La investigación en torno al caso Pegasus avanza de forma discreta, pero a buen ritmo. Los servicios de Inteligencia cotejan la información facilitada por Francia en busca de paralelismos respecto a la infección de los terminales de miembros del Ejecutivo, con Pedro Sánchez a la cabeza y otras víctimas como Fernando Grande-Marlaska o Margarita Robles. Unas pesquisas que inquietan en Moncloa, toda vez que el hallazgo de un patrón común supondría una misma autoría en los espionajes en Madrid y París. Una comisión de investigación del Parlamento Europeo ya apuntó a Marruecos como “posible” responsable de los hechos, sin descartar otras hipótesis.
La clave se sostiene en los indicadores de compromiso de los teléfonos móviles investigados; o lo que es lo mismo, la huella que dejó la infección con el software de origen israelí en los terminales. El espionaje de los aparatos no es idéntico en todos los casos, dejando un rastro diferente en función de los archivos extraídos o de la información consultada.
El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama avanza en las investigaciones sobre esta huella digital para tratar de esclarecer cómo y quién infectó los teléfonos de Sánchez, Robles y Marlaska. Las pesquisas no están resultando fáciles. Los primeros informes periciales elaborados por el Centro Criptológico Nacional (CCN), órgano dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), presentaban algunos datos sustanciales.
Los análisis desvelaban que la infección del móvil del presidente del Gobierno se produjo en cinco ocasiones, entre octubre de 2020 y diciembre de 2021, y se le sustrajeron datos con un peso superior a los 2,5 gigas. El móvil de la ministra de Defensa presentaba indicios de haber sido infectado por Pegasus en cuatro ocasiones, entre mayo y octubre de 2021, mientras que el del ministro del Interior lo fue en dos ocasiones, el 2 y el 7 de junio del mismo año.
Por su parte, el móvil del ministro de Agricultura, Luis Planas, fue objeto de una infección el 25 de junio de 2021, si bien la cantidad de información exfiltrada, inferior a 1 kb, sugiere un intento de infección no exitoso por la existencia de una de las aplicaciones “vacuna”.
Dificultades en la investigación
A partir de ahí, el juez se topó con un muro. Lanzó cuatro comisiones rogatorias a Israel solicitando información sobre NSO Group, la firma desarrolladora de Pegasus, así como sobre el caso específico que afectaba a España. Ninguna de ellas fue respondida, lo que empujó al magistrado a archivar la investigación.
Cuando el procedimiento agonizaba, el juez encontró en Francia una nueva vía para reabrir la causa. Porque el país vecino también fue víctima de un espionaje masivo, centrado en autoridades del Gobierno, líderes políticos y representantes de determinados colectivos sociales.
A diferencia de España, Francia sí que logró informes procedente de Israel. NSO Group, en una carta fechada el 12 de noviembre de 2021, informó a París sobre sus operaciones y el proceso de control interno del software Pegasus. Una descripción genérica, pero sin duda más amplia que la nula respuesta que obtuvo España.
A todo ello hay que sumar la búsqueda de paralelismos entre el espionaje en Francia y España. Aquí entra de nuevo en juego el Centro Criptológico Nacional, encargado de cotejar la información facilitada desde París y confrontarla con los informes de los terminales de Pedro Sánchez, Marlaska y Robles.
Fuentes próximas a la investigación detallan a Vozpópuli que este trabajo avanza de forma exitosa. Según apuntaba El Confidencial, el método de espionaje “coincide” a ambos lados de la frontera, lo que alimentaría la hipótesis de un mismo vector de infección. Cuando el juez Calama obtenga el informe definitivo planteará una reunión con sus homólogos en Francia para contrastar sus conclusiones.
El origen de la infección con Pegasus
¿De dónde podría proceder esa infección? La autoría se sostendría en un tercero que tenga intereses tanto en Francia como en España. También hay que tener en cuenta las fechas de los ataques y los objetivos elegidos. En el país vecino, algunas de las víctimas fueron destacados activistas prosaharauis y otras personalidades contrarias a Marruecos.
Óscar López, entonces director del Gabinete de Pedro Sánchez y hoy ministro de Transformación Digital y de la Función Pública -en sustitución de José Luis Escrivá, ahora gobernador del Banco de España-, apuntó en en el Congreso de los Diputados que la tesis de la autoría marroquí era, cuanto menos, un “bulo”, una “maledicencia” y una “teoría conspiranoica”. Sin embargo, una comisión de investigación del Parlamento Europeo consideró como “posible” la implicación de Rabat.
En este sentido, fuentes consultadas por este diario desvelan la “preocupación” que hay en el Gobierno ante el avance de las investigaciones en el caso Pegasus. La agenda de la política internacional española convulsiona por las crisis diplomáticas con Israel, Argentina, Venezuela o Argelia, entre otros. En medio de estas crisis, Mohamed VI se erige como aliado estratégico, después de que Sánchez reconociese los planes de soberanía marroquíes sobre el Sáhara Occidental.
Como prueba de esta afinidad, los acontecimientos vividos en Ceuta durante las últimas jornadas, cuando miles de personas convocadas a través de redes sociales se confabularon para intentar acceder de forma irregular a la ciudad autónoma desde Castillejos. La presión policial marroquí frustró la intentona, a diferencia de lo que ocurrió en mayo de 2021 -cuando las relaciones Madrid-Rabat estaban rotas-, al irrumpir cerca de 10.000 individuos en territorio español en apenas una jornada.
La inquietud del Ejecutivo se sostiene en que el avance de las investigaciones en el caso Pegasus puedan dinamitar la luna de miel diplomática que viven España y Marruecos; y, por tanto, acabar con uno de los ejes estratégicos de la diplomacia nacional en la presente legislatura.
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