España

Artur Mas reclama en Madrid un Estado independiente, pero elude hablar de plazos

Lo que hace unos días Mariano Rajoy calificó de “algarabía” tiene aspecto de tsunami. El viento lo ha traído hoy a Madrid el presidente de la Generalidad, Artur Mas, quien ha reclamado un Estado propio para Cataluña, eso sí, sin dar plazos para conseguir este objetivo. El auditorio se ha compuesto de periodistas españoles y extranjeros, diputados de CiU y empresarios con intereses más o menos directos en esta comunidad. El invitado más visible ha sido el jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno.

El presidente del Gobierno ya tiene un anticipo de las cartas que le mostrará Artur Mas el próximo jueves en La Moncloa. El presidente de la Generalidad ha reclamado hoy durante un desayuno convocado en un céntrico hotel madrileño un Estado propio para Cataluña porque “es un clamor de la calle” y él no está dispuesto, ha advertido, “a cortar las alas al pueblo”. Primer mensaje para Mariano Rajoy: no debe minimizar la masiva movilización registrada el martes en Cataluña porque, a juicio de Mas, no se trata de una algarabía, sino de algo mucho más serio. “Los catalanes salieron a la calle para reivindicar un proyecto propio y yo me identifico con él”.

Aun es pronto para saber que carga electoral encierra el aviso de Artur Mas y qué tiene de compromiso real ya que ha evitado dar plazos para conseguir la independencia. Ha recordado que para la transición hacia la democracia tampoco hubo un guión temporal demasiado preciso e, incluso, que España tuvo que soportar hasta un golpe de Estado. Pero lo importante, ha añadido, es que Cataluña ha llegado a la conclusión de que España no le sirve porque hay un sentimiento mutuo de fatiga. “Cataluña se ha cansado de España por las dificultades que ha tenido para prosperar y España se ha cansado de Cataluña porque tiene la sensación de que siempre se queja y siempre pide. Y a esto hay que darle solución”.

"Cataluña se ha cansado de España por las dificultades que ha tenido para prosperar"

El diagnóstico sobre el que trabaja el presidente de la Generalidad está trufado de agravios. Dirigiéndose a la prensa extranjera presente en el desayuno, ha recordado que CiU se partió el brazo a favor de la Constitución de 1978, que siempre apoyó al Gobierno de turno en la lucha contra ETA y que también ha sido muleta imprescindible en el Parlamento para aprobar las reformas económicas. A cambio de eso, ha dicho, Cataluña solo ha recibido bofetadas: invasión competencial permanente, sistema de financiación a la baja y perímetro estatutario cada vez más estrecho.

Mas ha dejado claro que  su programa electoral va a girar sobre el pacto fiscal, concepto bajo el que CiU pretende conseguir la misma soberanía que el País Vasco en la recaudación y gestión de los ingresos tributarios. Ya basta, ha advertido, de que Cataluña sea portadora neta de recursos y de que haya tenido que pedir un rescate al Estado cuando esta comunidad, a la que ha llamado nación, es uno de los principales motores económicos de España.

Durán i Lleida (Unió) no ha acudido a escuchar al presidente de la Generalidad

Tampoco resulta justo, en su opinión, que Europa haya dado más tiempo al Gobierno para ajustar los gastos y que Mariano Rajoy se haya negado a compartirlo con Cataluña. “Aquí hemos despilfarrado todos, los catalanes también, durante mucho tiempo, hemos gastado de forma alocada, pero si Europa da más tiempo a España para cumplir con el déficit, España debe compartir este tiempo con todos”.

El mitin preelectoral de Mas ha sido escuchado por empresarios con intereses ligados directa o indirectamente a Cataluña. Pero la presencia que más ha impactado en el auditorio ha sido la del jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno. Han compartido café y bollería con él Fernando Becker, José Manuel Entrecanales, Baldomero Falcones, Nemesio Fernández Cuesta, Salvador Alemany, Rafael Vilaseca, Ignacio Polanco, Juan Luis Cebrían, María Garaña y Juan Rodríguez Inciarte, entre otros. Ningún banquero de postín ha querido madrugar para oír al presidente de la  Generalidad ni tampoco lo ha hecho Josep Antoni Durán y Lleida, presidente de Unió Democrática, en el lecho del dolor por un problema de menisco, pero testigo presencial, en silla de ruedas, de la movilización celebrada en Barcelona con motivo de la Diada. Hasta Madrid ha viajado también para seguir el discurso de Mas su antecesor en el cargo, José Montilla.

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