Aún no hay cifras oficiales del número de fallecidos en las carreteras en 2017, que ha aumentado respecto a un año antes, pero automovilistas, víctimas y expertos ya avanzan a Efe algunas ideas para reducir las muertes. Menos velocidad, más agentes y cambios en la obtención del carné son algunas de ellas.
Por segundo año consecutivo los datos de la siniestralidad vial vuelven a ser negativos, ya que a falta de doce días para que acabara 2017 las carreteras ya habían dejado un número de víctimas mortales que superaba al de todo 2016, que cerró con 1.161 fallecidos a 24 horas -contabilizadas en las 24 primeras horas del siniestro-.
Mientras la Dirección General de Tráfico (DGT) prepara medidas para atajar la accidentalidad, expertos consultados por Efe lanzan algunas de sus recetas, no sin antes reiterar la necesidad de que la seguridad vial vuelva a situarse en un primer plano.
Porque, tal y como opina el presidente de la asociación de víctimas de tráfico DIA, Francisco Canes, lo que está fallando es "la pérdida de vigencia a nivel social" de este asunto.
Y por ello, confía en que la DGT, "con las limitaciones que tiene, retome la senda de liderar las iniciativas de todos los sectores y vuelva a poner la seguridad vial donde estaba", entre las prioridades políticas.
Canes resalta entre sus propuestas la modificación del método de obtención del carné de conducir, que debe adaptarse, a su juicio, a los nuevos coches y sus nuevas tecnologías, así como más vigilancia física para reducir el uso del teléfono móvil y, en general, más agentes de la Guardia Civil en las vías.
90 km/hora
También cree importante homogeneizar la velocidad en las carreteras secundarias, independientemente que tengan arcén de 1,5 metros o no. Así, apuesta por un límite máximo de 90 km/h y por acotar más los tramos de adelantamientos.
Desde el RACE, su director de Seguridad vial, Tomás Santa Cecilia, también considera que el tráfico "no forma parte ya de la prioridad política". Los accidentes "han dejado de ser noticia", enfatiza a Efe antes de asegurar que "ser consciente de la problemática de los accidentes contribuiría a su reducción".
Santa Cecilia lamenta la antigüedad del parque de vehículos en España -más de la mitad tiene más de diez años-, la inexistencia de una política de movilidad estable y el déficit en la conservación y mantenimiento de las vías.
Un plan de movilidad estable para renovar el coche, más inversión en las carreteras, mayor implicación del resto de administraciones -autonomías, ayuntamientos y ministerios además de los de Interior y Fomento- y beneficios fiscales para que las empresas inviertan en seguridad vial (en torno al 17 por ciento de los accidentes se producen en horario laboral) son algunas de las propuestas del RACE.
"Muy preocupado"
"Muy preocupado" por el aumento de los accidentes en 2017 se muestra el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Jesús Monclús, para quien ha sido la falta de anticipación lo que ha fallado y ha abocado a la siniestralidad a una subida que podría situarse en el 4 por ciento.
Este experto se remite a algunos estudios de su fundación para concretar algunas de las medidas que Mapfre entienden podrían redundar en una reducción del número de víctimas. Y como ejemplo explica a Efe que un aumento en un 10 % en el número de agentes de tráfico rebajaría los accidentes en un 5 %, es decir, habría 90 fallecidos menos en España.
Asimismo Monclús aboga por una mayor proliferación de zonas limitadas a 30 ó a 20 km/h, sobre todo en áreas con alta probabilidad de presencia de usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas, niños o personas mayores.
Jesús Monclús se refiere también al uso del cinturón en los autobuses, una medida que reduciría en un 50 % el riesgo de sufrir lesiones graves y mortales. No obstante, sólo uno de cada cinco usuarios de este modo de transporte lo utiliza, señala.
Y algo habrá que hacer, dice el experto, cuando ya circulan más conductores bajo los efectos de drogas como el cannabis o la cocaína que bajo los del alcohol. En suma, reclama un plan de gestión de la velocidad y una mayor lucha contra las distracciones y el consumo de drogas al volante.
También estima necesario un plan de choque de señalización de las vías que, de momento, solo ha alcanzado a 2.000 kilómetros (un 2 % del total de la red), y más inversión en la mejora de las carreteras.
Monclús reprocha la inexistencia de una política de vehículos seguros, pero insiste en que la DGT no puede estar sola en este aspecto. No hay que "esconderse" detrás de la DGT y todos deben involucrarse en un "tema de Estado", que en el Gobierno debería situarse "casi a nivel de vicepresidencia", añade.
El representante de Mapfre alude al coste social "altísimo" que tienen los accidentes de tráfico y reivindica una mayor actuación de las administraciones y de todos los sectores para "revertir" la actual situación.