España

Así fue la búsqueda de 'Ternera' por medio mundo: de Sudáfrica a un colaborador del etarra

Los movimientos de una persona de la confianza del histórico etarra llevaron a los investigadores hasta Sallanches (Francia)

José Antonio Urruticoechea Bengoechea no era el objetivo número uno de la UCE-1, la unidad de la Guardia Civil dedicada a la lucha contra ETA. Pero tampoco era uno más. El histórico dirigente etarra, conocido como 'Josu Ternera', tenía desde hace años un papel más simbólico que operativo en la organización criminal. Los jefes de la banda acudían a él más en busca de consejo que de instrucciones. Pero su aparición en el anuncio de disolución hace ahora un año marcó un punto de inflexión, según admiten a Vozpópuli fuentes antiterroristas.

Desde que cesó la violencia, el trabajo de estos agentes se centra especialmente en el esclarecimiento de atentados sin autor conocido y la búsqueda de etarras repartidos por el mundo con causas todavía pendientes con la Justicia española. En esa lista estaba 'Josu Ternera' junto a otros muchos, algunos muy conocidos y otros de los que nadie se acuerda salvo los investigadores. Pero en la sede de los Servicios de Información del Instituto Armado vieron entre un desafío y una burla el gesto de que Urruticoechea leyera el comunicado del fin de ETA.

El camino que lleva hasta el aparcamiento de la localidad alpina de Sallanches en la que ha sido detenido Ternera en compañía de otra persona es largo. De hecho, no ha habido un camino, sino muchos hasta dar con la pieza del puzzle que ha permitido el arresto del personaje que lo ha sido todo en ETA desde su ingresó en la organización terrorista con apenas 20 años. Ahora tiene 69 años y padece una enfermedad que le obliga recibir atención médica. Presenta un aspecto visiblemente desmejorado.

Josu Ternera

Suiza y Sudamérica

A lo largo de estos 12 meses se trabajó de nuevo en vías de investigación que no habían dado resultado en el pasado. Se volvió sobre el camino recorrido, se investigaron de nuevo pistas, algunas inverosímiles. Eso les llevó a hablar con autoridades policiales tan lejanas y aparentemente sin conexión con como Sudáfrica, según admite ahora a este periódico un alto responsable de la lucha contra ETA conocedor de estos trabajos.

No fue el único lugar. También se buscó en Suiza o Sudamérica, tradicional refugio etarra. Por supuesto, también en el sur de Francia donde a punto estuvieron de detenerle en el pasado. Todo en el más absoluto sigilo dentro de la propia unidad, según otra fuente consultada. De los avances en torno a la investigación sobre Ternera tan solo eran conocedores el grupo dedicado a ello. Se trata de un terrorista especialmente escurridizo que ya había logrado evitar in extremis ser detenido por las fuerzas de seguridad en otras ocasiones.      

Sin embargo, el punto débil de este veterano etarra -acostumbrado a tomar todo tipo de medidas de seguridad- ha estado en su entorno más cercano, concretamente uno de sus colaboradores. Según las fuentes consultadas, fue el seguimiento a esta persona sobre la que ya existían sospechas la que se convirtió en la pista buena que ha permitido a las autoridades poner fin a 17 años de escapada.

Entre Francia, Italia y Suiza

Finalmente ha sido detenido en Departamento de Alta Saboya. Él residía en un domicilio de la localidad de Saint Gervais les Bains, en una zona muy concurrida para la práctica de deportes de invierno. La localidad se encuentra a escasa distancia de las fronteras entre Francia, Suiza e Italia. Josu Ternera huyó en 2002. Entonces era diputado en el Parlamento vasco por Sozialista Abertzaleak una de tantas marcas blancas de la histórica Batasuna que usaba ETA para estar presente en las instituciones.

'Josu Ternera' ingresa en un hospital tras ser detenido en Francia

En noviembre de ese año, el Tribunal Supremo, a petición de la Fiscalía, le citó para que compareciese por el atentado en la casa cuartel de Zaragoza en la que murieron 11 personas, entre ellas seis menores de edad. Esa es la razón por la que la Guardia Civil ha bautizado la operación de su arresto con el nombre de “Infancia robada”. En 2003 fueron condenados a penas superiores a 2.000 años de cárcel los dirigentes de ETA Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y José María Arregui, Fiti, jefes del aparato militar y logístico, respectivamente, cuando se produjo aquel atentado.

La acusación de Soares Gamboa

En la época del atentado, Josu Ternera era el jefe del aparato político. Según recuerda Florencio Domínguez en el libro Vidas Rotas, el etarra arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa afirmó en una vista celebrada en el Tribunal Supremo en enero de 2003 que Urruticoechea formaba parte del comité ejecutivo de ETA cuando se decidió atacar la casa-cuartel de la Guardia Civil de la capital aragonesa.

Ahora está en manos de las autoridades francesas, especialmente celosas con sus detenidos. Las fuentes consultadas dicen no tener información de que el etarra fuese trasladado a un centro hospitalario a razón de su enfermedad. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que sí ubicó a este etarra como una prioridad, añadió durante una breve comparecencia en el Congreso de los Diputados que su estado de salud no es grave.

Así quedó la casa cuartel de Zaragoza tras la explosión

Ocho años de condena

Por la tarde de este jueves, Ternera ingresó en la prisión de Bonneville tras comparecer ante un juez de esta misma localidad. El terrorista tiene ahora diez días para oponerse a la pena de ocho años de cárcel que se le impuso en Francia en 2017, cuando fue juzgado en rebeldía, según Efe.

Respecto a cuándo llegará el terrorista a España, lo primero es hacer efectiva esa condena en Francia, país en el que ha sido detenido. Eso quiere decir que no ingresaría en una cárcel española de manera estable hasta los 77 años, una edad elevada teniendo en cuenta sus problemas de salud. En todo caso, podría ser entregado temporalmente a España para que fuese juzgado por las causas que tiene pendientes, pero luego tendría que regresar a Francia.

Como ciudadano de la Unión Europea, le asiste el derecho de cumplir la pena en su país de origen, pero ninguno de los presos etarras recluidos en Francia ha decidido trasladarse a España donde consideran que las condiciones penitenciarias les son más adversas.

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