El núcleo duro de los Comités de Defensa de la República (CDR) elaboró un rudimentario lenguaje en clave con el objetivo de establecer una red de comunicaciones segura y eludir las posibles escuchas de la Guardia Civil. "Cacahuetes" o "batidos de fresa" son algunos de los términos empleados para gestionar la entrega de terminales móviles que consideraban seguros. Sin embargo, los investigadores del Instituto Armado no tardaron en descifrar las enrevesadas referencias para incorporarlas al informe recientemente entregado a la Audiencia Nacional, al que ha tenido acceso Vozpópuli.
Las personas que constituían este núcleo duro de los CDR tomaban medidas de seguridad para evitar cualquier tipo de seguimiento por parte de la Guardia Civil. Uno de ellos se desplazó a varios puntos a bordo de su vehículo antes de mantener una reunión con el llamado CNI catalán, compuesto por agentes de cuerpos oficiales del Estado, dicho miembro de los CDR y empresarios, entre otros. Lo hizo como medida de contravigilancia y para detectar una posible presencia de los agentes. Otros optaban por apagar sus teléfonos móviles cuando se reunían. Ese es el caso de dos CDR -Guillem y Jordi-, que desconectaron sus terminales al menos en sendos encuentros que mantuvieron en abril de 2019.
Es precisamente al CDR Guillem, "dirigente de la organización a nivel nacional", a quien la Guardia Civil interviene una conversación telefónica con otro miembro del grupo, de nombre Ferrán y "perteneciente a la comisión de seguridad", en la que expresa los términos en clave. En concreto, revela los problemas técnicos que están teniendo con los "cacahuetes". ¿A qué se refiere con esta palabra? A las tarjetas SIM de telefonía móvil que obtenían mediante identidades falsas para hacer llamadas bajo un supuesto anonimato.
Un "cacahuete" para un policía
En dicha conversación, Guillem señala que una de las personas a las que entregó uno de estos "cacahuetes" (tarjeta SIM) no logra utilizarlo de manera efectiva. Se refiere a un individuo al que llaman Punisher, a quien la Guardia Civil logra identificar como un "agente en activo de la Policía Local de Manresa y miembro de la Comisión de Movilizaciones y del CDR Manresa". De él dicen que "un hombre calvo, bajito, fuerte, con barba larga negra".
Guillem diserta con Ferrán sobre la compra y funcionamiento de "batidos de fresa", lo que los investigadores del Instituto Armado traducen como "los terminales móviles de uso clandestino"
Pero hay más términos. Guillem diserta con Ferrán sobre la compra y funcionamiento de "batidos de fresa", lo que los investigadores del Instituto Armado traducen como "los terminales móviles de uso clandestino utilizado en las comunicaciones seguras entre los miembros de la organización CDR que a su vez tienen la titularidad de una tercera persona inexistente o simulada". Estos terminales los empleaban habitualmente los gestores de los CDR y de las Comisiones de Movilización "con el fin de ocultar y dificultar el control de sus comunicaciones".
Asimismo, el informe entregado a la Audiencia Nacional recoge más conversaciones entre Guillem y Ferrán en las que se emplearon los términos clave y que revelaban los problemas técnicos que se encontraron los CDR. Uno de ellos comenta que llamó a una persona con un "cacahuete", pero que al otro lado de la línea le atendió "una mujer marroquí". Concluyen que habían perdido esa línea telefónica porque no se había recargado. También hablan de que habían comprado un "batido de fresa" pero que "no hay manera de que funcione, no se puede activar".
"Lenguaje convenido"
Como detalle destacado, la Guardia Civil incide en el "alto grado de radicalidalidad" de Ferrán, el interlocutor de Guillem. Y como ejemplo, recoge una conversación telefónica con un tercera en el que habla de la "repulsa y asco" que siente ante el avistamiento de una parada del partido político Ciudadanos en las inmediaciones de su lugar de trabajo.
Según los investigadores, Ferrán asumía labores de dirigente y coordinador de la comisión de seguridad "a nivel nacional" de los CDR, y también las "funciones de securización de las comunicaciones", destacando las "medidas de seguridad que toma en sus conversaciones" en las que empleaba "un lenguaje previamente convenido con sus interlocutores". Dentro de ese idioma reservado figuran las citadas referencias a "cacahuetes" y "batidos de fresa". Todo ello lo combinaban con el intercambio de mensajes a través de aplicaciones de telefonía "ultrasecurizadas".
O lo que es lo mismo, Ferrán era el encargado de la seguridad informática y las comunicaciones. Los agentes le atribuyen la labor de configuración, "securización" de los teléfonos móviles, gestión, formación y logística para que las personas de máxima confianza pudiesen blindar sus comunicaciones ante posibles escuchas. Entre ellos figura el conocido Equipo de Respuesta Táctica de los CDR, a quienes se les atribuye la confección de material explosivo para la consecución de sus fines políticos mediante la violencia.
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