España

Sin carnet, sin casa y con empleos precarios: el poder adquisitivo de los jóvenes sufre la mayor caída con un 11%

La vida que tenían los jóvenes hace unas décadas difiere bastante de la juventud actual. La situaciones y condiciones laborales a las que se enfrentan hoy en día han causado que la emancipación y el carnet de conducir sea algo más típico de los 30 que de los 20

El "yo a tu edad..." es una frase que, muy probablemente, hayan escuchado más de una vez los jóvenes de hoy en día. Se señala mucho a la juventud actual por tardar en sacarse el carnet, conseguir un buen trabajo o poder permitirse un piso, ya sea alquilado o comprado. Pero, claro, las condiciones laborales y los precios del mercado de ahora no son los mismos que los de hace diez, veinte o treinta años.

Según muestran los cálculos de Datadicto -siguiendo los datos de renta anual neta media por persona y por unidad de consumo compartidos por el INE-, el poder adquisitivo de los jóvenes (de 16 a 29 años) es el que más ha caído entre el 2008 y el 2022, en un 11,2%. En segunda posición se encuentra el grupo de edad comprendido entre los 45 y 64 años con un 10%, seguido de los treintañeros (de 30 a 44 años) en un 7,5%. El único grupo que ha conseguido aumentar su poder de compra son los mayores de 65, con un 6,5%.

Detrás de este retraso en apuntarse al carnet de conducir, emanciparse o tener la independencia económica se encuentra este descenso del poder adquisitivo, acompañado y justificado por unos empleos con condiciones laborales precarias.

El poder adquisitivo de los jóvenes se hunde junto a sus expectativas vitales

"El carnet de conducir pierde interés entre los jóvenes" o "los jóvenes prefieren el transporte público o un taxi frente a tener coche propio" son algunas de las ideas que se han compartido tanto en redes sociales como en diferentes medios de comunicación. Sí es cierto que el número de conductores ha descendido más del 30% en trece años. En 2008 había 1,25 millones de conductores de entre 20 y 25 años, en 2021 la cifra baja a 876.000.

Aunque habrá jóvenes que no estén interesados en tener coche propio, hay muchos otros que no se han apuntado a la autoescuela por no poder afrontar los pagos. La inflación ha causado una subida de precios en todos los ámbitos del IPC y, pese a que los precios del carnet de conducir apenas han variado en las últimas décadas, el coste de la gasolina sí lo ha hecho -siendo uno de los principales impedimentos en esta causa-. De hecho, el combustible se ha posicionado en el máximo anual en más de una ocasión a lo largo de este 2023.

La gasolina no es lo único que supone un esfuerzo económico a muchos jóvenes. Las grandes subidas de precio que han experimentado los alquileres han aportado a que la edad de emancipación se retrase hasta los treinta años de media en España.

En las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, el alquiler llega a suponer más del 100% del sueldo mínimo. Consultando con diferentes perfiles que vivieron su juventud entre la década de los noventa y los primeros años de los 2000, varios afirmaron que, en ese entonces, el sueldo suponía tan solo entre el 30% y el 50% de sus ingresos.

Derribar las barreras de los altos precios es tarea difícil cuando la mayoría de jóvenes se enfrentan a una precariedad laboral. Contratos de media jornada, de prácticas o sueldos bajos son algunas de las condiciones que se encuentra la población joven cuando sale a la calle a dejar currículum.

De acuerdo con los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) -tercer trimestre de 2023-, un 28% de los jóvenes se encuentra en búsqueda de empleo, una cifra que duplica el porcentaje de parados general en España. Dentro de la Unión Europea, esta tasa es superada solo por Grecia. Únicamente uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 29 años ha conseguido el éxito laboral tras finalizar su etapa educativa, según un estudio de la ONG Ayuda en Acción.

El estudio, realizado en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), revela que el 47% de los jóvenes españoles (15-29 años) todavía no se ha introducido en el mercado laboral. A su vez, un 30% está buscando un empleo estable que le otorgue satisfacción para su proyecto vital.

Centrándonos en los jóvenes entre 25 y 29 años, el 56% no ha conseguido todavía un empleo estable o satisfactorio. Asimismo, el estudio demuestra que solo el 23% de los jóvenes comprendidos en esta franja de edad han conseguido culminar positivamente este salto al mundo laboral.

La precariedad laboral y una subida de precios a la que no pueden hacer cara ha supuesto que las expectativas vitales de los jóvenes hayan empeorado, retrasando metas básicas como independizarse, casarse o tener coche para la siguiente etapa de su vida.

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