Funcionarios de la Comisión Europea han realizado inspecciones por sorpresa en bancos de varios Estados miembros ante las sospechas de que hayan alcanzado acuerdos ilegales para pactar precios y repartirse el mercado de los derivados financieros ligados al Euribor.
"La Comisión teme que las empresas en cuestión podrían haber violado las reglas antimonopolio de la UE que prohíben los cárteles y las prácticas comerciales restrictivas", según ha anunciado en un comunicado.
Las inspecciones comenzaron el 18 de octubre. Siguiendo su práctica habitual, el Ejecutivo comunitario no ha desvelado el número ni la identidad de las entidades afectadas, ni tampoco los Estados miembros involucrados.
Las inspecciones por sorpresa constituyen un paso preliminar en la investigación de prácticas contrarias a la competencia. El hecho de que se lleven a cabo no significa que las compañías sean culpables ni prejuzga el resultado.
No existen plazos legales para completar estas investigaciones. Su duración depende de una serie de factores, incluyendo la complejidad de cada caso, el grado de colaboración de las empresas y el ejercicio del derecho de defensa.
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