Sumar tiembla. Al terremoto provocado por la dimisión de Íñigo Errejón tras las denuncias de agresión sexual que pesan sobre él, le siguen las réplicas. La primera consecuencia directa es que la coalición de partidos de la vicepresidenta segunda, la misma que renunció a coordinar oficialmente en verano y la misma por la que sigue respondiendo como máxima responsable, sigue sin portavoz en el Congreso de los Diputados en un momento clave.
Y se acercan varios debates importantes, como el de los Presupuestos si, como parece, Moncloa está cerca de anunciar un acuerdo con Junts para aprobar la senda déficit. Según ha sabido este diario, las dos principales candidatas para sustituir a Errejón -Verónica Martínez y Aína Vidal- están dudando si aceptar o no "por motivos personales". Las fuentes consultadas explican que todos los compañeros de Sumar "están intentando convencerlas" y que no se han negado por motivación política alguna.
Lo cierto es que el 'caso Errejón' ha abierto una crisis interna en Sumar que amenaza con llevarse por delante el ya de por sí mermado liderazgo de Yolanda Díaz. Algunos partidos integrados en Sumar -el nombre oficial de la coalición-, como Izquierda Unida, se han quejado públicamente en las últimas horas de que la coalición de partidos no funcionaba todo lo democráticamente que debía y de que era excesivamente vertical, con un híperliderazgo de Yolanda Díaz y de sus más estrechos colaboradores que molestaba a algunas formaciones.
Y ahora que el golpe más fuerte se lo ha llevado Más Madrid por haber infravalorado una primera denuncia anónima contra Errejón en 2023, así como la propia vicepresidenta segunda por haberle incluido en la lista electoral pese a ello los partidos están aprovechando para intentar cambiar la correlación de poder dentro de la amalgama que convive en el Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar.
La dimisión de Errejón deja al descubierto, pues, las tensiones internas. Él ha sido hasta esta semana una figura clave para Yolanda Díaz, quien ahora se enfrenta al rompecabezas de reorganizar el partido y cohesionarlo. La caída de uno de los rostros más populares de la izquierda que nació para asaltar los cielos llega en un momento crítico, pues Sumar estaba inmerso en un incierto proceso de consolidación que no terminaba de carburar tras los fracasos electorales acumulados este año.
El vacío en la portavocía aumenta la presión sobre el grupo parlamentario, que preside la propia Díaz, y que ahora intentará por todos los medios mantener la unidad en torno a la vicepresidenta segunda, cada vez más cuestionada por los suyos. Sumar, además, debe gestionar con cuidado la división de opiniones sobre cómo enfrentar las acusaciones contra Errejón, ya que todas las miradas están puestas en Más Madrid. La figura de Mónica García queda muy tocada y algunas voces apuntan a que pueden producirse movimientos internos para disputarle el control del partido.
Errejón era una figura importante en Sumar por su capacidad oratoria y su influencia sobre ciertos sectores de la izquierda más moderada. Muestra de ello fue su capacidad para establecer alianzas con partidos como Compromís o Chunta Aragonesista. Sin embargo, su salida también pone en evidencia la ausencia de liderazgos fuertes en un espacio político que ha visto caer a todos y cada uno de sus grandes protagonistas desde hace una década: desde Pablo Iglesias e Irene Montero hasta Pablo Echenique o Juan Carlos Monedero.
Pero el fin de Errejón también evidencia que no hay una estructura consolidada en Sumar. Desde el inicio, la integración de todos los partidos en una plataforma amplia ha sido un reto, ya que está integrada por varias facciones con intereses distintos.
El órdago de Podemos
A todo esto hay sumar el órdago de Podemos. El análisis político de Ione Belarra es el siguiente: si ha caído Errejón, su enemigo íntimo, puede caer también Yolanda Díaz, a la que consideran la gran traidora. La dirección morada no va a desperdiciar esta oportunidad para forzar la reconfiguración de la izquierda española, que estiman apremiante por la situación de debilidad de Sumar ante el PSOE dentro del Gobierno. La venganza es un plato que se sirve frío tras decenas de navajazos.
Los morados aprovecharon este lunes la dimisión del exportavoz parlamentario para derribar a la vicepresidenta segunda con un potente misil. El portavoz, Pablo Fernández, aseguró en rueda de prensa que hace un año, cuando Podemos aún formaba parte de Sumar, transmitió a Yolanda Díaz la denuncia anónima de una mujer en la red social X que acusó a Errejón de abusar de ella. Era la primera que se hizo pública y el origen de esta crisis. Yolanda Díaz admitió este lunes -también en rueda de prensa tras la reunión de su grupo parlamentario- que su equipo le remitió ese mensaje en plena precampaña de las elecciones generales y que al conocerlo habló tanto con Ione Belarra como con la dirección de Más Madrid -sin precisar con quién-.
Las fuentes consultadas explican que debe hacerse una reflexión profunda. El ambiente en la reunión del grupo parlamentario fue muy tenso. Y, por encima, una duda: ¿por qué decidió incluirle en la lista electoral pese a conocer aquella denuncia de junio? Errejón formó parte de las listas en tanto en cuanto era el líder de Más País, formación que se alió con Sumar. Quienes presionaron por su inclusión fueron él mismo y Más Madrid. De hecho, Podemos se dolió, porque no quería que su líder -al margen del veto a Irene Montero- fuera en puestos inferiores a Errejón.
Hace tiempo que en la cabeza del núcleo dirigente de Podemos está el plan de asalto al liderazgo de la izquierda tras los fracasos electorales de Yolanda Díaz al frente de Sumar. Lo cierto es que nadie en Podemos cree en Sumar. Y ahora mucho menos. La organización que lidera Ione Belarra condicionó siempre su acercamiento al frente de partidos que integran Movimiento Sumar a que cayeran Díaz y Errejón. Todo a su tiempo.
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