' que aumentan estas posibilidades, como el sexo, la edad, el estado físico o el estilo de vida. Por ejemplo, la prostitución, trabajar de noche, ser taxista… aumentan la probabilidad de ser víctima", asegura la también profesora universitaria de la UCJC.
Además, hay elementos que deben tenerse en cuenta en este tipo de casos en los que alguien cree que tiene una relación sentimental por el móvil con Brad Pitt, como el cociente intelectual de la víctima y su nivel de estudios, dos variables que aumentan la vulnerabilidad de la persona. "Las redes sociales nos han conectado a todos, pero los mayores están menos relacionados con ellas que los jóvenes y es más fácil que alguno acabe engañado por esa vía", recuerda por su parte la jefa del área de salud mental del Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Barcelona, Mar García-Franco.
"También somos parte de un mundo en el que cada vez estamos más conectados por redes sociales, pero más solos", añade la psicóloga, que compara estos enamoramientos con Brad Pitt a cuando se pasa un duelo y el cerebro quiere negarse a aceptar la realidad: "En este caso sería a revés: uno tiende a creerse estas buenas noticias".
Testimonios sobre otros falsos Brad Pitt
"Conocí a un chaval por redes sociales y nos hicimos amigos. No tuvimos nada interrelaciones (sic), lo que pasa que… bueno… me fue cautivando y, al final, me sacó 11.000 euros. Yo me siento muy mal, necesito ayuda psicológica y judicial. Tuve la precaución de mandarle el dinero por transferencia bancaria y préstamo personal. Tengo su nombre completo y también dónde vive".
Es uno de los testimonios que utiliza la Asociación de Afectados por Estafas Emocionales, la iniciativa de la Fundación Zaballos que trata de ayudar a las personas que se sienten víctimas de este tipo de prácticas. Para ello, el primer paso es atreverse a dar el testimonio y ya son decenas de personas las que quieren visibilizar estos fraudes compartiendo su caso, como el de Antonia (nombre ficticio), que cayó en el embaucamiento de un italiano:
"Después de hacerme creer que teníamos una relación de pareja, y apurado por su grave situación económica, me fue pidiendo dinero", asegura en la web de la Asociación. Según fue aumentando el chantaje emocional, esta estafa ascendió a 100.000 euros. "La justicia le dio la razón a él. Según la sentencia, yo lo había hecho por voluntad propia", relata la víctima.
Estafa con "almagemelización"
La criminóloga Beatriz de Vicente explica que existe un proceso llamado "de almagemelización" que es habitualmente llevado a cabo en este y otros tipos de estafas sentimentales. Consiste en hacer sentir a la víctima que ha encontrado su persona en el mundo, una especie de "alma gemela".
"Es un proceso muy canallesco en el que el estafador te va haciendo sentir que eres la persona ideal", asegura De Vicente. "Qué guapa eres, cuánto me gustas, eres única, yo soy tu alma gemela, todo lo que a ti te gusta me gusta a mí, somos exactamente iguales… con lo cual al final consigo la admiración del otro, su confianza y comienzo con el abuso", advierte la experta.
La "almagemelización" se usa mucho también en la plantación sectaria, según la abogada penalista y criminóloga profesora de la UCJC de Madrid. "Cuando tú quieres explicar por qué hay mujeres de 60 años con mucho recorrido vital que caen en estas trampas, no podemos olvidarnos que también los años hacen que a lo mejor tengas mayores carencias afectivas", asegura.
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