La decisión de la Audiencia Nacional de reabrir el Caso Pegasus, centrado en la infección del teléfono de Pedro Sánchez y otros miembros de su Gobierno, se produce gracias a la colaboración de las autoridades francesas, que han facilitado información sobre el escándalo de espionaje mediante el mismo software a dirigentes del país y que desencadenó una grave crisis política. Estos datos que ahora se analizan, según ha podido saber Vozpópuli a través de fuentes de seguridad, podrían aportar claves sobre el origen de la injerencia, pero difícilmente sobre el autor material de los hechos.
La información aportada por Francia está lejos de la autoría del espionaje a políticos, periodistas y activistas. De hecho, París nunca ha llegado a esclarecer quién contaminó los terminales de todas estas personalidades, si bien desencadenó una grieta diplomática con Marruecos: medios franceses apuntan incluso a una tensa conversación telefónica entre Emmanuel Macron y Mohamed VI. El reino alauí, por su parte, niega de forma airada cualquier participación en los hechos.
Los informes aportados ahora por Francia a España detallan cuestiones relacionadas con el modo en que se llevó a cabo la infección de los terminales móviles de los dirigentes galos y los archivos que fueron alterados, tal y como consta en el auto de reapertura de la causa de Pegasus del magistrado José Luis Calama, de la Audiencia Nacional.
NSO Group y Pegasus
Según apuntan fuentes de seguridad a este diario, la información procedente de Francia es valiosa en tanto que sirve para comparar los resultados de los análisis forenses efectuados por el Centro Criptológico Nacional -órgano dependiente del Centro Nacional de Inteligencia encargado de ciberseguridad- en torno a los terminales de Pedro Sánchez y los ministros Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Luis Planas, objeto del ataque mediante Pegasus.
Esos puntos comunes, indican las mismas fuentes de seguridad, no servirían para determinar quién ha sido el autor del ataque
Cabe recordar que la infección mediante el software Pegasus, desarrollado por la israelí NSO Group, deja una huella en los terminales; en concreto, sobre los archivos a los que se ha accedido. De este modo se podrían establecer paralelismos o patrones comunes entre los escándalos de espionaje que han sacudido Francia y España.
Esos puntos comunes, indican las mismas fuentes de seguridad, no servirían para determinar quién ha sido el autor del ataque. Una de las fortalezas del software Pegasus es precisamente el anonimato del ejecutor. NSO Group, desarrollador del sistema, facilitó a Francia en 2021 cierta información sobre el funcionamiento del sistema, pero añadió que cualquier explicación adicional debía tramitarse a través de las herramientas de cooperación internacional.
La comparativa entre España y Francia
Del mismo modo, NSO Group tampoco ha entregado información relevante a España, requiriendo las mismas vías diplomáticas. Las relaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el de Benjamin Netanyahu atraviesan una grave crisis, debido a la postura de Moncloa en la guerra de la Franja de Gaza, por lo que la colaboración amistosa no es una opción.
La información facilitada por Francia, no obstante, serviría para establecer patrones comunes o paralelismos en ambos escándalos de espionaje. El hallazgo de una huella similar serviría para determinar si el autor de los dos ataques es el mismo; una clave que, a su vez, delimitaría el abanico de sospechosos.
Como contó Vozpópuli, la reapertura de la causa tiene una implicación directa para la diplomacia española. La decisión empuja al Gobierno de Pedro Sánchez a un frágil equilibrio en sus relaciones diplomáticas con Marruecos. El precedente de la ruptura entre París y Rabat deja a Moncloa en una situación delicada, toda vez que cualquier pronunciamiento en la misma línea que Francia amenaza con erosionar las conversaciones con el reino alauí.
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