España

El bulo que surgió en Ripoll sobre el consumo de cerdo en Cataluña

Durante la fiesta de San Juan la alcaldesa, Sílvia Orriols, repartió fuet a todos los que estaban en la celebración

Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, ha entrado en la vida política por la puerta grande. La catalana había prometido a todos sus adeptos que si llegaba al poder iba a recuperar las tradiciones del municipio que tanto les caracteriza. Y ha cumplido con su palabra. Durante la verbena de San Juan, una fecha muy celebrada, no solo se siguieron los protocolos de todos los años, sino que la política repartió a todos los presentes coca, fuet y chocolate, tres productos emblemáticos de la celebración.

Así lo hacía saber los días previos a San Juan a través de su cuenta oficial de Twitter: "Primer punto completo de nuestro programa electoral. ¡Recuperamos las tradiciones para que las nuevas generaciones puedan disfrutarlas!". Todo esto acompañado de un cartel en el que anunciaba y promocionaba las fiestas locales de Ripoll. Pero: ¿Por qué tanto revuelo? Poco tiene que ver con las hogueras o con la fiesta como tal, si no con que la catalana haya repartido fuet a los invitados. Una acción que ha sido reprochada por sus homólogos de izquierda y que han tildado como una falta de respeto, cosa que, la propia Sílvia Orriols, ha rebatido tratando de dejar en evidencia a sus detractores.

¿Está prohibido dar fuet en Ripoll?

Cataluña se ha convertido en uno de los puntos más multiculturales de nuestro país. Algo que da diversidad a las ciudades, pero que parece que a muchos no gusta. Un ejemplo de ello es la crítica tan dura que realizó la CUP y los partidos de izquierda a la Sílvia Orriols. ¿El motivo? Dar fuet. Tras la publicación del cartel promocional de la fiesta de San Juan, los sectores contrarios a la alcaldesa no tardaron ni una hora en empezar a avasallarla de mensajes y críticas pidiendo que se prohíba la venta de cerdo en las fiestas populares, ya que es discriminatorio para los musulmanes.

Las razones que justificaban la premisa que planteaba la CUP es que la política no pretendía recuperar las tradiciones del lugar y que todo era una estrategia para apartar a todos aquellos que su religión no les deja consumir este alimento. Fueron tal las quejas que varios sectores le llegaron a llamar antisemita al excluir de manera intencionada a la comunidad judía de la cultura de Ripoll.

¿Hasta qué punto es una estrategia de marketing o un acto sin mala fe? La propia Sílvia Orriols ha querido aclarar la situación a través de su Twitter diciendo lo siguiente: "En @Miquel_R acusa al Ayuntamiento de Ripoll de antisemitismo por repartir torta, chocolate y látigo durante una hoguera de San Juan. ¿A qué grado de ficción y surrealismo está dispuesto a llegar para demonizarme?".

Para entender un poco la guerra interna que tienen entre la CUP y Aliança Catalana, los partidos de izquierdas pusieron en marcha una campaña para tratar de evitar que la actual alcaldesa de Ripoll no entrará en la alcaldía. Una meta que no consiguieron cumplir y que han tenido que cambiar de estrategia para hacer frente a Sílvia Orriols, a la que han tachado de fascista. Todo este pacto no escrito se fue al garete al recibir la 'traición' por parte de Junts, los cuales actuaron sin seguir el ideario colectivo que habían confeccionado.

Este tema ha tenido mucho eco en los medios de comunicación, llegando incluso a divulgarse a través de redes sociales el bulo de que en Cataluña no se puede comer cerdo. Una mentira que no hay por donde cogerla y que ha surgido a raíz de los dardos que se lanzan entre los partidos de Ripoll.

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