Con octubre llega el cambio de hora. En España, e igual que ocurre en otros países de la Unión Europea, se hacen dos cambios de horario en todo el año, es decir, el de invierno y el de verano. Cuando termine la época estival, se tienen que retrasar las agujas del reloj una hora para aprovechar la luz de sol.
Estos horarios están explicado en la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de enero de 2001. Aquí se establece que el horario de verano termina el último domingo de octubre.
¿Cuándo será el cambio de hora de octubre?
El horario de invierno comenzará, tal y como ocurre todos lo años el último domingo de octubre. Esto quiere decir que en 2023 habrá que hacer este cambio en la madrugada del sábado 28 al domingo 29 de octubre. Se tendrá que hacer a las 03.00 horas (horario oficial en la Península). En ese momento se deberá retrasar el reloj a las 02.00 horas. Esto quiere decir que el día va a durar 25 horas, es decir, una hora más.
¿Por qué se tiene que hacer el cambio de hora en este mes?
Cada año, en marzo y en octubre, empieza el debate sobre el cambio de hora. Hay muchas personas que creen que no se debe seguir haciendo esto, puesto que con este horario anochece antes. Por este motivo, la hora se cambia dos veces a lo largo del año y se ajustan las horas de luz solar a la jornada laboral.
Este cambio hace que se produzca un ahorro de energía y se gasta menos luz. En estos últimos años, algunos países europeos se han sumado al cambio de hora pero no por el ahorro, sino más bien por sincronizar el horario con los países vecinos, tal y como recoge el Anuario del Observatorio Astronómico de Madrid.
¿Cuándo empezará el invierno?
El otoño es la estación que empieza el 23 de septiembre de 2023, a partir de las 08.50 horas y tiene una duración de 89 días y 21 horas. El invierno empezará de manera oficial el 22 de diciembre de 2023.
¿Y cómo afecta el cambio de hora en la salud?
A pesar de que hay miles de personas que no le dan importancia al cambio de hora o que no notan físicamente se efecto. Hay otras que sí se ven influenciados por ello. Una de las consecuencias es el sueño o el apetito. Todas esas personas que tienen una rutina muy marcada como, por ejemplo, levantarse a la misma hora siempre, trabajar o estudiar en la misma franja... Cuando se mantienen estos hábitos, se pueden desarrollar algunos aspectos negativos: falta de concentración, cansancio, insomnio, etc. Hasta que lleguen a acostumbrarse a este cambio pasan unos días y parece que viven en una especie de jet lag.
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