El expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, ha generado cierta confusión en la mañana de este viernes al publicar un mensaje en las redes sociales en la que celebraba sus vistas al Mediterráneo desde "la costa catalana". Sobre él aún pesa una orden de detención del Tribunal Supremo, lo que supondría su inmediato arresto en caso de llegar a territorio nacional. Fuentes de su entorno confirman a Vozpópuli, no obstante, que se encuentra en la localidad francesa de Perpiñán, al otro lado de los Pirineos.
"Contemplar el Mediterráneo en este delicioso rincón del planeta que es la costa catalana, es uno de los privilegios que da la vida. Cuidemos, disfrutémoslas, compartámoslas: el Mediterráneo, la costa y la vida", afirma Carles Puigdemont a través de su cuenta de Twitter. Acompaña el mensaje con una imagen de las vistas desde lo que parece un hotel. Inmediatamente se han sucedido los mensajes que le daban la bienvenida a "tierras catalanas".
Según fuentes de su entorno, Carles Puigdemont se encuentra en "Cataluña norte". La distinción territorial que establece el independentismo incorpora la región pirenaica oriental ubicada al sur de Francia en los Países Catalanes. Este diario ha podido confirmar que, en realidad, el expresidente catalán se encuentra en la localidad francesa de Perpiñán.
Otras visitas de Puigdemont
Las fuentes consultadas explican que no es la primera vez que el expresidente catalán viaja a esa zona. Sin embargo, no ha pisado territorio español desde su huida en noviembre de 2017 para evitar comparecer ante la entonces magistrada de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, por la consulta independentista del 1 de octubre y la posterior declaración unilateral de independencia (DUI).
"Hemos entrado en Cataluña. Muy contentos y emocionados de volver a pisar tierra catalana como personas libres, después de más de dos años y tres meses viviendo en el exilio. Gracias a todo el mundo que lo ha hecho posible", señalaba Puigdemont", publicaba en febrero de 2020.
El Tribunal Supremo mantiene la orden nacional y europea de detención dictadas por el magistrado Pablo Llarena tras asumir la causa del procés. De hecho, desde su salida de España hace ahora cinco años ha sido detenido en un par de ocasiones debido a las euroórdenes dictadas por el Supremo. La primera de ellas en marzo de 2018 en territorio alemán, cerca de la frontera con Dinamarca, y la segunda en septiembre del año pasado en Cerdeña.
El tribunal alemán de Schleswig-Holstein denegó su extradición a España por rebelión y concluyó que solo lo entregaría por delito de malversación. Este hecho motivó que el juez Llarena retirase la euroorden, ya que se busca su entrega por los mismos delitos por los que fueron juzgados Oriol Junqueras y el resto de líderes independentistas catalanes implicados en la deriva del procés.
Sin embargo, el magistrado las volvió a activar en 2019 tras conocerse la sentencia que condenó a los acusados del procés. Además, elevó una cuestión prejudicial al Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) para que se pronunciara sobre las euroórdenes después de que Bélgica se negara a entregar a España al exconsejero catalán Lluis Puig.
Órdenes de detención vigentes
Con la respuesta pendiente del TGUE se produjo la segunda detención de Puigdemont, en Cerdeña. Las autoridades italianas le detuvieron el 25 de septiembre en el aeropuerto de Cerdeña pero determinaron dejar en el aire su entrega precisamente a la espera de que el tribunal europeo resuelva sobre su situación.
El Tribunal Supremo recordó entonces en un oficio remitido al Tribunal de Apelación de Sassari que las euroórdenes seguían vigentes. Según confirman fuentes del alto tribunal a este medio, éste fue el último paso que se dio desde la Justicia española, de manera que dichas órdenes de detención tanto en territorio nacional como internacional siguen vigentes.
La defensa de Puigdemont, por su parte, defendió que gozaba de inmunidad en su condición de europarlamentario; un estatus que le garantizó su libertad en Cerdeña tras ser detenido por la Policía italiana. Este mismo jueves el TGUE movía ficha en relación a este asunto al declarar inadmisible el recurso que interpuso la defensa del exlíder independentista hace tres años contra la decisión inicial del Parlamento europeo de no dejarle participar en la primera sesión de la legislatura, en julio de 2019.
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