"Las medidas de seguridad en general son insuficientes y exiguas, al igual que los medios personales que son limitados y escasos". Así de contundente se muestra en una carta una agente de la Policía Nacional que ha trasladado a sus mandos la situación que padecen tanto ella como sus compañeros con la llegada masiva de inmigrantes irregulares a Canarias. Los funcionarios están desbordados y solicitan iniciativas que puedan paliar la presión migratoria y un protocolo de actuación adecuado.
La carta, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, es un relato del día a día de los agentes de la Policía Nacional en ubicaciones como la isla de El Hierro, que está siendo en los últimos meses el punto de llegada de pateras con inmigrantes irregulares. Para ello, se ha establecido un Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE).
En un primer momento, este "desbordamiento" de inmigrantes fue gestionado por la Unidad de Intervención Policial (UIP) pero desde el 14 de diciembre de 2023, los cometidos de seguridad, protección y custodia, están siendo realizados por los agentes de Seguridad Ciudadana de las diferentes privadas de la Comisaría Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
La funcionario se percató de las "múltiples irregularidades y deficiencias" del CATE y las comunicó en esta carta a sus superiores. "Las medidas de seguridad son insuficientes y exiguas, al igual que los medios personales que son limitados y escasos", reveló en la misiva.
Los ocupantes de este centro sobrepasan los 300 ó 400, lo que hace "insuficiente" la gestión del servicio por el reducido número de agentes. Tienen que realizar funciones adicionales "viéndose claramente vulnerada la seguridad de los funcionarios actuantes". Deben vigilar a los internos mientras que acuden a la llegada de pateras o cayucos.
Esta situación se une a la "evidente falta de medios materiales" como arcos de seguridad, detectores de metales, equipos de transmisiones o vehículos. No disponen de un vehículo asignado al servicio de manera permanente. Cuentan con una única furgoneta, que no se encuentra en óptimas condiciones, para transportar las cajas de alimentos. Este vehículo no tiene un sistema de frenado seguro y la caja de cambios está defectuosa.
La carta denuncia una "organización nefasta"
Otro de los puntos relevantes es que la "organización es nefasta" debido a la "inexistencia" de un protocolo de actuación y un jefe de turno que "imparta directrices e instrucciones claras y concisas". En caso de que se produzcan un "incidente grave" de seguridad, los agentes se encuentran solos y no disponen de colaboración por parte de ninguna unidad. "Quedando los mismos expuestos al peligro ocasional", denuncia la carta.
Estos policías tienen que descargar las cajas de alimentos de las tres comidas diarias, aproximadamente unos 25 kilos de peso. Un momento en el que abandonan las funciones encomendadas de seguridad y protección.
Asimismo, las carpas de enfermería se encuentran totalmente abiertas y accesibles para el personal y los internos. También se aprecia una "clara insuficiencia" de aseos para los inmigrantes y no se puede "cubrir debidamente esta necesidad" por el volumen de los mismos.
El centro no dispone de un "sistema homologado" contra incendios y es "inexistente" la prevención de riesgos laborales. Los funcionarios tampoco disponen de equipos de protección individual por lo que se encuentran "completamente desprotegidos ante las posibles enfermedades" que pueden portar los inmigrantes a su bajada de las pateras, señala la carta.
Esta agente, explica en la carta, que tuvo que desempeñar este puesto con carácter forzoso y tampoco recibió el abono y la compensación como se estipulaba reglamentariamente. La denuncia de esta funcionario, según advierte, se realiza para mejorar las carencias que padecen sus propios compañeros.
La llegada de pateras se incrementó un 260%
El sindicato Jupol advirtió, según los datos del propio Ministerio del Interior, que la llegada de inmigración irregular por vía marítima al Archipiélago Canario se ha incrementado en lo que va de año un 260%, llegando a registrar más de 17.100 llegadas hasta el pasado 31 de mayo. Ante esta situación, la agrupación policial ha denunciado, nuevamente, la improvisación con la que se vienen trabajando desde el Ministerio del Interior.
Una situación que lleva a la plantilla provincial de Tenerife al colapso policialmente hablando y a empezar a mostrar cada vez más síntomas de ser una plantilla afectada por el síndrome del quemado en el trabajo y merma significativamente la plantilla encargada de la seguridad ciudadana en la isla de Tenerife.
Por otro lado, desde JUPOL denuncian que el hecho de que se deriven funcionarios a una isla distinta de su destino supone un problema económico para los mismos por las cuantías actuales de las dietas, que bien es sabido, no cubren los gastos de manutención y alojamiento reales puesto que no están actualizadas. Una situación que padeció en primera persona la agente que acabó denunciando su experiencia en esta carta.
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