España

Las tensas cartas entre Zapatero y Aznar por Irak: "No comprendo su tono descortés"

España caminaba hacia el relevo del Gobierno. Tras la celebración de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004, marcadas por la reciente tragedia de los atentados del 11

España caminaba hacia el relevo del Gobierno. Tras la celebración de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004, marcadas por la reciente tragedia de los atentados del 11 de marzo, José María Aznar mantenía su Ejecutivo en funciones mientras que José Luis Rodríguez Zapatero se preparaba para tomar posesión de su cargo en Moncloa. En esas, el líder socialista dirigió una misiva al popular sobre un tema que levantaba ampollas entre ambos: Irak. El motivo, la suspensión de un relevo al contingente militar que debía haber vuelto a casa tras cumplir con su misión en aquel escenario convulso. El cruce de cartas revela una tensión más que evidente.

El contexto pone de manifiesto la relevancia de la intervención española en Irak. Por un lado, José María Aznar con su cumbre de Las Azores con Tony Blair y George Bush, en una alianza entre España, Reino Unido y Estados Unidos para desplegar tropas en Irak y deponer a Saddam Hussein, a quien acusaban de ocultar armas de destrucción masiva. Por otro lado, el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y su "no a la guerra", eslogan que se convirtió en bastión político contra el Partido Popular y que dejó imágenes como la del líder socialista negándose a ponerse en pie ante tropas estadounidenses en el desfile militar del 12 de octubre.

Una de las promesas electorales del PSOE se centraba en la inmediata retirada de las tropas españolas en Irak en caso de ganar las elecciones generales. Llegaron los comicios del 14 de marzo, tan sólo tres días después del 11-M, en plena agitación por la inicial atribución de los atentados por parte del Gobierno de Aznar a ETA. Los socialistas, no obstante, sugerían que se trataba de un zarpazo de terrorismo yihadista derivado de la intervención militar en Irak. De un modo u otro, Irak era un tema tan recurrente como tirante.

La carta de Zapatero

Nos ubicamos en el 29 de marzo. Gobierno en funciones del PP. José Luis Rodríguez Zapatero remite una carta a José María Aznar en calidad del presidente del Grupo Parlamentario Socialista, toda vez que, pese a la victoria electoral, aún no había tomado posesión de su inminente cargo en Moncloa. "Acabo de saber que V.E. ha ordenado la suspensión del relevo de las tropas españolas destacadas en Irak que, precisamente, se iniciaba en el día de hoy", denuncia Zapatero, al mismo tiempo que le recuerda a Aznar que su Ejecutivo "no puede discrecionalmente ni interrumpir ni suspender" el derecho a ser relevados periódicamente. En concreto, cada cuatro meses.

"La decisión de enviar tropas a Irak es consecuencia de su posición como Presidente del Gobierno de España y fruto de su propia estrategia en política de defensa y seguridad -apunta Zapatero-. La seguridad de nuestros soldados destinados en Irak, obligan a V.E. y a su Gobierno a cumplir con el ordenamiento jurídico español". De no hacerlo, perjudicarían "sin fundamento jurídico" los "derechos de las tropas" destinadas a Irak, añade.

Y cierra la misiva con una advertencia: "Si V.E. no está en condiciones de cumplir con su obligación como Presidente del Gobierno en funciones, y en consecuencia no retira la orden de suspensión del relevo de las tropas españolas en Irak, le aconsejo que inicie los trámites precisos para que nuestros soldados y sus mandos regresen definitiva y urgentemente a España".

La carta de Aznar

La respuesta de José María Aznar no se hizo esperar. Firmo una carta ese mismo día, 24 de marzo de 2004, en el que le manifestaba a José Luis Rodríguez Zapatero su visión sobre el asunto: "Respondo a su carta de 29 de marzo en la que me comunica que V.E. es partidario de proceder al relevo de las tropas españolas destinadas en Irak. Celebro que V.E. haya decidido fijar su posición de manera explícita, sin margen para equívocos o interpretaciones posteriores". Pero al líder popular no le gustó el tono en el que Zapatero se dirigió a él. Al menos, así trasluce de sus valoraciones: "Lamento, debo decírselo, que por razones que no alcanzo a comprender emplee V.E. para ello un tono y unas expresiones que sólo cabe calificar de descorteses".

En su misiva, Aznar evoca una conversación entre ambos en fechas anteriores, apuntando que la decisión de relevar a las tropas "debía corresponder a quien dentro de unos días va a ocupar la responsabilidad de Presidente del Gobierno" y que el polémico relevo de tropas surtiría sus efectos cuando el propio Zapatero ya estuviera en el poder: "Implica, además, entrar de lleno en una cuestión en la que el PSOE ha manifestado con toda claridad una posición de fondo que diverge por completo de la que sostiene el actual Gobierno, ahora en funciones".

José María Aznar considera que la decisión del relevo "rebasa con mucho" el "despacho ordinario de los asuntos públicos" que le corresponden a un Ejecutivo en funciones. No obstante, informa a Zapatero de que, tras haber recibido su carta y haber tenido en cuenta su "voluntad política", ha ordenado al Ministerio de Defensa que reactive el relevo de las tropas. "Lamento profundamente los inconvenientes generados a los militares que debían haber partido ya y a sus familiares, que sólo son achacables a la tardanza en fijar su criterio del responsable del Gobierno inmediatamente entrante".

El archivo de Bono

Los dos documentos forman parte del archivo que José Bono ha cedido a la Fundación Pablo Iglesias: "Carta ZP a Aznar tropas Irak y contestación" es el nombre elegido para el archivo. Fue precisamente Bono el encargado de tomar las riendas del Ministerio de Defensa en sustitución de Federico Trillo.

En ese ínterin en el que el Gobierno de Aznar se desempeñaba en funciones ocurrieron una serie de hechos destacados en Irak. Más concretamente, en Najaf, cuando tropas españolas se vieron asediadas en la base Plus Ultra después de que las tropas estadounidenses capturaran a un líder de gran influencia en la región. Sus familiares y subordinados estaban convencidos de que el clérigo permanecía retenido en las citadas instalaciones militares. Un contingente español se vio obligado a romper el cerco en torno a la base para llegar a una antigua cárcel para salvar a 70 soldados salvadoreños que se habían quedado atrapados en medio de la refriega. Muchos la conocen como "la batalla de todas las batallas" del Ejército español o "la del 4 del 4 del 2004", en referencia a la fecha en la que tuvo lugar.

Como contó Vozpópuli, 'los papeles de Bono' han revelado informes clasificados del CNI sobre el 11-M, donde los servicios secretos manifiestan su contradicción por la falta de entendimiento con el Ministerio del Interior en las pesquisas. También la investigación que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Félix Sanz Roldán, llevó a cabo en la cúpula militar para saber si compartía las tesis del general Mena sobre Cataluña. O los papeles del Yak-42 que en su día protagonizaron una polémica entre el propio José Bono y María Dolores de Cospedal, al asumir la cartera de Defensa.

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