El PSOE se prepara para el salto del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a Ferraz si gana Castilla-La Mancha el próximo 28 de mayo. Según ha sabido este diario de fuentes socialistas, el castellanomanchego tiene a su alcance mantener el poder sin pactos, según los sondeos. Y se convertiría en un referente pese a que no tenga "acogida" fuera de su región, como apuntan algunos destacados socialistas. Su entorno se refiere a la posibilidad de intentar liderar el partido a meras habladurías. "Tenemos que ganar nuestras elecciones", zanja.
Lo cierto es que en el PSOE se ve próxima una etapa sin Pedro Sánchez a los mandos del partido. Pese a que el presidente del Gobierno y secretario general socialista pelea para revalidar Moncloa cuatro años más, según ha sabido este diario algunos sectores del partido piensan ya en otros nombres. Uno de los que suena es, como contó Vozpópuli, Eduardo Madina, quien reitera que nunca volverá a la política. Eso sí, una fuente que conoce muy aventura el devenir del PSOE cuando el presidente se aparte, se lanza a precisar el papel de Page en el futuro inmediato del socialismo español: "Primero habrá una gestora de transición, con gente como Page, y después se saltará a otra generación".
No obstante, tocará esperar el desarrollo de este año electoral. En verdad, Sánchez, que rehizo Ferraz el pasado verano tras frenar la tentativa de Adriana Lastra para liderar el partido, se ha quedado sin algunos de los últimos leales que le auparon a la secretaría general. El último, el diputado vasco Odón Elorza. Es cierto que Sánchez controla el PSOE con puño de hierro y lo recosió en el último congreso federal tras la guerra del 1 de octubre de 2016. Tampoco hay corrientes contestatarias al rumbo del partido decretado por el secretario general salvo el ruido de los barones críticos y de Podemos. Pero el PSOE, como comentan las fuentes consultadas, no es patrimonio de ningún líder y se ha sobrepuesto en sus 140 años a las caídas de todos sus capitanes. También lo hará a la de Sánchez.
El apoyo de los espíritus
Es importante reseñar que Sánchez se apoya ahora en rostros que, en su día quisieron defenestrarle. Pero todo, como explica a este diario una fuente que estuvo en el núcleo duro del presidente, se explica por obediencia al poder. Ese es el motivo por el que ahora figuras como Patxi López o Pìlar Alegría, portavoces del grupo parlamentario en el Congreso y del partido, respectivamente y otrora rivales del presidente, están a su entera disposición.
En el PSOE causó sorpresa el terremoto que Sánchez provocó en verano. Una fuente que conoce muy bien todos los entresijos de Ferraz no duda en calificar de "llamativo" el hecho de que el líder del partido recurriera a muertos del aparato socialista que quisieron enterrarle aunque finalmente le dejaran con vida para que resucitara. Lo cierto es que el actual cuartel general del Ferraz es el último cartucho político del presidente y es con el que está afrontando el ciclo electoral que se abierto este año.
Moncloa también es escenario de otro enfrentamiento entre dos pesos pesados, empeñados en replicar los vicios que terminaron con la exvicepresidenta Carmen Calvo y con el exjefe de gabiente de Sánchez, Iván Redondo. Como ya contó este diario, Óscar López, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, chocan por sus papeles en el Gobierno. Ambos se entrometen en las decisiones del otro. Y, de fondo, hay una disputa de poder.
Un puño de hierro
En verdad, Pedro Sánchez controla el PSOE con puño de hierro. El presidente ha cumplido su agenda de concesiones a los independentistas de ERC sin apenas oposición interna. Tan solo algunos barones de su partido, como el propio Page o el aragonés Javier Lambán han criticado abiertamente la reforma ad hoc del código penal para beneficiar a los condenados y pendientes de juicio del procés. Pero poco más. Solo palabras, porque lo cierto es que en Ferraz saben que no pueden rebelarse contra el líder socialista. Él es el presente del partido por mucho que esté por ver que siga siendo su futuro.
Moncloa, no obstante, limita las salidas de tono de sus barones críticos a que son así y no les queda más remedio. En plata, que hacen la guerra por su cuenta. La reforma de la malversación para beneficiar a los condenados por el procés ataca directamente los intereses electorales del presidente de Castilla-La Mancha, que ve con preocupación cómo puede perder la mayoría absoluta en la batalla electoral de las autonómicas de mayo del año que viene. Lo mismo le ocurre a Lambán, que gobierna en coalición con la Chunta, el PAR y Podemos. Pero no se trata solo de la malversación. El borrado del delito de sedición para rebajar las penas también escuece a varios barones del PSOE.
El poder territorial de los socialistas se juega en el centro, sobre todo en comunidades como Aragón y Castilla-La Mancha. Y las concesiones de Sánchez a ERC, así como el peaje de más de 2.500 millones de euros que ha pagado a los republicanos y a Bildu para sacar adelante las cuentas generales del Estado ahuyenta a los principales presidentes autonómicos del partido.
La clave Sumar
La vicepresidenta segunda está a punto de anunciar a bombo y platillo su intención de presentarse a las elecciones generales y, por eso, extrema el cuidado. Quienes la conocen saben que no tomará partido en ningún aspecto polémico que pueda resultarle contraproducente. En el PSOE, además, están exasperados con sus tiempos y con todas las veces que se ha puesto de perfil. En Ferraz quieren ya a Yolanda Díaz centrada en Sumar, la muleta en la que Pedro Sánchez deberá apoyarse obligatoriamente para seguir en Moncloa en caso de que las urnas escupan la posibilidad de que la coalición pueda repetir.
El PSOE sufre a medida de que acerca la fecha de la apertura de urnas que el PP quiere convertir en una moción de censura a Sánchez. Pese al leve repunte en la intención de voto que señalan algunas encuestas, el partido no termina de sobreponerse al liderazgo de los populares. Por eso, ha llegado el momento de que el poder territorial del partido haga la guerra por su cuenta.
El presidente del Gobierno se agarra a Sumar, la incipiente plataforma política con la que su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, concurrirá cuando se abran las urnas a finales de 2023, como la única forma de reeditar cuatro años más su puesto al mando del país. Sánchez, según reconoció él mismo en un encuentro informal con periodistas, advierte que la próxima pelea electoral se jugará en clave de futuro. Aunque antes, remachó, toca llegar a la gran fiesta de la democracia "habiendo cumplido".
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