No hay muchas interpretaciones posibles. Los números son claros. En las elecciones autonómicas catalanas de 2010 CiU obtuvo 62 escaños en el Parlament. Un gran resultado que sepultaba los años del tripartito y servía a Artur Mas para llegar a la presidencia de la Generalitat. Hoy, cuatro años después, las encuestas más favorables otorgan a esta formación una cifra que estaría entre los 32 y 34 parlamentarios. Es decir, en sus años al frente del Govern, el president ha dilapidado prácticamente la mitad de los apoyos a la coalición que forman los partidos Convergencia Democrática de Cataluña y Unió. En ese contexto, hoy Mas presentará su nueva hoja de ruta en una comparecencia en Barcelona. Y la posibilidad de una adelanto electoral flota en el aire, aunque nadie la confirma.
La pérdida de apoyos de CiU es evidente si, además, se tienen en cuenta los resultados de las elecciones autonómicas de 2012. En aquella cita electoral, convocada por Mas con la obvia intención de alcanzar los 68 diputados de la mayoría absoluta, estuvo marcada por la publicación del famoso borrador fantasma de la Unidad de Económicos Delitos y Fiscales (UDEF) que recogías presuntas corruptelas de la plana mayor de CiU. Fuera por aquel escándalo o fuera por el desgaste del poder, el caso es que la coalición liderada por Mas se quedó en 50 escaños, 12 menos que los conseguidos en 2010. Entonces, hace dos años, ERC obtuvo 21 escaños (11 más) en el Parlament.
En 2010 la lista encabezada por Mas llegó a 62 escaños, en 2012 bajó hasta los 50 parlamentarios y ahora los sondeos apuntan a poco más de treinta. En paralelo, ERC logró solo 10 escaños cuatro años atrás, subió luego hasta 21 y ahora empata con CiU
El descenso parece imparable para los convergentes. Las últimas encuestas publicadas en Cataluña, sin dudas marcadas por el proceso soberanista, apuntan a casi un empate técnico entre CiU y ERC. En concreto, el sondeo de Gesop para El Periódico conocido este lunes concluye que, en caso de presentarse por separado, la coalición que encabeza Mas lograría entre 32 y 34 parlamentarios, mientras el partido de Oriol Junqueras estaría entre 31 y 33. Unos resultados que, curiosamente, se han recibido con alborozo en un sector de CiU, el más proclive a que Mas convoque elecciones cuanto antes. Y es que muchos consideran que la presentación de una querella de la Fiscalía contra el president por el 9-N ha reforzado la figura de este último, que ahora mismo aparecería como una víctima ante el electorado.
Misma encrucijada, ¿diferentes soluciones?
No opinan lo mismo otros en su partido porque tienen muy nítido y cercano el recuerdo de lo sucedido en 2012. Entonces, poco después de que el Gobierno de Mariano Rajoy se negase a negociar un Pacto Fiscal para Cataluña, la reacción de Mas fue convocar unos nuevos comicios que se interpretaron casi como un plebiscito sobre esa cuestión. Entonces, el presidente de la Generalitat interpretó que los miles y miles de catalanes que habían salido a la calle en la masiva Diada de ese año eran potenciales votantes de CiU. Se equivocó, a la luz de los resultados, porque, como se ha dicho ya, CiU perdió 12 parlamentarios y ERC creció 11.
Ahora, explican fuentes de CiU, se vive una encrucijada muy similar a la de hace dos años. El liderazgo de Mas en el proyecto independentista y su forma de actuar el 9-N, un suicidio para sus críticos pero un acto valiente para sus defensores, hacen creer a muchos convergentes que es el momento de volver a convocar elecciones. A su juicio, Mas saldría beneficiado por la ola independentista de los últimos meses. Otros, en cambio, sostienen que la lección de 2012 debe servir al president para apostar ahora por la prudencia. Eso sí, unos y otros saben que Mas lo tiene muy complicado para agotar toda la legislatura. Ya sin el apoyo de antaño de Junqueras, ahora la aprobación de los presupuestos para 2015 parece una quimera, salvo que haya un acuerdo con el PSC.
Es una incógnita saber cómo sería el impacto de Podemos en unos comicios autonómicos catalanes. De hecho, en unas generales sería la opción más votada en Cataluña, según el sondeo de 'El Periódico'
En todo caso, cualquier encuesta sobre la política catalana es hoy muy incierta. Porque hay que tener en cuenta que es posible que haya una lista independentista unitaria -de hecho, el sondeo de El Periódico también valoraba esa opción-. Porque es una incógnita saber cómo sería el impacto de Podemos en unos comicios autonómicos -en unas generales sería la opción más votada en Cataluña, según el mismo sondeo-. Porque tampoco se sabe si Unió seguirá junto a Convergencia o si, incluso, Duran i Lleida saldrá de la formación para crear otro partido.
Y, en este complejo contexto, Artur Mas presentará hoy su nueva hoja de ruta para alcanzar "una consulta definitiva". Lo hará a las 19.30 horas en el Auditorio del Fórum de Barcelona. Allí, frente a 2.500 asistentes, pronunciará la conferencia "Después del 9N: Tiempo de decidir, tiempo de sumar". ¿Incluirá ese plan de actuación la convocatoria electoral? Todo apunta a que no será así, pero es imposible saberlo con certeza, dicen en CiU. Además, arguyen, con Mas nunca se sabe.
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