Después del reciente patinazo a cuenta de la financiación autonómica sufrido en Madrid por la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, en el Gobierno se la ve necesitada de oxígeno. Una parte llegará de los Presupuestos estatales para el año que viene que se tramitan en el Congreso, pues el PP trabaja en varias enmiendas parciales que mejoran la inversión destinada a algunas de las principales infraestructuras en Cataluña, sobre todo las de cercanías y carreteras. Estas mejoras estaban siendo negociadas por la ministra de Fomento, Ana Pastor, con el consejero catalán de Territorio, Santiago Vila, y siguen siendo percibidas desde el Gobierno como una palanca para desarmar el victimismo desde el que CiU ha construido su discurso soberanista.
Las mejoras de las infraestructuras catalanas son percibidas por el Gobierno como una palanca para desarmar el victimismo desde el que CiU ha contruido su discurso soberanista
En el primer capítulo del debate presupuestario concluido este miércoles, el Gobierno ha hecho un primer guiño a Cataluña, extensible al resto de las comunidades autónomas, pues podrá quedarse con la recaudación que haga a través del Impuesto sobre Patrimonio. El segundo guiño llegará en la tramitación de las enmiendas parciales después de que el portavoz de CiU, Josep Antonio Durán i Lleida, haya trazado el perímetro de las principales reivindicaciones. Durán ha puesto el acento en la futura conexión ferroviaria de la terminal 1 del aeropuerto de El Prat y en la futura variante de la carretera de Vallirana, situada en el Bajo Llobregat, que soporta un tráfico de 30.000 vehículos al día. Pero los nacionalistas vuelan más alto y se sienten heridos porque, según sus cálculos, la inversión prevista en Cataluña el año que viene baja un 25%, frente a un 8% de media en el resto de España. Los números del Gobierno difieren y cifran en 1.403 millones de euros, el 15% del total nacional, los presupuestos que Fomento, la principal cartera inversora, destinará a Cataluña el año que viene, frente a los 1.220 de este año y los 1.323 de 2012. Más del 40% de este dinero se dedicará a puertos, carreteras y aeropuertos.
CiU ha puesto el acento en la necesidad de conectar por ferrocarril la terminal 1 de El Prat y en construir la variante de Vallirana, una carretera que soporta 30.000 vehículos diarios
Los recientes roces protocolarios entre Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, han estrechado todavía más el margen que tenía el Gobierno para alcanzar un acuerdo presupuestario con los nacionalistas catalanes. A pesar del debate de guante blanco protagonizado por el ministro Cristóbal Montoro con Durán i Lleida, CiU no retiró su enmienda a la totalidad de las cuentas del año que viene, rechazada ayer junto a las otras 10 presentadas por el resto de la oposición, y su capacidad para negociar nuevas inversiones se ha visto reducida. Ello explica el campo que se le ha abierto al PP para presentar parte de las reivindicaciones que desde CiU se han trasladado a la ministra Ana Pastor.
Los nacionalistas meten a Ana Pastor, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos en el paquete de ministros más favorables al acuerdo con Cataluña
Los nacionalistas catalanes dividen en dos al Gobierno a la hora de medir la inclinación hacia el diálogo dentro de un proceso secesionista como el que tiene abierto Artur Mas desde hace dos años. En el núcleo duro, contrario al pacto, incluyen a Soraya Sáenz de Santamaría, al titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y al ministro de Educación, José Ignacio Wert. En el extremo opuesto meten a la propia Ana Pastor y a los ministros de Hacienda y Economía, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos
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