GAD3 ha corregido sus datos estadísticos de los resultados del tercer Observatorio de las bandas latinas en España, un análisis que se realizó de forma conjunta con el Centro de Ayuda Cristiano. La modificación se refiere a la tabla que publicaron donde se menciona los 34 centros educativos de la Comunidad de Madrid donde existían "problemas" con las bandas. Ahora estos lugares son calificados como que tienen una "sensibilidad especial" en este tema. Un aluvión de quejas de los colegios e institutos implicados ha generado este rectificación.
Algunos de estos centros educativos incluso niegan haber participado en las encuestas realizadas por GAD3. El Colegio Rosa Luxemburgo de Parla asegura a Vozpópuli que "no hemos tenido ningún contacto con GAD3 en ningún momento". De la misma manera se han expresado otros centros como el Joyfe en Ciudad Lineal que también rechazaron haber tenido entrevistas a sus docentes o familias.
"Me preocupa mi hijo de 15 años ya que ha empezado a tontear con los trinitarios... Estoy muy pendiente de su comportamiento, inspecciono su mochila, habitación, abrigos. Siento que no me escucha y lo peor que no ve el peligro. Ya no sé cómo gestionar esta situación". Es el grito desesperado de ayuda de una madre de Alcalá de Henares al Centro de Ayuda Cristiano.
"Tengo una sobrina de 16 años que está metida o simpatiza, no sé exactamente, con bandas latinas. Creo que con los trinitarios porque la he visto una bandana verde. Desde que tomó contacto con esta banda ha ido cambiando su conducta y actualmente tiene un expediente de absentismo escolar. Ella me dice que no está dentro que solo se va con ellos, pero que no se puede alejar de golpe y que la chicas no pueden entrar dentro de una banda. Actualmente está en investigación policial por lo de las bandas y de verdad que no sabemos que podemos hacer", es otro de los comentarios de esta mujer que ha solicitado ayuda a esta entidad.
La iglesia evangelista del Centro de Ayuda Cristiano es una de las instituciones que trabaja con expandilleros y les proporciona una vía de salida de estas organizaciones criminales. En la actualidad congrega a unas 4.000 personas, la inmensa mayoría de ellas de origen latinoamericano. Cuenta con 47 iglesias por toda España, once de ellas en la Comunidad de Madrid.
El principal problema de los colegios
Este centro ha publicado los resultados del tercer Observatorio de las Bandas Latinas en España con una novedad. Han realizado una encuesta con GAD3 con 130 centros concertados, 108 públicos y 25 privados de la Comunidad de Madrid para analizar la 'cantera' que tienen los pandilleros y como se introducen en el sistema de enseñanza. Para ello han estudiado 16 distritos de Madrid ciudad.
Los resultados son bastante significativos. Uno de cada tres padres de familias de adolescentes y profesores considera que las bandas latinas son la principal amenaza que sus hijos y alumnos pueden encontrar en sus centros de estudio y barrios. Esta cifra se encuentra muy por encima de la venta de drogas, la inseguridad ciudadana, los locales de apuestas y juego y el vandalismo adolescente.
Tanto padres como profesores relacionan las bandas latinas con peleas y reyertas, venta de drogas, robos, grupos en parques, tráfico de armas, ocio nocturno y hasta grupos de baile. Destaca también el reconocimiento por uno de cada tres profesores de tener en sus centros miembros de bandas latinas, principalmente de los Trinitarios y los Dominican Don’t Play (DDP).
Uno de los principales problemas ocultos de estas organizaciones es su relación con la prostitución. Un problema que llama la atención del 10% de los profesores. Y es que en los últimos tiempos hay chicas jóvenes que se iniciaron en la prostitución "precisamente al poco de entrar en bandas juveniles al tener que aportar recursos económicos para sufragar las necesidades de la banda", según el Centro.
Por otro lado, 3 de cada 4 padres y 9 de cada 10 profesores consideran que esta problemática ha aumentado en sus barrios y centros de estudio en los últimos años: 88% mucho y bastante y 74% afirman que puede suponer una amenaza en el futuro.
Otro de los focos que llama la atención del estudio del Centro de Ayuda Cristiano y GAD3 se refiere a las situaciones que favorecen la captación de los adolescentes. No hay consenso entre familia y docentes a la hora de citar los problemas de los jóvenes. Los profesores citan el sentido de pertenencia al grupo, la exclusión social, la falta de expectativas vitales, el absentismo o fracaso escolar. Los padres consideran que estos jóvenes pertenecen generalmente a hogares desestructurados o padecen factores emocionales, sobre todo la baja autoestima.
Familias poco preocupadas por las bandas
La principal desigualdad de cifras en torno a la problemática de las bandas entre familias y profesores es en cómo tratar la situación. Siete de cada diez profesores se preocupan en buscar información sobre el fenómeno de las bandas latinas, mientras que solo tres de cada diez padres de adolescentes afirma haber buscado información al respecto.
Los profesores entienden que deben ser los padres y la policía el principal apoyo para los jóvenes a la hora de informarse o solucionar problemas relacionados con las bandas. Además, los profesores ven como alternativas de apoyo a las asociaciones (29%) y a las iglesias (12%). Tanto padres como profesores consideran que los políticos son los principales responsables de afrontar la problemática de las bandas latinas.
Por otro lado, ocho de cada diez profesores afirma que sus alumnos o alguien de su entorno ha tenido contactos con bandas latinas, y uno de cada tres profesores ha recibido petición de ayuda por parte de adolescentes sobre este tema. También destaca el hecho de que un 25% de los profesores no sabría a quién acudir si sus alumnos tuvieran problemas con las bandas, aparte de llamar a la policía.
Un 89% de los padres y un 81% de los profesores ven necesario la organización de charlas y testimonios de expandilleros en sus centros de enseñanza. Además consideran fundamental la elaboración de estrategias integrales en los barrios, así como el endurecimiento del régimen de los Centros de Menores.
Entre los centros educativos donde, según GAD3 y el Centro de Ayuda Cristiano, existe una sensibilidad especial sobre esta problemática figuran. Por ello, han publicado y difundido una tabla con 34 centros educativos, donde existe una "sensibilidad especial" sobre esta problemática. Destacan los distritos de Latina, Vallecas, Ciudad Linea y Usera-Villaverde.
Para combatir esta situación, el Centro de Ayuda Cristiano ha organizado ponencias en los últimos meses para poner de relieve esta problemática. Además, junto a la Delegación de Participación Ciudadana de la Policía Nacional de la capital organizó el pasado julio en su propia iglesia de Atocha un debate ante 200 jóvenes.
Según afirman desde esta iglesia, en el ámbito educativo, hay alumnos que se ausentan de las clases para evitar cruzarse con bandas en su camino a casa o al colegio. En otros casos, se ha detectado que bastantes escolares no tienen conciencia de un uso responsable de las redes sociales y utilizan símbolos y terminología de las bandas que luego les genera problemas al ser considerados ellos mismos como pandilleros cuando en realidad no lo son, exponiéndose así a extorsiones, amenazas y malentendidos. Tal es el grado de preocupación que incluso algunas AMPAS han solicitado instalar arcos detectores de armas en los accesos a los centros educativos.
Una de las grandes polémicas del anterior informe realizado por esta iglesia evangelista fue el número de pandilleros que viven en nuestro país. Según sus cifras, los datos de miembros de bandas latinas se ha mantenido estable en 2022 y siguen insistiendo en que hay 2.500 de estos delincuentes en España.
Rebrote de bandas en otoño
La Delegación del Gobierno en Madrid estableció un plan antibandas en la región que ha tenido sus frutos ya que estos grupos se "hallan actualmente en fase de contracción o camuflaje". A pesar de ello, advierten desde esta entidad "en absoluto han desaparecido y se espera un rebrote de su visibilidad pública en otoño de este año, cuando se habrán consolidado nuevos liderazgos, de no ser que las autoridades continúen sus esfuerzos preventivos".
Desde su institución recuerdan que todavía existe un alto número de jóvenes que están en edad no imputable de delito y que, en consecuencia, no están fichados por la policía. El Centro de Ayuda Cristiano advierte que estos pandilleros siguen accediendo a las armas: ya sean cuchillos jamoneros, de cocina y otros afines de montaña o escalada, o material deportivo, como bates de beisbol, a través de internet en Amazon y tiendas de conveniencia, ferreterías y grandes superficies.
Robos, drogas y criptomonedas
La financiación de las bandas juveniles se asientan en negocios como el trapicheo de droga en numerosos centros de ocio nocturno, el dinero que utilizan para la adquisición de armas, estupefacientes o en ayudas a miembros inmersos en procesos judiciales o en prisión. Este dinero también se dedica actualmente en criptomoneda, diversificando así su entramado financiero.
Esta entidad también incluye en su informe las resoluciones de la Audiencia Provincial de Madrid en torno a estas organizaciones criminales entre 2017 y 2022. Han realizado un listado donde destacan las 66 condenas por lesiones o los 28 homicidios.
En general en los historiales delictivos figuran antecedentes policiales por robo con violencia, lesiones y narcotráfico, pero también de delitos como proxenetismo e incluso abuso de menores. Muchos de los casos de bandas no llegan a esta instancia porque no son recurridos en los Juzgados de los Penal.
Niños de 9 años en bandas
Desde el Centro de Ayuda Cristiano advierten que continúa bajando la edad de incorporación a bandas de la llamada Generación Z, puesto que el 29% de los pandilleros fichados por la Policía Nacional en los últimos meses en la Comunidad de Madrid son menores. "De hecho, se han dado casos de niños de 9 años de edad, generalmente vinculados a un hermano mayor perteneciente a una banda, que son reclutados para así ganar impunidad penal. Normalmente las bandas captan a menores en colegios y los usan para guardar armas y vender droga", explican.
Una de las múltiples denuncias de las que advierte esta iglesia es que se han detectado a bandas que trabajan para su legalización aparentando ser organizaciones de ámbito sociocultural, con líderes y miembros que se mueven en la ambigüedad delictiva. También citan la música 'drill' como el estilo musical que causa furor entre los pandilleros.
Rituales de santería y sicarios
De igual forma aseguran que siguen el movimiento 'Sugar Baby' y realizan actos de santería como rito de incorporación a la banda. "El pasado marzo también se hallaron cuatro pollos decapitados en plena calle del distrito de Usera; y se ha sabido que no es un hecho aislado y que también ha sucedido en Vallecas y Vicálvaro", aseguran.
Otra de las novedades "es la pertenencia de sicarios a las bandas de aquellos que vienen a España buscando refugio". En los últimos meses el Centro de Ayuda Cristiano ha atendido dos casos. En la fotografía, el collar de uno de ellos que le identifica como sicario en Colombia.
Desde esta iglesia avisan que ya no hay tatuajes ni ropa que identifique a un pandillero, pero sí se han multiplicado en colegios e institutos el uso de pulseras con los colores de la banda, además de bandanas para el cuello y del lenguaje gestual codificado. "Y han aparecido los denominados bulteros, que son individuos colaboradores que no pertenecen a la banda pero que se atribuyen tal condición a la hora de cometer delitos", añaden
Vecinos contra bandas
El Centro de Ayuda Cristiano también ha detectado la creación de grupos vecinales que se movilizan para erradicar del barrio a las bandas juveniles violentas. Se han visto estos grupos en Usera y Villaverde. Estos grupos de vecinos inicialmente se habían congregado para acabar con la okupación y la inseguridad en sus calles.
Otro de los focos en los que centra sus ojos el Centro es en la actividad de los pandilleros cuando entran en prisión. Se mantienen igual. "Es una obligación mantenerse dentro de la banda aunque la persona esté detenida. La jerarquía persiste, de la misma forma que se trafica con droga dentro de la prisión y se continúan dando instrucciones", explican.
"Sabemos que la policía hace todo lo posible por atender a los jóvenes y a sus familias, y sería conveniente reforzar las campañas de sensibilización y de coordinación para que las familias sepan cómo actuar en estos casos", afirma el pastor Alberto Díaz. En su opinión: “los padres están desbordados. Vemos que muchos tienen problemas psicológicos, miedo y no tienen recursos". Para finalizar, esta institución propone establecer un teléfono 016 para atender a estos jóvenes. Un número que no deje rastro en la factura del teléfono y que pueda ser borrado del registro de llamadas.
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